Ha muerto la camarada Petra Cuevas Rodríguez

26 de febrero de 2014.

Petra, militante comunista, republicana y sindicalista, ha fallecido el lunes 24 de febrero a la edad de 105 años. Durante la dictadura franquista fue detenida y torturada y condenada a 12 años de cárcel de los que cumplió casi 9. Estando en prisión llegó a dar a luz a una hija que falleció a los seis meses. Una vez en la calle continuó su militancia en la medida en que se lo permitía la vigilancia a la que era sometida por la policía de la dictadura. Incansable luchadora nos deja su ejemplo de valor y compromiso que la crueldad del fascismo no pudo destruir.

Biografía

Fuente: Artículo en el Diario de Castilla-La Mancha, publicado con motivo de su 105 cumpleaños en agosto de 2013

Los sufrimientos atroces que Petra Cuevas debió soportar en los difíciles años de la posguerra parece que la han aferrado a la vida con la misma fuerza con que siempre ha defendido sus ideales. Este 19 de agosto de 2013 cumple 105 años.

"Si luchas puedes perder. Si no luchas estás perdida". Esta sentencia, que Petra Cuevas ha repetido muchas veces a lo largo de su dilatada vida, puede resumir el pensamiento que ha guiado la existencia de esta mujer, cuyo compromiso social la llevó a militar en el Partido Comunista en los prolegómenos de la Guerra Civil, a desarrollar una incansable actividad sindical... y a terminar con sus huesos en las cárceles franquistas tras el conflicto fratricida.

A día de hoy no es posible recabar directamente el testimonio de Petra, dada su edad. Pero son muchos los testimonios publicados, en su mayoría recopilados en http://www.villadeorgaz.es/orgaz-personajes-cuevas.html, y los de su hermano Esteban, que nos permiten dibujar el semblante de esta mujer a la que la vida ha premiado con una larga existencia.

BORDADORA

Nació en Orgaz (Toledo), en el seno de una familia trabajadora, el 19 de agosto de 1908. Con 12 años emigró con su familia a Madrid, donde su padre había encontrado trabajo en Unión Eléctrica Madrileña. De inmediato Petra empieza a trabajar como aprendiza de costurera, oficio que no le satisfizo, y con 14 o 15 años se decanta por el de bordadora y empieza a trabajar en "La Bordadora Española", propiedad de unos italianos, en el número 20 del paseo de Las Delicias, en el barrio de Lavapiés. En el oficio alcanza un alto grado de reconocimiento y se le encomiendan los encargos más comprometidos, llegando a trabajar en los trajes de la reina Victoria Eugenia. "Esta época es, como se ve, de poca escuela y mucho trabajo", recuerda su hermano Esteban.

El espíritu de superación y la responsabilidad son características de esta mujer, incluso antes de llegar a la adolescencia. Lo quiere aprender todo y afeaba la conducta a sus hermanos cuando sus actos lo requerían. "Algunas veces me daba ajo en los labios cuando decía una palabrota", rememora Esteban. También desde muy joven afloró en ella un espíritu reivindicativo y solidario. No tenía contacto directa con ideologías políticas, aunque las largas charlas con su hermano Julián, afiliado a la Juventud Socialista Unificada, sin duda influyeron en ella. "Creo que la conciencia social es instintiva y yo era comunista sin saberlo", asegura ella misma.

Cuando ya dominaba el oficio, a los 18 años, pasó a otro taller llamado Cripta, que la misma empresa tenía en la Gran Vía madrileña. Era hacia 1926, época en que las organizaciones obreras no tenían en cuenta a las mujeres, pese a que había muchas obreras.

MILITANTE SINDICAL

Cuando Petra inicia su andadura en el mundo laboral es el de las cigarreras el sector más dinámico y socialmente concienciado. Su referencia estaba en la fábrica de tabacos de la calle Embajadores, donde eran frecuentes los actos reivindicativos de de las trabajadoras en defensa de sus derechos laborales. Las ’obreras de la aguja’, sin embargo, eran más

tolerantes con la explotación a que eran sometidas ya que en su mayoría trabajaban en sus casas o en pequeños talleres. Esta situación cambió con la llegada de la República y posteriormente la guerra civil, y este cambio lo vivió en primera persona Petra Cuevas.

Efectivamente, cuando llega la República, en 1931, Petra ya milita en la UGT, concretamente en el sindicato de la Aguja, que agrupa a sastres, modistas, bordadoras y especialidades afines. Ello pese a que los sindicatos no eran cosa de mujeres. De hecho, era costumbre que los padres afiliaran a sus hijos cuando empezaban a trabajar. Y así lo hizo el padre de Petra con su hermano, pero no con ella. Su inquietud le llevó a preguntar al cobrador de UGT que pasaba por su casa a cobrar la cuota de su padre si había algún sindicato de mujeres, y así es como se afilió al sindicato de la Aguja, en el que se integró con el carné número 30. Poco después, en febrero de 1936, cuando las chicas de su taller se habían afiliado al sindicato y sumaban 409, fue elegida por unanimidad secretaria general del sindicato. En ese momento inicia una febril actividad y consigue la afiliación de talleres enteros. Cuando comienza la guerra, según cuenta la propia Petra Cuevas, eran 6.000 los afiliados y durante el conflicto se alcanza el número de 25.000, entre gorreros, tintoreros, modistas y sastres.

RED DE TALLERES

En 1936 se afilia al PCE. Y a principios de febrero de 1939 formaba parte del último Comité Provincial del partido, junto a mujeres como Dolores Ibárruri y Pilar Bueno Ibáñez, una de ’Las 13 rosas’. Pero siempre centró sus esfuerzos en la actividad sindical. Tras el levantamiento militar, y durante toda la guerra, se encarga de organizar y dirigir una red de talleres destinados a la confección de ropa para las tropas republicanas.

