Entrevista en La Marea y vídeo de su intervención en el Parlamento
Sabino Cuadra: “El rey tiene dos caras, la verdadera y la que nos han vendido”
14 de junio de 2014. Fuente: La Marea. Por Eduardo Muriel
Sabino Cuadra (Álava, 1949), sindicalista, abogado y diputado en el Congreso por Amaiur, ha sido uno de los nombres de la jornada tras mostrar en la cámara, durante su dura intervención contra el rey Juan Carlos y la Transición, una ikurriña al grito de “¡Gora Euskal Herria Askatuta! ¡Gora Euskal Republika!”. Tanto el gesto como las palabras de Cuadra han sido de lo más comentado del debate previo a la aprobación de la ley de abdicación del monarca.
A lo largo de su discurso ha denunciado que Juan Carlos tiene “dos caras”. ¿A qué se refiere?
Una de ellas está clara. En el 69 fue designado sucesor por Franco y juró lealtad y fidelidad a aquel criminal. En el 75, tras la muerte del dictador, fue nombrado rey y jefe del Estado y nuevamente juró lealtad y fidelidad a lo principios fundamentales del Movimiento. Ésta es una de las caras.
Luego está la que nos han vendido, la que no es de verdad, que es la del demócrata de toda la vida, la del hábil estratega que se metió y, junto con Adolfo Suárez, encarriló todo aquel bodrio institucional fascista hasta la democracia. Éste es el rey de las dos caras. La verdadera y el que nos han vendido. Él, que tiene la desvergüenza de decir a Chávez “que te calles”, algo impropio de cualquier demócrata y muy propio de un rey que se cree que está por encima de todo. Ahí se mueve él, aparentando ser una persona campechana.
En un momento dado se come un bocadillo de chorizo pero, sobre todo, a donde va dos veces al año es al Golfo Pérsico con sus colegas, los monarca petroleros, que son reaccionarios, misóginos, sátrapas. Esa es la imagen doble, la del presidente de una ONG de animales que caza elefantes en peligro de extinción.
También ha denunciado que no quiere “ni el padre, ni el hijo, ni el espíritu de Franco”. ¿Considera a Felipe una extensión de Franco?
Felipe todavía no ha asomado mucho las orejas, pero cuando lo hace es preocupante. La semana pasada, Felipe apareció en Navarra, en Euskal Herria, para afirmar la unidad única de la España indivisible. Es un aviso a navegantes de lo que va a ser su reinado. Todavía el chico no ha mostrado mucho sus habilidades, pero por la herencia que trae, política y genética, se supone que van a ser bastante reaccionarias, mantenedoras de esa España única al servicio de los poderosos, del dinero, del Ibex-35 y sometida a la Troika y a quien haga falta. A todos menos a su propia ciudadanía.
¿Cree que se está activando una especie de segunda Transición ante la crisis del bipartidismo?
Es evidente que ésta es la maniobra en marcha. Juan Carlos ya era una cosa absolutamente decrépita, impresentable tanto política como físicamente. La corrupción, los elefantes, su propia imagen. Cada mes que pasaba, bajaba siete décimas el índice de popularidad de la monarquía y eso necesitaba una solución.
Pero, por encima de todo, lo que intentamos remarcar es que, más allá de la monarquía, lo que está en crisis es el régimen sobre el cual se asienta. Es un régimen que ha sido golpeado en los últimos meses muy fuerte, en primer lugar por esa crisis monárquica y, en segundo, por otros factores como el proceso indepentista catalán, el mantenimiento del frente vasco, político y democrático o el cuestionamiento que se ha hecho desde el mundo del 15-M con aquello de “le dicen democracia y no lo es”.
Y lo que estaba hoy en discusión, en última instancia, yo creo que era eso: no tanto la sucesión dinástica, el ponerle parches a la monarquía, sino también intentar dar un empujón al propio régimen surgido de esa transición tramposa, fraudulenta y meter otros 40 años, si puede ser, de más de lo mismo.
Nombró en su discurso al Ibex-35 como parte del régimen. ¿Es la monarquía un pilar fundamental de la oligarquía española?
Sí, claro, no hay más que ver esas casualidades que se dan. El primer discurso que suelta el rey tras la abdicación es delante de 300 directivos de las principales empresas españolas para alabar los esfuerzos que han hecho por la creación de empleo. Es decir, rinde pleitesía a los que en última instancia le están engordando los bolsillos. Porque todos los reyes están al servicio de los ricos.
