La mujer en la lucha social en Chile

24 de marzo. Fuente: Paco Salud

Organizaciones de mujeres

A la primera Sociedad Mutualista, creada en Valparaíso en 1887, le siguieron otras del mismo carácter, como la Sociedad Unión y Fraternidad de Obreras (1891), "Ciencia y Progreso de la Mujer" (Valparaíso, 1894), la Sociedad de Obreras Instrucción y Socorros Mutuos N1 (1894), la Asociación de Señoritas Unión y Ahorro (1897), la Sociedad Progreso Social de Señoras y Socorros Mutuos (20 de Agosto 1900), Sociedad de Protección Mutua "La Mujer" (Antofagasta 1906), la Combinación de Señoras "Instrucción y Socorro Mutuo" (Tocopilla, 1906) y la Asociación de Costureras "Protección, Ahorro y Defensa" (Santiago, 1906).

Por Héctor Pavelic Sanhueza.

Paralelamente, se fundaron otras organizaciones de mujeres, como la Sociedad "Estrella del Mar", la Sociedad de Señoras de Valparaíso (1892), la Sociedad de Emancipación de la Mujer (Iquique, 1901), Sociedad "El Triunfo Ilustrado Femenino" (1906), Sociedad de Señoras de Temuco (1906), Sociedad "Estrella Chilena de Señoras" (Santiago, 1906).

Nacen las sociedades en resistencia:

Sobrepasando la fase de las mutualistas, se crearon las primeras organizaciones en Resistencia, orientadas por el anarquismo, como la Federación Cosmopolita de Obreras en Resistencia (1903), la Sociedad Unión en Resistencia de Tejedoras y la Sociedad en Resistencia de Sombrereras (1906) y la Sociedad en Resistencia de Operarias de la Casa Matus (1907). Una de las mujeres que tuvo una actividad muy destacada en la organización de las sociedades en resistencia, fue Ángela Muñoz Arancibia.

El movimiento feminista chileno, influenciado por las acciones de las mujeres europeas y norteamericanas, tuvo un nuevo impulso hacia 1910, con la fundación de la Federación Femenina Panamericana, impulsada por María Espíndola Núñez. Varias autoras escribían en periódicos y revistas artículos sobre la liberación de la mujer, reclamando derechos igualitarios a los de los hombres. María Eugenia Martínez firmaba ensayos feministas con el nombre de Maruja. Asimismo, Martina Barros de Orrego publicó -en 1917 en la Revista Chilena, una de las revistas más importantes de ese período- un polémico artículo sobre el voto femenino.

La lucha de la mujer por la conquista de sus derechos, tuvo un importante avance en 1925, al promulgarse el decreto Maza que otorgaba a las madres la patria potestad de sus hijos en caso de muerte o inhabilidad del padre, la libre administración de sus bienes, fruto del trabajo industrial o profesional, y el derecho a ser testigo.

En 1919, la educadora Amanda Labarca, creó el Consejo Nacional de Mujeres. Una de las principales tareas de este organismo, fue elaborar un proyecto sobre derechos civiles y políticos femeninos. En ese año, un grupo de mujeres intelectuales fundó el "Círculo de Lectura", iniciativa muy criticada por los "machistas" de la época. En 1920, Delia Matte Izquierdo, creó el "Club de Señoras" destinado a elevar el nivel cultural de la mujer burguesa y de las capas medias. En 1918 se había fundado el Club de Señoras de Talca y en 1919 otro similar en Concepción. Al mismo tiempo sesionaba el "Centro Psíquico femenino", la Gran Federación Femenina de Chile (1920) y el Comité Pro Derechos de la Mujer (1922).

La formación de los primeros organismos de la clase obrera, como las Sociedades en Resistencia, las Mancomunales, la FOCH, FORCH, IWW, etc., abrieron nuevos cauces para que la mujer chilena se incorporara a la lucha social y sindical.