De aquel periodo el día más triste para Petra es el 28 de marzo de 1939 cuando, ante la inminente entrada de las tropas franquistas en Madrid, tiró la llave de la sede del sindicato a una alcantarilla para no entregársela a los vencedores. "Si quieren entrar, que descerrajen la puerta. Y me puse a llorar", cuenta ella misma.

CLANDESTINIDAD Y REPRESIÓN

De inmediato comenzó la represión de los vencedores contra los leales a la República. Petra se integra en la resistencia y se dedica a la reconstrucción del PCE en la clandestinidad. Disfrazada con el pelo tintado y gafas intenta pasar desapercibida. Pero las violentas visitas de la policía franquista a sus padres para que relevaran su paradero y el de su hermano Julián, que murió con 24 años defendiendo París contra los nazis, la llevan a presentarse para ser detenida. Comenzaba su calvario: torturas, siete años de encarcelamientos y la pérdida de una hija nacida en la cárcel.

DETENCIONES Y TORTURAS

Petra Cuevas fue sometida a dos consejos de guerra, acusada de un delito contra la seguridad interior del Estado. Entra y sale varias veces de la cárcel y finalmente es condenada a 12 años de prisión. La primera detención se produce el 25 setiembre de 1939. Permanece durante 45 días en Gobernación, la actual sede del Gobierno de Madrid, en la Puerta del Sol, donde fue salvajemente torturada. "Fui a la primera que pusieron las corrientes (porque después han puesto corrientes a muchas). A mí me las pusieron con todo el voltaje, o sea, un enchufe cualquiera, me ataron a los cables y ya está. (…) Yo juraría que el que me lo puso fue Carlos Arias Navarro".

De allí pasó a la tristemente famosa prisión de Ventas, donde la dirección pidió que fuera reconocida por un médico, dado el lamentable estado en que llegó, medio muerta y con las manos quemadas, consecuencia de las corrientes eléctricas. Allí vive hacinada, -la cárcel era para 450 personas, pero había más de 4.000-, duerme en el suelo junto a muchas mujeres enfermas y asiste cada noche a la "saca" de mujeres que llevan al paredón. En aquella época es cuando fusilan a "Las 13 rosas".

Petra se integra de inmediato en la organización que tienen las presas comunistas, en la que no sólo se comparten alimentos, artículos de limpieza, ropa, e información. También se desarrollan actos reivindicativos y de protesta por la situación que se vive en la prisión.

AL POCO TIEMPO SALIÓ EN LIBERTAD PROVISIONAL

Petra vuelve a ser detenida a finales de 1941. Pasa 42 días en Gobernación, pero esta vez no es torturada por intercesión de un familiar. Después ingresa de nuevo en la prisión de Ventas, donde la jefa de servicio Elena Rücker había implantado los métodos de la Gestapo. Allí permanece tres meses y es puesta nuevamente en libertad provisional.

MATERNIDAD EN PRISIÓN

Este periodo de libertad se prolonga por espacio de seis meses, y el 22 de septiembre de 1942 vuelve a ingresar en la prisión de Ventas, después de que se dictara la sentencia de 12 años de prisión mayor. Durante ese periodo de libertad se queda embarazada, lo que Petra trata de ocultar en la cárcel para no ser trasladada a la prisión maternal de San Isidro, dirigida por María Topete Fernández, "célebre por su maldad", y que uno de sus objetivos era "impedir que los niños mamaran la leche comunista", según testimonio de Petra Cuevas.

Petra dio a luz el 14 de abril de 1943 una niña que murió a los seis meses. "Di a luz en una habitación en que había muerto un niña de tos ferina y, como es natural, mi niña cogió la tos ferina, porque sin desinfectar la cama, que acababan de quitar el cadáver, me metieron a mí con mi hija. Y se contagió. "

Muerta su hija, en septiembre de 1944 vuelve a la prisión de Ventas. Poco más de un años después empezó el peregrinaje de Petra por distintas cárceles española: Calatayud, Zaragoza, Bilbao, Amorebieta, Segovia... hasta que recobró la libertad en enero de 1948, consecuencia de un indulto de reducción de penas promulgado con motivo de la celebración franquista del 18 de julio.

EN LIBERTAD

Cuando es puesta en libertad, Petra se enfrenta a las dificultades de una ex presidiaria para reintegrarse en el mundo laboral. Al principio hacía algunos trabajos que le pasaban antiguas compañeras, y luego montó un pequeño taller con una compañera menos significada políticamente, que era quien recogía y llevaba los pedidos. Cuando las circunstancias lo permitieron montó en solitario su propio taller en el barrio de Tetuán, donde residía, y lo mantuvo abierto hasta los años 70, cuando murió su marido, Garrido, con el que se había casado en 1964.

Con la llegada de la democracia Petra retoma la actividad política y sindical, ahora en CC.OO. Consigue un local para el PCE cerca de su casa, que abre a diario hasta los 90 años, y desde allí hace la campaña contra el ingreso de España en la OTAN.

Permanece en el barrio de Tetuán hasta los 91 años, cuando su casa es derribada. Entonces se va a vivir a Villalba con su nieta Mari Loli, y con ella sigue en la actualidad, ahora en Collado Mediano.

Su hermano Esteban recuerda que Petra le regaló un cuento que se desarrollaba en la Alemania nazi, en el que había un tente-en-pie con el puño cerrado en alto. "Con este tente-en-pié he comparado siempre a mi hermana Petra. De todas la adversidades se ponía en pié, con el puño cerrado en alto, fiel a sus ideas, con valentía y con coraje, dispuesta a todo".

Petra Cuevas: La Fuerza del Compromiso

Vídeo realizado por el Foro por la Memoria

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