Los espectros de Mayo y la profanación de las esculturas
13 de abril de 2008.
La Felguera ...
“Los potentados de hoy en día entienden perfectamente la palabra «revolución», cuando pretenden que la revolución ya está hecha. ¡Que digan mejor la «contrarrevolución»! La revolución, hay que señalarlo una vez más, es la felicidad de todos; esto es lo que no tenemos.”Babeuf: “¡La revolución es el orden!”
Sr. Delaye, Embajador de Francia, ¿Ha recibido ya nuestro telegrama? Como se suele decir: ¡Esto es lo que hay!”. El Instituto Francés guarda silencio, pero la Sra. Aguirre habla y habla… ¡Mirad! ahora vuestro arte ilustra todos vuestros miedos: miedo al desorden y el caos, al deseo liberado y… el retorno del Terror. De forma sencilla y modesta hemos desviado, durante una maravillosa tarde, vuestras sagradas esculturas del Paseo de la Castellana y AHORA un puñado de locos quieren joder vuestra infame celebración del Dos de Mayo. ¿Quién los ayuda? Frío, frío, frío…
¡Wikipedia trabaja junto a la disidencia! (entra antes de que lo borren: http://es.wikipedia.org/wiki /Levantamiento_del_dos_de_mayo #Enlaces_externos).
Todo está previsto y así ha de seguir siendo. La historia tiene una marcha triunfal que no se puede parar. Los dueños de la historia le dan a ésta un sentido, una dirección que contiene en sí una significación: la de que nada puede ser de otra forma que tal y como es. La historia en su infinitud alcanza a ser finita, esto es, se presenta como determinada, conclusa. La democracia y el capitalismo son su culminación y no cabe ir sino hacia su continua perpetuación. Y para que la inmovilidad continúe su curso no basta sólo con el riguroso y cotidiano control, el desarrollo autonomizado de la economía y la imposición de falsas necesidades, es necesario también extirpar cualquier memoria de lo que pudo llegar a ser y no fue . El control del pasado le es imprescindible al poder para asegurar su futuro.
Cuando el poder celebra su historia oficial su intención no es (o al menos no sólo es) conmemorar las glorias pasadas, sino, sobre todo, hacer ver que este presente es el único posible. Cualquiera que exponga otra visión de la historia está rompiendo el consenso, está yendo contra la verdad históricamente fundada por y para el poder. En su discurso de Navidad, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre lo resumía de este modo: “tan reprobables son los que miran al pasado sólo para descubrir los errores como los que se olvidan de honrar las gestas heroicas" Ahí está dicho todo. Sólo puede haber una historia como sólo puede haber un futuro: el suyo.
El pasado se presenta como una imagen eternamente igual a sí misma. La Revolución Francesa y tras ella todas las que la siguieron sólo pudieron acabar como acabaron, como si la historia misma hubiese sido ya escrita cuando aún estaba por realizarse. Ésta es la gran farsa, que sirve para presentar a la contrarrevolución vencedora como la única posible realidad, la auténtica revolución realizada. Así, la presidenta de la Comunidad de Madrid puede decir que el dos de mayo fue “el nacimiento de una gran nación de hombres libres e iguales que quieren ser dueños de su destino.” Sólo cabe un destino, que es el que vivimos, y una libertad que no es sino la de la democracia de mercado y ello se lo debemos no a oscuras fuerzas que rigen la historia, sino al propio “pueblo” que se alzó para alcanzarlo. El poder ya no presenta una imagen histórica del pueblo como populacho pasivo, necesita del consenso y de la participación de todos y cada uno de nosotros en lo existente, por ello el pueblo es presentado como sujeto activo que irrumpe en la historia para llevarla hacia donde nos encontramos. ¿De qué podemos quejarnos? Somos lo que hemos querido ser y vivimos en el mundo que nosotros mismos hemos creado.
Del mismo modo, cuando los organizadores de un coloquio en el Instituto Francés de Madrid comparan los hechos del Dos de Mayo con los de Mayo del 68 aciertan plenamente. Si el Dos de Mayo funda las bases del moderno Estado democrático español, Mayo del 68 sería el momento en el que se da otro giro a lo existente para que continúe perviviendo. El Estado del Bienestar ya no sólo debía asegurar la supervivencia económica sino la felicidad de todos , esto es lo que se trataba de alcanzar en el mayo francés y lo que se logró con el reino del ocio dirigido y de la mercancía individualizada en el cual vivimos en el que cada persona puede elegir las mercancías y las formas de vida más afines a sus necesidades, sus inclinaciones, su sensibilidad o su sexualidad. ¡Ahora sí que no puedes quejarte, eres libre para elegir! Mayo del 68 deja de ser un fantasma a exorcizar y se convierte en uno de los fundamentos del presente. Por supuesto, cualquier alusión a una felicidad que no tenga su encarnación en la mercancía y trate de ir más allá de lo dado y permisible (lo que pasa irremediablemente por la destrucción de lo existente) es o una quimera o terrorismo. El contenido utópico, redentor, verdaderamente revolucionario, es suprimido, reducido a literatura o vana ensoñación y enviado al basurero de la historia, allí donde nada ocurrió y jamás debió ocurrir. Pero, a pesar de todo, sabemos que pudo llegar a ser . Ese es el cometido de la historia, traer al presente la memoria de lo que pudo llegar a ser y no fue para poder seguir aspirando a realizarlo. Por eso les aterra esa memoria, por eso tratan de extirparla. Y por eso celebran, conmemoran y crean una historia que no es sino una imagen del presente. Nosotros pretendemos dar un salto desde el pasado para abolir el presente.
¡Camarada! ¡Únete al Terror y jode su Historia!
Contra sus celebraciones y aniversarios.
Contra el Mayo del poder: maquina, conspira y boicotea.
Fuente:La Felguera
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