Los titanes de la economía están destruyendo nuestras vidas

21 de septiembre. Fuente: Jacobin

El poder económico se traduce en poder político. Peter Phillips, autor de Titans of Capital, afirma que la clase capitalista está subvirtiendo la democracia y controlando la vida de miles de millones de personas mediante inversiones masivas en todo tipo de sectores, desde alimentos hasta armamento.

Entrevista por David Moscrop a Peter Phillips Traducción: Natalia López

Titans of Capital: How Concentrated Wealth Threatens Humanity, el próximo libro del profesor de sociología Peter Phillips, explora la influencia de los «titanes» de la economía mundial, los directivos de las diez principales empresas de gestión de inversiones que controlan casi 50 billones de dólares en activos.
En conversación con David Moscrop, de Jacobin, Phillips explica cómo estos 117 señores corporativos ejercen un poder económico y político sin parangón, configurando las políticas mundiales y profundizando las desigualdades económicas. Se aprovechan de crisis como el calentamiento global y la subida de los precios de los alimentos, utilizando instituciones como el Foro Económico Mundial (FEM) para promover sus intereses.

A pesar de su inmenso poder, siguen desconfiando de la política de masas y de los movimientos sociales, reconociendo el potencial de resistencia desde abajo.

¿Quiénes son los titanes y qué los convierte en titanes?

Los titanes son una especie de categoría sociológica de trabajo que representa a los consejos de administración de las diez principales empresas de gestión de inversiones del mundo: BlackRock, Vanguard, UBS, Fidelity, State Street, Morgan Stanley, JPMorgan Chase, Amundi en Francia, Allianz SE en Alemania y Capital Group.

Elegí diez empresas para crear un tamaño de muestra manejable, lo que dio como resultado 117 personas a las que llamo «titanes». Se trata de las personas más poderosas del mundo, que deciden dónde se invierten capitales por valor de casi 50 billones de dólares. Esa riqueza controlada por estas 117 personas no tiene precedentes. Cuando escribí mi libro Giants hace cinco años, ya era asombrosa, pero desde entonces se ha más que duplicado. Así que es toda una transformación.

El poder económico se traduce en poder político, y este último puede utilizarse para reforzar y aumentar el poder económico, y viceversa. ¿Cómo gestionan los titanes este proceso de retroalimentación entre poder económico y poder político?

No es que tengan poder político directo. El gobierno, el ejército y las agencias de inteligencia estadounidenses están diseñados para proteger los intereses vitales de Estados Unidos y del capital global. Aunque se adaptan a las necesidades de los titanes y pueden tener comunicación directa con ellos, no es que les den órdenes directas de marcha. Se trata más bien de una cuestión de influencia.

Los titanes participan en varios grupos políticos, siendo el Consejo Atlántico uno de los más poderosos. Al menos la mitad de ellos acude a Davos cada año, lo que amplía aún más su alcance en los entresijos del poder. En última instancia, los gobiernos capitalistas están estructurados para proteger al capital, razón por la cual la riqueza de los titanes sigue aumentando.

Estas personas existen para acumular capital y presionan al Estado para que establezca normas que faciliten su objetivo. Escribes que los titanes se benefician de la crisis climática, de la guerra y de las adicciones. ¿Cuál es su estrategia? ¿Es simplemente que son nihilistas, no les importa de dónde sacan su dinero? ¿Si hay una oportunidad, van a aprovecharla y explotarla?

Bueno, uno de sus mayores problemas es encontrar suficientes oportunidades de inversión seguras. Tienen más capital que lugares seguros donde invertir, lo que les empuja hacia inversiones especulativas. Deben encontrar continuamente nuevas oportunidades o impulsar agendas políticas que abran diferentes áreas a nuevas inversiones. Les encantaría que el clientelismo autoritario de la Federación Rusa de Putin fuera sustituido por un gobierno procapitalista que abriera las puertas a los vastos recursos naturales del país.