Las organizaciones obreras y los Centros de Estudios Sociales, fueron los más decididos propulsores de la participación de la mujer obrera, empleada o estudiante, en las luchas por la igualdad social y económica. Trataban de mejorar el nivel cultural de la mujer proletaria, alentándolas a actuar en los grupos de teatro que fueron creándolos desde la pampa salitrera hasta Punta Arenas.

Los compañeros anarquistas y socialistas estimulaban, asimismo, tanto la publicación de artículos a favor de la emancipación de la mujer en los periódicos obreros, como "El Despertar de los Trabajadores", "Luz y Libertad" "El 1 de Mayo" de Iquique, "La Evolución" de Valparaíso, donde aparecían frecuentes convocatorias a reuniones de los Centros Femeninos "Belén de Sárraga", y otros que se habían formado a raíz de la visita que esta luchadora había hecho a Chile.

Belén de Sárraga y los Centros Femeninos

La española Belén de Sárraga, que había llegado a Santiago en l9l3, dio conferencias en las que expresaba su pensamiento libre, con fuertes críticas a la iglesia. José Santos González Vera anotaba: "los aplausos, los gritos, las palabras ardientes se confundían. Y luego nos retirábamos henchidos, felices, como si en ese instante Dios, las iglesias y el clero se hubiesen disueltos". Invitada por los trabajadores a dar charlas feministas, recorrió la pampa salitrera. "Regresa a Iquique donde presenta cinco conferencias, se dirige a Negreiros y Pisagua para retornar al puerto. El sábado 3 de Julio de 1914, el Centro Anticlerical propicia una velada en el local de El Despertar. Al finalizar el acto, precedido por la estudiantina Germinal y al son de la Marsellesa, se dirigió la columna de manifestantes acompañando al hotel, a Belén, pasando en marcha triunfal por frente de la vicaría a las 2 de la mañana" . El mismo año de su llegada (1913) se creó la "Liga de Mujeres Libre Pensadoras" en Valparaíso y el Centro Femenino Anticlerical.

Los centros femeninos "Belén de Sárraga", fundados después que ella dejara Chile, ponían en escena obras de teatro popular, donde actuaban numerosas mujeres, entre ellas Teresa Flores, Aída Osorio, Ilia Gaete y otras.

La Iglesia lanzaba anatemas, a través de su "Revista Católica", contra Belén de Sárraga, tratando de desprestigiarla con el argumento de que "la conferencista nada valía, sirviendo a lo más para hacer su propio negocio y el de un partido político" .

En el mismo número se lamentaba de que vamos "de abismo en abismo, al proclamarse la emancipación de la mujer, es decir el mayor de los horrores... Si la emancipación de la mujer ha sido y es proclamada a gritos y preparada sin ningún rubor por medio de la coeducación, felizmente resistida en la instrucción secundaria, pero practicada de hecho en la escuela de medicina y de dentística, en medio de los "relinchos de la lujuria", como habría dicho Bossuet" . A pesar de este terrorismo ideológico, se creó en 1916, el Centro Instructivo de Libres Pensadoras "Luisa Michel" en recuerdo de la insigne luchadora de la Comuna de París (1871).

Uno de los primeros artículos de una militante del POS, publicado en "El Socialista" el 30 de abril de 1913, con la firma de Sara B. de Armijo, "La Mujer y el Socialismo", manifestaba: "desde que socialismo no admite opresión, esclavitud o imposición de voluntad, no rechacéis al que quiere daros luz, que desea guiaros por la senda, que debe brillar vuestra figura a la par que la del hombre (...) el socialismo será la redención de la mujer, porque el compañero se haya penetrado de que la esclavitud no debe ni puede existir, de manera que la mujer para él no es un fantoche ni un ser despreciable, como era mirada en los tiempos de antaño (y todavía hay quienes creen que no ha terminado la esclavitud de la mujer), sino una compañera a quien se debe prodigar respeto"

La compañera Teresa Flores, junto con Juana A. de Guzmán, María Castro y otras fueron animadoras de esos Centros Femeninos, que germinaron en plena pampa salitrera. El 10 de abril de 1913, Teresa Flores escribía en El Despertar de los Trabajadores": "hago saber a las lectoras de Iquique, que en el vecino puerto de Antofagasta, se ha organizado el viernes último un centro de mujeres librepensadoras. Invito a mis amigas y compañeras de ideas a organizar aquí en Iquique un centro análogo al de Antofagasta".

