2023: más inundaciones, sequías y 8 millones de desplazados
29 de junio. Fuente: Lo que somos
Oxfam Intermón advierte que, en el mismo período, el hambre casi se triplicó en cinco de estos países. El aumento de inundaciones y sequías provocó ocho millones de desplazamientos el año pasado en los diez países más afectados, más del doble que la década anterior
Por Cecilia Remis
El cambio climático ha provocado un aumento de la intensidad y la frecuencia de inundaciones y sequía
Inundaciones y sequías causaron ocho millones de desplazamientos entre la población de diez de los países más afectados del mundo el año pasado, lo que supone un aumento del 120% respecto a la década anterior. Muchas personas se vieron obligadas a desplazarse varias veces como consecuencia de estos desastres relacionados con el agua. En el Día Mundial de las Personas Refugiadas, Oxfam Intermón señala que en cinco de esos países los niveles de hambre severa casi se han triplicado en el mismo período.
Oxfam Intermón ha clasificado a los diez países con mayores desplazamientos a causa de desastres hídricos en función del número de desplazamientos internos (las personas pueden verse desplazadas varias veces) por “inundaciones” y “sequías” durante el período (2013-2023) según la Base de Datos Mundial de Desplazamientos Internos (GIDD, por sus siglas en inglés). El número total de desplazamientos en el conjunto de esos diez países ascendió a 3.588.827 en 2013 y a 7.909.369 en 2023, lo que supone un aumento del 120,389% Somalia, China, Filipinas, Pakistán, Kenia, Etiopía, India, Brasil, Bangladesh y Malasia encabezan la lista de países que sufrieron el mayor número de desplazamientos por inundaciones y sequías el año pasado, según la Base Mundial de Datos de Desplazamientos Internos. El número de desplazamientos en estos países pasó de 3,5 millones en 2013 a 7,9 millones en 2023.
El cambio climático ha provocado un aumento de la intensidad y la frecuencia de inundaciones y sequías. Según datos recopilados por Oxfam Intermón, los desastres registrados por inundaciones y sequías en los diez países más afectados se han disparado, pasando de solo 24 en 2013 a 656 el año pasado. Solamente en Somalia, hubo 223 inundaciones o sequías diferentes en 2023, frente a las dos que sufrieron en 2013, por ejemplo. Filipinas sufrió 74 desastres de este tipo frente a solo tres en 2013, Brasil 79 frente a cuatro, y Malasia 127 frente a solamente uno en 2013.
En todo el mundo, las inundaciones y sequías obligaron a 3,4 millones de personas a abandonar sus hogares el año pasado, una cifra que equivale a casi el conjunto de la población de Uruguay.
Los cálculos de Oxfam Intermón revelan que en Bangladesh, Etiopía, Kenia, Pakistán y Somalia –que se encuentran entre los países menos preparados para hacer frente al impacto del cambio climático– el número de personas que padecen hambre aguda ha pasado de 14 millones en 2013 a más de 55 millones en 2023.
“La injusticia climática es flagrante. Desde las decenas de personas que mueren por el calor abrasador en Bangladesh hasta los miles que se ven obligados a huir de las inundaciones en Pakistán, las personas más vulnerables (y las que han contribuido en menor medida a la crisis climática) son quienes están sufriendo sus mayores consecuencias, mientras los países ricos y contaminantes pretenden ayudar con medidas insuficientes que llegan con retraso”, afirma Nuzhat Nueary, coordinadora de Inseguridad Hídrica y Políticas Climáticas de Oxfam.
“El cambio climático y el fenómeno de El Niño han generado un aumento de las sequías, las inundaciones y los ciclones. Todas estas catástrofes repercuten en la vida y los medios de vida de las personas, y agravan el hambre al sumarse a conflictos, crisis económicas y profundas desigualdades. En última instancia, los movimientos en masa ejercen presión sobre los limitados recursos hídricos, lo cual genera más estrés hídrico en estos países”.