Esa clase empresarial y bancaria es una de las que en su día estuvo sustentando al régimen franquista, la que engordó con éste y la que ha pasado también como el sol por los cristales, sin tocarlo ni mancharlo, intacta hasta llegar a la situación actual. Hoy el Ibex-35 es el que está impulsando, de la mano de la Troika, las reformas que se están haciendo.
La relación del rey con la clase empresarial es total. El rey no sale por ahí de paseo a Europa ni al Golfo Pérsico rodeado de delegados sindicales, ni de gente de ONGs, ni de asociaciones de pensionistas. Con quienes va es con Botín y con toda esta gente del mundo empresarial. La relación es muy visible.
¿Qué opina de las palabras que le ha dedicado el diputado del Grupo Popular Alfonso Alonso acusándole de defender a asesinos?
Por desgracia, es el discurso al que estamos acostumbrados aquí la gente de Amaiur. Nunca entran al trapo en los debates políticos, sociales o económicos, sino que la respuesta general que nos dan es que no estamos legitimados para decir nada de lo que estamos diciendo, mientras no condenemos, mientras no hagamos esto o lo otro. “Ustedes son acólitos de ETA, ustedes son la voz del terrorismo”, repiten. Esto es lo que llevamos oyendo durante casi tres años, así que no nos ha sorprendido. Lo que sí ha sido curioso es ver cómo al único grupo al que ha hecho una alusión directa ha sido a nosotros.
¿Es más cómodo mentar a ETA que defender la monarquía?
Lo que se trata de evitar es entrar al fondo de lo que nosotros hemos querido plantear, que es un debate sobre el propio régimen que hoy está en crisis, y sobre el intento de continuación del mismo. Lo más fácil es soltar cuatro exabruptos sobre ese tema y punto. En un momento en el que todas las instancias internacionales se están pronunciando. El último ha sido el posicionamiento de quince ex presidentes latinoamericanos a favor del proceso de paz y de normalización democrática que se está llevando a cabo en Euskal Herria. O el debate que se va a hacer en el Parlamento Europeo por lo mismo.
En vez de coger el toro por los cuernos y decir “bueno, se ha acabado ya el período de concentración armada y vamos a ver cómo solucionamos este conflicto político de manera permanente”, lo que está haciendo el Gobierno es seguir por esa línea: ilegalizaciones, detenciones, torturas, cierre de medios de comunicación… Hoy hemos sabido que, afortunadamente, en el juicio contra 40 jóvenes acusados de pertenecer a Segi y por lo tanto de ser miembros de ETA, la sentencia ha sido absolutoria con todos. Sin embargo, ellos siguen erre que erre con este discurso.
Hace quince días salió la sentencia de Egunkaria, que decía que el cierre fue completamente ilegal y que todo el proceso fiscal que se ha llevado a cabo contra el periódico no tenía ningún fundamento. Antes fue la doctrina Parot. A pesar de todos estos varapalos jurídicos que tienen mucho que ver con los derechos fundamentales, con los de asociación, de expresión, de prensa… ellos siguen con un discurso rancio, reaccionario, anclado en épocas pasadas que habla del terrorismo, de ETA, etc. Enrocados de una forma descarada. Prefieren de una forma clara volver a una época pasada que situarse en la presente y entrar a una confrontación democrática y de ideas. Por eso dicen estas cosas.
En estos días de debate monárquico, ¿qué es para los abertzales de izquierda la II República?
Fue una gran explosión que se dio a nivel estatal contra la monarquía, que tuvo que salir por piernas. Hay que recordar que donde se proclamó la república y se levantó la bandera tricolor fue en Eibar, en Euskal Herria. Pero también es evidente que no hubo una república, sino varias. Me recordaban en Langreo los mineros que allí, cuando entraron las tropas del ejército, torturando, fusilando a todos los mineros y al pueblo asturiano que había participado en la revolución de 1934, en Asturias, la bandera que llevaban todos esos criminales era la de la república.
Esa fue una república y otra fue la del 36, cuando todo el pueblo se levantó para echar a aquellos y empezar a crear una nueva sociedad por su propia mano. En esos momentos el estatuto de autonomía que se concedió a tres provincias de Euskal Herria fue consecuencia de una situación de guerra en la que hacía falta contar también con aliados allí en nuestro pueblo.
Entonces, en cuanto a la república, nosotros damos nuestra solidaridad al 100% a los planteamientos demócratas que se dan a nivel de todo el Estado español, sin ninguna duda. Somos republicanos. Pero, por encima de todo, donde queremos construir nuestra primera república es en nuestro pueblo. No queremos estatutos de autonomía ni nada de eso, sino que nuestro pueblo sea soberano. Para eso hemos venido al Congreso, para reivindicar eso. Nosotros decimos sí al referéndum pero por encima de todo ponemos que nuestro pueblo sea soberano.
