Artículo: 1984 . Echelon y Enfopol nos espían (El Otro País)

1ro de junio de 1999.

El “Gran Hermano” de Orwell, definitivamente comienza a cobrar forma a finales de este nuestro siglo veinte. Desde hace algunos años han venido apareciendo diversas informaciones que describen y denuncian el funcionamiento del programa Echelon, dirigido por la más que secreta NSA (Agencia Nacional de Seguridad) de Estados Unidos. No confundir con la CIA, ya que según parece la NSA es más secreta, un Gran Hermano o Gran Hijo en estricto sentido.

No es accidental que salgan a la luz ahora nuevos informaciones. Gobiernos, empresarios y multinacionales están afectados directamente por las actividades de este programa relacionadas con el espionaje industrial y comercial. Esencialmente por esta razón se están filtrando a la prensa internacional nuevas noticias sobre las actividades del programa.

Echelon ha sido operativo, de una u otra forma, durante décadas. Parece que procede de un acuerdo secreto firmado en 1948 por los principales países anglófonos: Estados Unidos, Australia, Gran Bretaña, Canadá y Nueva Zelanda. En ese momento, tenía como objetivo principal el “fisgoneo” de la comunicación postal en esos países.

Han pasado algo más de cincuenta años y Echelon ha ido incorporando y asumiendo nuevas tecnologías. Según un artículo publicado recientemente en la revista estadounidense Business Week, en la actualidad, este programa es capaz de vigilar, a través de satélites espía y estaciones de escucha, cualquier tipo de comunicación electrónica que atraviese Estados Unidos u otros países Son susceptibles de poder ser intervenidas por Echelon las conversaciones telefónicas, faxes, telex, correo electrónico y señales de radio (incluyendo entre estas últimas a la onda corta y frecuencias de líneas aéreas y marítimas. Cualquier tipo de comunicación entre al menos dos puntos que se realice a través de satélites o microondas (que no creo que sean las mismas que las de los hornos) es probable que sea “pinchada” en cualquier parte de su camino por Echelon.

No emparanoiarse, pero Jhon E. Pike, analista militar de la Federación de Científicos Americanos en Washington lo tiene muy claro: “Es un hecho: el Gran Hermano está escuchando”

En principio, Echelon sólo busca en las telecomunicaciones civiles alguna información sobre terrorismo y narcotráfico. Potentes ordenadores rastrean las comunicaciones interceptadas en busca de palabras clave (hotkeys) que componen los denominados “Diccionarios” temáticos y/o geográficos. Sin embargo, como resulta obvio, ya se ha utilizado Echelon para otros fines relacionados con el espionaje industrial o de forma más burda en la difusión de “escándalos políticos” (en la época de Reagan, con Echelon se interceptaron, se transcribieron y se entregaron a la prensa las conversaciones telefónicas del congresista demócrata Michael Barnes con oficiales nicaragüenses con la intención de “hundir” su carrera política).

Echelon fue dado a conocer públicamente el pasado año 98 por la Fundación Omega, empresa dedicada a estudios de mercado, a través de un esclarecedor informe que le fue encargado por el Parlamento Europeo. Dicho informe señala claramente que “Dentro de Europa todas las comunicaciones por teléfono, fax y correo electrónico son rutinariamente interceptadas por la NSA. A diferencia con los sistemas de espionaje electrónico desarrollados durante la Guerra Fría, Echelon está diseñado para objetivos civiles: gobiernos, organizaciones y empresas, virtualmente en cualquier país”. Al parecer, la más importante base de espionaje electrónico en Europa está ubicada en Menwith Hill (Inglaterra) y opera coordinadamente con el equivalente británico del NSA, el GCHQ (Government Communications Headquarters).

Los gobiernos europeos no podían quedar a la zaga de la metrópoli y ya ha puesto a funcionar su propio servicio secreto: ENFOPOL. En noviembre de 1998 la revista electrónica alemana Telépolis denunció la creación de una red de espionaje a semejanza de Echelon en Europa que parece asociarse claramente con el nacimiento de ENFOPOL y que persigue los mismos fines que el programa norteamericano. El establecimiento del servicio ENFOPOL fue ratificado por todos los países miembros de la Union Europea en 1995 (ENFOPOL 112 100037/95) aunque ninguno de ellos lo confirme o desmienta y aunque no haya habido ningún tipo de debate público al respecto. En este sentido, el pasado 7 de mayo fue aprobada una resolución relativa a la interceptación legal de las telecomunicaciones por el Parlamento Europeo. Esta resolución, también fechada en 1995, no tiene carácter obligatorio pero todo apunta a que un grupo de países la adoptaría formando un “espacio Enfopol” a semejanza del “espacio Schengen” que irá aumentando a medida que más países vayan integrándose en dicho espacio.

ENFOPOL intentará imponer sus normas a todos los operadores europeos de telefonía fija y móvil que deberán facilitar a esta policía secreta europea un acceso total a las comunicaciones de sus clientes, así como información sobre números marcados y números desde los que se llama. En el caso de internet, los proveedores deberán facilitar “una puerta de atrás” para que ENFOPOL pueda penetrar en sistemas privados a sus anchas. Evidentemente estos proveedores estarán obligados además a informar sobre los datos personales de su cliente, datos de correo electrónico y claves privadas. La información que proporcionen tampoco podrán hacerla pública así como a quién se la proporcionen. Todo ello, sin que sea imprescindible o necesaria una orden judicial.

La actuación de Echelon e Infopol pone en un grave peligro los derechos a la libertad de expresión y a la privacidad. Diferentes organizaciones de todo el mundo se están movilizando en defensa de las libertades civiles y los derechos humanos frente al avance del Gran Hermano. En el servidor Nodo50 del estado español se puede encontrar información al respecto en castellano, dentro de su apartado denominado Altavoz que se dedica a la defensa de la libertad de expresión y de comunicación. También se puede obtener información en las páginas web de Fronteras Electronicas, en la citada revista alemana Telepolis o en las páginas de defensa de ciberderechos de la ECN italiana.


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