Allí se gestaron las "huelgas de las cocinas apagadas". Virginia Vidal -en una entrevista hecha por Luisa Werth- recuerda que cuando no había alimento en las pulperías de las oficinas salitreras "surgía el conflicto de las Cocinas Apagadas”. Los comités de dueñas de casa iniciaban la movilización hacia el sindicato. Los hombres llegaban a almorzar. Al no encontrar a las mujeres, viendo que no había qué comer, también se iban al sindicato. Nos íbamos a la línea por donde venía el vagón con los hombres -traídos como animales, nos cruzábamos por delante haciéndolos bajar y obligándolos a ir al sindicato. Las directivas obreras y de dueñas de casa partían a la oficina central, al Bienestar, a tratar el asunto con los patrones. Llegaban carabineros, pero tenían miedo porque las mujeres les agarraban el trasero, lo que los ofendía mucho"

En la historia de la pampa salitrera también estará presente la mujer. En los primeros tiempos llegan allí para los más variados servicios: desde cocinera, ayudante de pulpería o empleada, hasta prostituta.

Al establecerse los campamentos, ya llegan como esposas y, al calor de las luchas del trabajador, también van desarrollando su propia conciencia. Surgen las Organizaciones de Mujeres, organizaciones que luchan por la igualdad de condición y de trabajo.

En períodos de conflicto las mujeres organizaban la Acción Directa. Promovían Huelgas de Viandas: se negaban a preparar la comida que los hombres debían llevar a las faenas.

Se levantaban muy temprano, se apostaban en las esquinas donde apedreaban a los que no acataban los acuerdos de paro y les pegaban, botándoles las viandas. Cuando intervenían los uniformados éstas mujeres se enfrentaban a ellos. Frente a los abusos de los señores de las pulperías las mujeres, muchas veces, asaltaron los locales y repartieron los víveres; eran encarceladas por saqueo lo que daba pie a movilizaciones más amplias, en las cuales los obreros organizados y las mujeres llegaron a tomar la administración de las salitreras. Los conflictos se resolvían, en definitiva, con la intervención del Ejército, que acudía presuroso a los llamados de los patrones.

"En los movimientos sociales, las pampinas desempeñaron actividad y heroísmo. En la masacre de "San Gregorio" se encarceló a 3 mujeres. Doña Irene Vargas, durante los días acres de la matanza de "La Coruña", recorrió la Pampa de Tarapacá para "ayudar a bien morir a los "federados", desafiando sospechas, balas y amenazas. Esta activa solidaria le valió un título de fuerza y dulzura: la abuela de la revolución. Doña Juana Barraza y doña Lucía Zajaya procedieron con igual entereza. En la Huelga del Tarro, las mujeres de Antofagasta, en 1919, demostraron decisión directa: Era menester un acto contundente; se acostaron en la línea férrea y como la policía no pudo retirarlas, el tren se detuvo y la Huelga fue ganada" .

La mujer también comenzó a intervenir activamente en la Federación de Estudiantes de Chile (FECH). José Santos González Vera, en un relato autobiográfico titulado; “Cuando era muchacho”, relata la actitud de los hombres ante la primera actividad de las mujeres universitarias en la FECH de 1920: "Los estudiantes, cuando ellas expresaron su deseo de colaborar, procedieron con prudencia. Hiciéronles arreglar el Club, ordenar la biblioteca y organizar tés en beneficio de la escuálida caja estudiantil" .