Desde la década de 1970, el 44% de todas las catástrofes han estado relacionadas con inundaciones
En Somalia, el continuo aumento de la temperatura (1,5°C, frente a 1°C en 1991) ha provocado sequías más frecuentes y prolongadas, a menudo seguidas de crecidas repentinas y ciclones. A pesar de representar menos del 0,03% de las emisiones mundiales de carbono, el país ha sufrido pérdidas por valor de miles de millones debido a las inundaciones y sequías recurrentes. Sólo la recuperación de las inundaciones del pasado diciembre se estimó en 230 millones de dólares.
La última temporada de lluvias de Deyr –que llegó tras cinco temporadas consecutivas de sequía– provocó inundaciones masivas que obligaron a 1,2 millones de personas a abandonar sus hogares y causaron la muerte de 118 personas. La estación Deyr en Somalia es la segunda estación de lluvias más corta entre octubre y diciembre de cada año. Estas catástrofes han agravado el impacto del conflicto abierto, la inestabilidad política y las crisis económicas, y actualmente la mitad de la población de Somalia necesita urgentemente ayuda humanitaria.
“Perdí todos mis animales por la sequía. Huí a pie con mis hijos y tardé tres días en llegar a Baidoa. Fue un viaje difícil. No tenía comida ni agua para mis hijos. Algunos enfermaron por el camino”, afirma Hassan Mohamud, un padre desplazado en Baidoa, Somalia.
En Bangladesh, la falta de previsibilidad de los ciclones y otras catástrofes relacionadas con el agua obligaron a más de 1,8 millones de personas a abandonar sus hogares en 2023. Además, causaron graves daños en infraestructuras como escuelas, mercados y otros servicios esenciales. Sin embargo, Bangladesh sólo es responsable del 0,56% de las emisiones mundiales de carbono.
Asgor Kha y Moriom, que viven en la aldea de Lebubunia, en Satkhira (Bangladesh), afirman: “Hemos perdido nuestras casas en cuatro ocasiones a causa de los ciclones. Seguimos endeudados por haber pedido un préstamo hipotecario. Nuestro hijo es el único miembro de la familia que percibe ingresos, pero le cuesta encontrar trabajo en la zona”.
“Sin cultivos ni ingresos, las familias se han visto obligadas a desplazarse, algunas varias veces”, dice Zerin Ahmed, que forma parte del equipo de Programas de Oxfam Intermón en Bangladesh. “Los que se quedan atrás temen constantemente por el futuro, ya que los ciclos de desastres consecutivos han consumido todos sus recursos, agotando todas sus capacidades para hacer frente a la situación”.
“Acabar con el sufrimiento de la población es posible. Los países ricos y contaminantes deben reducir sus emisiones y proporcionar una financiación adecuada a los países más afectados por la crisis climática para que puedan hacer frente a ella mejor y reconstruirse tras las crisis climáticas”, añade Nueary.
“También deben proporcionar fondos al nuevo régimen de pérdidas y daños. No se trata de un gesto de cortesía, sino de una obligación que han de atender por los daños que han causado. Con la financiación adecuada, los países que sufren las peores consecuencias pueden desarrollar sistemas de alerta temprana y otras medidas para prepararse y mitigar los efectos del cambio climático, y pueden liberar recursos para invertir en protección social para ayudar a la población a hacer frente a la situación.
“Las comunidades locales en primera línea que se enfrentan a los peores efectos de la respuesta climática, y los grupos más vulnerables –en especial las mujeres, las personas jóvenes y las comunidades indígenas– ya han presentado diversas alternativas para solventarlo, y deben estar en el centro de la toma de decisiones, la acción y la financiación en materia climática”.
Oxfam Intermón es una ONG especializada en ofrecer agua en situaciones de emergencia, así como alternativas sostenibles para las personas afectadas por el cambio climático. Con su trabajo en el cuerno de África ha proporcionado agua, saneamiento e higiene a más de 3 millones de personas afectadas por las sequías e inundaciones en Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Etiopía. Actualmente proporciona acceso a agua potable y servicios higiénicos a más de 11 millones de personas en todo el mundo, y busca mejorar el alcance de su trabajo mediante su campaña “Más claro, agua“.