Lautaro, el autismo y el agua
12 de septiembre de 2010.
Desde el Psicoanálisis orientado desde las enseñanzas de Freud y Lacan, a un niño con una conducta que no se comprende, que tiene comportamientos raros, que no habla, que desvía la mirada, que maneja su cuerpo de un modo peculiar, se le da un estatuto diferente. No se lo considera como alguien que tiene un déficit, falla o una alteración a quien hay que corregir o adaptar. Se concibe al niño como un sujeto que produce de un modo particular en la dirección del desencuentro .
Los niños que presentan una patología grave de la subjetivación :
- No son indiferentes a la presencia del Otro, pero no están dispuestos a ser requeridos por él.
- Están alojados en el lenguaje pero no lo hacen suyo.
- Sostienen una decisión de mantenerse al margen y todo el trabajo que realizan está al servicio de sostener dicha decisión.
- Concebir las patologías graves de la subjetivación desde esta perspectiva tiene consecuencias en su abordaje, por un lado nos permite salir de la impotencia y sostener la pregunta de ¿quien es? o de ¿quien se trata?, y por otro nos orienta, a padres, docentes y profesionales, habilitando así un trabajo posible para alguien que no esta dispuesto a consentir.
Fuente: EnlaVuelta