En el mismo libro, González Vera recuerda las representaciones que se hacían en el teatro obrero del centro "Francisco Ferrer", de tendencia anarquista. A ese local, "llegó un día una mujer que habló ante nosotros. Las demás, muy pocas, que acompañaban a sus maridos, toleraban nuestras ideas más por ser cónyuges de libertarios que por nacerles. La joven habló de la emancipación femenina" .

Desde principios de siglo, las mujeres comenzaron a trabajar en los tranvías, en calidad de conductoras. "Llevaban una canotier sujeto al moño con largo alfiler -recuerda Joaquín Edwards Bello. Cuando regresé de mi larga estada en Europa, el año 1920, presencié una escena tranviaria que me llenó de asombro; dos borrachos subieron al tranvía eléctrico entonces y encararon a la conductora, chiquita y morena, de manera ofensiva. Tomó ésta, uno por uno del brazo y los hizo bajar mediando puñetes de añadidura" .

La norteamericana Marie Robinson Wright, de visita en Chile, comentaba en 1904: "las mujeres andan solas", juicio corroborado por Charles Pepper en su libro De Panamá a Patagonia, publicado en 1906: "Las Chilenas son menos limitadas por sus tradicionales formalidades españolas que las mujeres de otros países de América del Sur. Ellas emprenden ocupaciones por sí mismas y muchas están empleadas en los negocios y oficinas". Con criterio similar opinaba el escritor inglés W. H. Koebel en 1913: "En la actualidad, su educación es tan liberal que el elemento femenino llega a tener opción a exhibir sus cualidades intelectuales" .

Nota: Belén de Sárraga, algunos de los historiadores han hablado de su condición como feminista y su postulado anticlerical pero ninguno ha dicho que Belén de Sárraga, era una activa militante Libertaria, que sus ideales de sociedad estaban muy distante de cualquier postulado autoritario y estatista dado que ella misma se consideraba Anarquista, creo importante señalar esta situación que siempre se trata de ocultar.

La Escuela Libertaria:

En Iquique, por 1947, en plena dictadura de Gabriel González Videla, nacía una Escuela Libertaria para responder a las necesidades de las trabajadoras, tejedoras de red. En esa experiencia estaba una mujer libertaria que acababa de llegar de la Guerra Civil Española, ella era hija de libertarios Vascos y como tal había crecido en el exilio justo allí en Iquique, donde había aprendido a amar y querer las ideas libertarias. Desde muy temprano fue caminando por el sendero de sus padres y aprendiendo de ellos, y en 1935 viajó a España para integrarse a la lucha por la emancipación social.

En 1936 vivió la experiencia del inicio de la Guerra Civil Española, de la cual participó hasta la derrota de 1939. Saliendo hacia Francia permaneció prisionera hasta 1942 y de regreso en Chile, se contactó con sus compañeros y comenzó a organizar la ayuda a los perseguidos por el franquismo.

En 1947, creó el Ateneo Libertario "Luisa Michel" recordando a la insigne luchadora de la Comuna de París (1871). El Ateneo "Luisa Michel" fue entonces por casi 4 años un lugar donde las mujeres podían desarrollarse en lo cultural, y en 1953 tomó el rumbo de escuela libertaria, duró esta experiencia hasta el año 1957, donde los hijos de estas mujeres aprendimos las primeras letras y esto fue la experiencia más hermosa que se haya gestado en este puerto histórico.

Flora Sanhueza, fue la mujer libertaria que supo ejercer su influencia anarquista hasta el fatídico 11 de septiembre de 1973, fue arrestada y torturada, luego puesta en arresto domiciliario, y el 18 de septiembre de 1974, falleció a consecuencia de la tortura. Esta mujer es el amor más grande de mi vida, ella es mi madre.

Héctor Pavelic Sanhueza.


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