Muerte de un hacklab

2 de noviembre de 2009.

Reflexión sobre el fin del hacklab Kernel Panic de Barcelona por parte de una de sus participantes.

"Hará cosa de una semana llegó un mensaje a la lista del hacklab de Barcelona, con este título: RIP KernelPanic."

Por Mercè Molist

KernelPanic es/era el nombre del hacklab de Barcelona, el primero que se creó en el estado español, en el año 2000, a raíz del también primer Hackmeeting en España.

Logo de Kernel Panic

Era y es una muerte anunciada. El hacklab se resistía a echar el cierre desde hacía mucho tiempo, pero no tenía energías, ni gente. Decía buscar desesperadamente un relevo, pero este nunca llegó. Y me pregunto ahora, después de haber leído algunas opiniones, si realmente algunos querían que llegara...

En mi opinión, esto no significa que la fórmula de los hacklabs no funcione. Por supuesto que, al ser entes vivos, formados por personas vivas, todos están condenados a seguir el ciclo de nacimiento, conservación y muerte. Pero esto no significa que no funcionen, que no sirvan. Yo, en el hacklab de Barcelona, asistí a un par de cursos muy buenos: uno sobre Linux, cuyas notas me han salvado en más de una ocasión, cuando fuí (y soy) una linuxera novata, y otro sobre Tor, donde por fin aprendí cómo funcionaba esta red.

Pero el hacklab de Barcelona, repito que en mi opinión, nació ya herido de muerte por un gravísimo error estratégico. Creo que la causa fue que quienes lo iniciaron no eran hackers. Se hicieron hackers con el hacklab, pero no lo eran en un principio: era gente que venía de los movimentos sociales, del mundo okupa, del mundo alternativo, físico, en definitiva. Y el error fue querer seguir funcionando como funcionan estos colectivos, negándole la fuerza a la lista de correo, al ciberespacio y la comunidad virtual que podía haberse formado y jamás se formó.

El error fundacional fue dar todo el poder del hacklab a la asamblea física y al sitio físico, ninguneando a la lista de correo, que no tendría ningún valor decisorio. Si querías ser auténticamente del hacklab o hacer cosas en él, tenías que asistir casi cada viernes a sus reuniones o ir a la asamblea física a presentar tus propuestas. Eso facilitó que se creara un grupo de amigos, la gente acostumbrada a ir cada viernes a la sede social y después una cenita. Pero vincular la suerte del colectivo a la del grupo de amigos significaba que el día que el grupo de amigos -como tantos otros- se disgregara, acabaría el colectivo.

Por otra parte, este funcionamiento casi negaba el acceso a los simpatizantes y muy especialmente a tantos hackers que he conocido, gente tímida, asocial o antisocial, que prefieren mil veces trabajar en red que en el mundo físico. Al negar poder o influencia a la lista de correo se acababa de un plumazo con estos simpatizantes, que podían haber estado y, aunque no del todo, haber mantenido viva la comunidad, al menos a un nivel virtual, y quizás haber sido fuente de los famosos relevos que, aunque llegaron, no han sido suficientes.

Save_the_net_400

La lista de correo era tratada como a un grupo de lurkers, y ni eso, porque ni tan sólo se mandaban a ella las actas de la asamblea física: se colgaban en un wiki, al que había que acceder con contraseña, como si las actas fuesen un super secreto de estado. Para mi este fue el más grave error: no dar cancha a la lista de correo. Conozco muchas comunidades que se aguantan en lo virtual y en lo físico y hace años que duran gracias, precisamente, a la fuerza que dan a su lista de correo. Nadie es entonces un intruso y todos pueden participar con la asiduidad que deseen y los tempos que necesiten.

Esto no pasaba en KernelPanic. Por por mucha empatía que hubiese con la gente del hacklab, como era mi caso, al ser más un grupo de amigos que un colectivo resultaba que, si asistías sólo de vez en cuando al sitio físico, te sentías de visita, no eras auténticamente del grupo, eras un extraño y lo último que se te ocurría era ponerte a liderar cualquier tipo de proyecto, vista la obligación de que sólo podía discurrir en el plano físico, donde a lo mejor no te sentías a gusto, o no tenías tiempo, o justo los viernes estabas haciendo otra cosa. Como no había continuidad de esta comunidad en el plano virtual, no había otra forma de encaje.

Este fue el error de TODOS. Los que están y los que se fueron. Fue el error de Xavi, de Alfonso, de Kike, de Mónica, de Pinto, de Hubble, de Casti, de Marc, de Álex. De todos.También el mío por no advertirlo en su momento, porque lo ví ya de entrada, pero estaba cansada de montar un hackmeeting, por aquel entonces, y tampoco les conocía lo suficiente para ponerme a discursearles.

Y así murió el hacklab. Recuerdo que atendí a una de esas llamadas que hacían de vez en cuando, de que por favor alguien fuese a las asambleas, que se estaban muriendo. Y fuí. Después de tres (!!!) largas horas sentada en una silla, escuchando opiniones que en una lista de correo se habrían ventilado en un momento con unos cuantos mensajes, que podría haber optado leer o no; proponiendo yo misma algunas cosas que fueron siempre tumbadas por el grupo mayoritario, que parecía haber convocado la asamblea simplemente para que les diesen la razón en sus decisiones; después de tres horas, digo, de aquella especie de dictadura del politburó -lo siento, amigos y amigas, pero eso parecíais al final de los tiempos de KernelPanic- me levanté y me fuí para no volver jamás.

Bueno, sí que volví, para alguna fiesta :) y porque siempre tuve buenos amigos y amigas allí, pero ya sin creer en el proyecto. Aquello de hack tuvo poco, desde el punto de vista de las redes. Sí tuvo de hack si pienso en los grupos cerrados (Hispahack, La Vieja Guardia, etc), que como todos y como el KernelPanic, acabaron muriendo.

Lo bueno de esto es que por fin acabó la agonía. Ahora es cuestión de tiempo que, con las cenizas del hacklab de Barcelona como abono, nazcan por fin nuevas iniciativas. Nada se destruye. Sólo cambia. Esperemos que la próxima vez dando el justo valor a la comunidad virtual, como a la física.

Fuente: Port 666


Descargar
Peso: 196.1 KB
Res: 744 x 1052 px
Descargar
Peso: 226.2 KB
Res: 579 x 819 px
Descargar
Peso: 265.1 KB
Res: 702 x 496 px
Versión PDF: Descargar artículo en PDF | Enlace permanente: https://info.nodo50.org/2306