Artículo: Internet y exclusión tecnológica (También Contamos)

19 de junio de 2000.

Todo parece apuntar a que el 2000 va a ser el año del despliegue total de Internet. Durante todo el 99 se ha venido gestando una operación que en la superficie tiene bastante de mediática y en su base es un movimiento de pieza de gran calado en el que participan unas cuantas megacorporaciones económicas, verdaderos centros de poder real a nivel mundial, dentro y fuera del mundo de la comunicaciones. El año ha amanecido con la fusión de America On Line, Time Warner, a las que se sumaba hace unos días Emi, creando un inmenso imperio comunicativo que aspira a hacerse con una buena parte del mercado del cable, internet, música y televisión. Más de andar por casa pero interesante dentro de este proceso fué el lanzamiento y despegue del portal de telefónica en internet (Terra) que aspira a convertirse en el mayor proveedor de servicios en la parte de la red que todavía piensa en castellano. Sin entrar en detalles (los billones han salido repetidamente en todas las portadas de telediarios, radio y prensa), lo que deberíamos sacar en claro de todo esto es la tendencia que se da en el mercado de las comunicaciones que pretende convertir Internet en el terreno paradigmático de comunicación social dentro del cual se ha de vivir, pensar, vender, comprar, estudiar, descansar, ligar, vivir. El diseño físico de la red, su naturaleza horizontal y la facilidad de acceso que garantiza la irrupción en masa con bajos conocimientos técnicos, anima al mercado a embarcarse en la construcción de lo que se está empezando a conocer como empresa total que se haga cargo de todo tipo de demanda y satisfaga, en un proceso a medio plazo, la inmensa mayoría de necesidades oportunamente creadas y alimentadas. Desde el menu de un restaurante hasta asistencia psicológica. De la programación basura de la TV a la retrasmisión en directo del fin del mundo. Snuff movies con música clásica de fondo o los secretos mejor guardados de la zoofilia no antropocéntrica.

Si bien estamos ante una tendencia real en la que comienza a implicarse a un amplio conjunto de sectores sociales (las amplias clases medias y sectores profesionales) , deberíamos hacer un esfuerzo por situarla dentro de lo que son las pautas de producción y de consumo de este mundo en el que nos ha tocado ver pasar un siglo y nacer otro nuevo; el tiempo de la globalización y del capitalismo postfordista que permite diseñar estrategias productivas orientadas al consumo de determinados nichos sociales ( el consumo de masas uniformador y "democratizante" pasó a mejor vida junto al estado del bienestar) que garantizan beneficios inmensos sin necesidad de que implicar a la gran mayoria de la población de un país o del mundo. Es más: todo el despliegue que se ha hecho a nivel mediático en los dos últimos años sobre la sociedad de la información, la red de redes y el ciberespacio, oculta que lo que se ha ido creando es un territorio de producción cultural y consumo, de ámbito mundial y orientado a las clases medias y sectores profesionales del mundo desarrollado que por su peso demográfico y poder adquisitivo se convierten en el objetivo a batir. Lo demás es una pura y simple campaña de marketing que presenta un fenómeno que se explica dentro de una estrategia de mercado, como una supuesta experiencia universal, democratizante e igualitarista. No olvidemos que el acceso a la red es absolutamente prohibitivo para más del 80% de la población mundial, que la tendencia es la de reducir aún más el cerco entorno al occidente desarrollado y que una nueva barrera de exclusión social se está levanatando frente a aquellos que no disponen ni dispondrán de acceso al medio que, paradójicamente se está convirtiendo en el espacio convencional y formal por excelencia de la comunicación social. De aquí a poco se nos va a intentar convencer de que fuera de la red no hay nada, lo que significaría dejar fuera de la realidad (virtual) a la mayoría de la población mundial (que vive y sufre en la realidad real: la jodida supervivencia del día a día).

Aunque no lo parezca, no es catastrofismo lo que destilan estas líneas, sino lo que entendemos como un análisis de tendencias globales , urgente pero imprescindible para no perderse en los laberintos de la red. Sin duda, el nacimiento y el desarrollo de Internet en los últimos años (o meses) es mucho más de lo que hemos intentado introducir en estas notas rápidas y de hecho nuestra experiencia cotidiana en en ciberespacio coincide con muchas otras que trabajan duro por crear espacios de subversión y resistencia frente al mercado y al poder, rescantando entre el barullo y la niebla que impera, discursos y prácticas de transformación social. Existe una determinada relación de fuerzas entre el mercado y los movimientos sociales en la red que ni mucho menos es estática, puede y debe replantearse y redefinirse a través de la acción colectiva y el trabajo en red de los agentes sociales revolucionarios. Pero esa es otra historia. La escribimos día a día en las páginas de nodo50.

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