España y Gran Bretaña, vaya par

17 de agosto de 2013. Fuente: Borroka garaia da!

Si a Renton, en la famosa película Trainspotting rodada en 1996, le mosqueaba ser escocés porque habían sido colonizados por soplapollas, cómo de mosqueado debe de sentirse un vasco cuando ha sido colonizado por los que no llegan ni a soplapollas. Es más, por los que agachan la cabeza ante los soplapollas.

¡Es una mierda ser escocés! Somos lo más bajo de entre lo más bajo, la escoria de la puta tierra, la basura más servil, miserable y más patética jamás salida del culo de la civilización. Algunos odian a los ingleses, ¡yo no!, ¡sólo son soplapollas! ¡Estamos colonizados por unos soplapollas! ¡Ni siquiera encontramos una cultura decente que nos colonice! ¡Estamos gobernados por unos gilipollas!
Renton – Trainspotting

Todo lo “valiente” que tienen los españoles imperialistas hacia pueblos pequeños lo ganan en cobardía cuando se “enfrentan” contra Estados igual de imperialistas.

Obviamente estoy hablando de Gibraltar.

Gibraltar pasó de la ocupación del romano al vándalo, posteriormente al visigodo, para ser parte del Imperio bizantino después, de nuevo a manos visigodas, pasando finalmente en 711 a manos musulmanas, junto con el resto del reino visigodo. Hasta entonces no se tiene constancia de ningún asentamiento estable en el territorio. El primer asentamiento permanente data de la época almohade. En 1160 el sultán almohade Abd al-Mumin ordenó la construcción de una fortificación en el territorio, cuyos restos aún forman parte del castillo de esta época. Este pasaría posteriormente a manos del reino de Granada, un reino independiente musulmán que surgió en Al-Ándalus .

Hasta 1309, que es invadido por tropas castellanas. Sin embargo, en 1333 es tomado por los meriníes quienes lo ceden al reino nazarí de Granada en 1374. Finalmente, en 1462, los castellanos lo invaden por segunda vez. Los invasores serían expulsados de nuevo. Esta vez en la Guerra de Sucesión , una flota del bando en favor del pretendiente archiduque Carlos, formada por navíos ingleses y holandeses, en el verano de 1704 tomaron posiciones para el ataque a Gibraltar. Se abrieron por patas los españoles. La posesión británica sería reconocida en el Tratado de Utrecht en 1713, que puso fin a la guerra. Por este tratado, España “cedía” a perpetuidad el peñón a Gran Bretaña. []

No mandarán sus garzones y marlaskas, ni los pikoletos se atreverán a pisar el peñón. La cabra de la legión se quedará pastando tranquilamente en la campiña, y actos heroicos como torturar a alguien maniatado y con una bolsa en la cabeza lo dejarán para mejor ocasión. Ya sea para “la guerra del norte” o para cuando van de chico de los recados del saqueo imperialista global. Basta el HMS Westminster para que se les baje la cresta de gallitos.

perejilAunque siempre les quedará rememorar la hazaña de la conquista de Perejil, escrita en letras de oro en el libro de la estupidez bélica o resarcirse en las provincias traidoras contra peligrosos chupineros fuertemente armados de cariño popular.

Y es que lo del gobierno del PP parece no tener límite. Solo les faltaba meter la pezuña en Gibraltar y crear tensión artificialmente. Ni cortos ni perezosos a eso se han dedicado. Cómo siempre los trabajadores perjudicados.

Lo más gracioso de toda esta polémica es ver a los “patriotas” españoles desgañitarse llamando paraíso fiscal a Gibraltar cuando el estado español es un auténtico nido de trapicheo, corruptos y mafiosos que hasta a Gibraltar daría vergüenza.

Patriotas entre comillas claro, porque explotar y robar al pueblo del que se dice patriota es cualquier cosa menos patriotismo.

España y Gran Bretaña, vaya par.


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