¿No se apoyaría en ningún caso una III República española que reconociera el derecho a la autodeterminación, al menos como un primer paso?
Bueno, la arquitectura de todo esto es un poco ciencia ficción, pero ahora que se habla de proceso constituyente, nosotros lo que queremos hablar es de procesos constituyentes. El pueblo catalán no tiene por qué esperar ni supeditar ritmos, contenidos ni su propio proceso a nada. Ellos tienen que ir con lo suyo, con las decisiones democráticas de ese pueblo, hasta donde puedan. Y en Euskal Herria queremos iniciar un proceso similar.
Hemos aguantado toda la Transición con una parte importante de nuestro pueblo en contra de este régimen de la reforma y ahora es el tiempo de arrancar. Nosotros no tenemos que esperar a nadie. No porque despreciemos a nadie, al revés, queremos que haya solidaridad entre todos los pueblos del Estado español y el mundo, pero cada uno tiene que marcar su propio camino. Por eso reivindicamos procesos constituyentes, en plural, para acabar con esta cárcel de pueblos que es el Estado español.
Tiene que haber una ruptura con las herencias de la Transición. Una de ellas es, después de tener la España una, grande y libre, la españa indivisible de la Constitución. Si alguno ve una diferencia sustancial entre estas dos Españas, pues que lo diga, pero nosotros no la hemos visto.
A nivel europeo, acaban de entrar en el grupo del Partido de la Izquierda Europea, liderado por el griego Alexis Tsipras, donde coincidís con la izquierda española. ¿Consideran, por ejemplo, a IU un compañero de lucha?
En buena medida, a nivel estatal, es evidente que IU es una formación de izquierdas que está desarrollando un papel positivo en bastantes movilizaciones y luchas. Ahí hay un terreno de confluencia importante que estamos desarrollando aquí, en el Congreso, de manera conjunta. Nosotros votamos sus propuestas, ellos las nuestras. En ese aspecto hay un alto nivel de colaboración.
En lo que hace referencia al modelo de Estado es donde se plantean más las diferencias. Lees discursos, por ejemplo el de hoy, en la propia enmienda a la totalidad que ha presentado IU en relación con la abdicación del rey, en los que ves unos análisis de la Transición bastante condescendientes. Se dice que bueno, que entonces hubo que hacer una serie de concesiones pero hoy no estamos en la misma situación. Uno, como tiene ya una cierta edad y vivió aquella rueda de prensa de Santiago Carrillo en la que apareció por primera vez con una bandera de España detrás de él, diciendo que la confrontación que teníamos delante ya no era monarquía república sino dictadura democracia. Empieza a recordar viejos discursos.
Se echa de menos una cierta afirmación clara y tajante de que aquella transición nos legó pilares esenciales del franquismo. En cuanto al tipo de Estado, es perfectamente democrático defender uno federal, como hace IU, pero si ese Estado federal que se defiende no está asentado al 100% en la afirmación del derecho de los pueblos a decidir, eso tiene truco, como tiene trampa la Transición que nos vendieron. Los discursos de IU y sus distintos dirigentes son un tanto equívocos, como mínimo, en relación con algunos de estos temas.
En cuanto al otro partido con el que coinciden en Europa, que es Podemos, ¿cómo ven el surgimiento de esta nueva fuerza de izquierdas?
Lo primero es que cualquier afirmación que hagamos por nuestra parte debe entenderse de una manera respetuosa y comedida. Es un fenómeno muy importante, que ha surgido muy de repente, de forma avasalladora. La primera valoración que hacemos es bastante positiva, porque se quiera o no es evidente que hay una relación entre Podemos y la confrontación social, callejera, directa, que se ha dado en el Estado español en los últimos años. No queremos decir que sea lo mismo ni mucho menos, pero hay una relación muy directa. Por eso nos congratulamos y saludamos que Podemos pueda expresar buena parte de eso.
Dicho eso, habrá que tener prudencia y una cierta distancia para dejar que ese proyecto pueda ir madurando política y organizativamente antes de poder decir si los niveles de colaboración, colegueo o trabajo conjunto serán altos, medianos o no muy fuertes. Hace falta tranquilidad, dejarles que vayan madurando su proyecto e ir viendo los medios de colaboración. De momento nos parece muy positivo por esa relación con la movilización social en estos últimos años.
No descartan pactos, por tanto.
En esta vida no hay que descartar nada con cualquier formación que sea de izquierdas y democrática, y Podemos se enmarca de esos parámetros.
Discurso de Sabino Cuadra en el Parlamento durante el debate sobre la ley de abdicación de Juan Carlos Borbón
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