Su necesidad de crecer y lograr rendimientos del 6%, 7%, 8% o más significa que necesitan constantemente nuevas oportunidades de inversión. Esta búsqueda incesante a menudo conduce a inversiones especulativas, que a veces pueden salir mal, o a inversiones en áreas que tienen consecuencias negativas, como los combustibles fósiles que contribuyen al calentamiento global.

Tienen 400 000 millones de dólares invertidos en las principales empresas productoras de gas y petróleo del mundo, un compromiso que no pueden revertir fácilmente. Esa es una de las principales razones por las que el calentamiento global continúa: debido a esa inversión de capital. No hay forma de deshacerlo. No habría forma de tomar esos 400 000 millones de dólares y ponerlos en otro sitio que siguiera proporcionando un crecimiento similar.

Los titanes no desaprovechan una crisis si pueden explotarla. Usted sostiene que la crisis de asequibilidad ha sido un buen negocio para ellos. ¿De qué manera, por ejemplo, el aumento de los precios de los alimentos ha impulsado sus beneficios?

ueno, están ampliamente invertidos en las mayores empresas alimentarias. Tienen 85 000 millones de dólares en Archer-Daniels-Midland. Han invertido 165 000 millones de dólares en Cargill. La consecuencia de la desigualdad y el aumento de los precios de los alimentos es nefasta: varios cientos de millones de personas en el mundo viven con solo 2,15 dólares al día, y el 80% de la población mundial vive con menos de 10 dólares al día. Esta enorme desigualdad sigue creciendo, lo que provoca veinticinco mil muertes diarias solo por desnutrición.

A las grandes finanzas se les da muy bien crear y utilizar instituciones que respalden sus fines o blanqueen sus historiales o se ocupen de sus relaciones públicas. Usted pone como ejemplo Davos y el Foro Económico Mundial. ¿Cómo utilizan los titanes esas instituciones como maquinaria de relaciones públicas?

Han adoptado el Foro Económico Mundial porque proporciona una plataforma para promover la idea de la buena gobernanza y la seguridad universal. Pero en gran medida es propaganda destinada a defender el capitalismo. Los titanes reconocen las crecientes desigualdades y la consiguiente resistencia que la acumulación verticalista de capital puede provocar entre las poblaciones mundiales. Así que intentan mitigarlo. Al participar en foros como Davos, intentan presentar el capitalismo y sus actividades como beneficiosos y equitativos. Nada más lejos de la realidad.

Afirman que la pobreza extrema ha ido disminuyendo, y así había sido hasta que llegó la pandemia, que hizo que volviera a aumentar en un par de cientos de millones de personas. Sin embargo, incluso antes de la pandemia, el descenso de la pobreza extrema se debía principalmente al progreso de un país: China. China eliminó deliberadamente la pobreza extrema, definida como vivir con 2,15 céntimos de dólar al día. Aunque China todavía tiene varios cientos de millones de personas que viven con 5 dólares al día, ha conseguido eliminar la pobreza extrema según la definición de la ONU. En cambio, la pobreza extrema no se ha eliminado en ningún otro lugar del mundo y, de hecho, ha aumentado en varios países capitalistas.

¿Tienen algún punto débil los titanes? Parecen tan tremendamente poderosos que el proyecto a largo plazo de deshacer el orden plutocrático y luchar por la democracia económica y la justicia parece extraordinariamente difícil. ¿Ve algún punto en el que sean vulnerables?

Son vulnerables a la política de masas y a los movimientos sociales de cualquier tipo: movimientos por los derechos civiles, movimientos contra la pobreza y disturbios urbanos, aunque los gobiernos de todo el mundo puedan reprimirlos violentamente. Esta vulnerabilidad es una de las razones por las que Davos se reúne anualmente: para acomodar o realizar cambios que puedan adelantarse a cualquier posible movimiento social que pueda amenazarles.

Tienen miedo a la revolución desde abajo porque no son más que una pequeña minoría de personas con una riqueza extrema que intentan mantener esta desigualdad, que cada vez es mayor. Siguiendo la idea de Marx, parece inevitable que estas clases bajas acaben por resistirse y decir: «listo, no vamos a jugar más». Los titanes son constantemente conscientes de ello e intentan mitigarlo lo mejor que pueden.


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