El horror de las residencias de Madrid
18 de marzo. Fuente: Por Betzie Jaramillo*
Murieron de una manera horrible. Ahogadas. Asfixiadas. Deshidratadas. Por falta de atención médica». Sus familias y los ciudadanos de Madrid se merecen y exigen la verdad de lo ocurrido…
Madrid superó a toda España y a toda Europa en la mortalidad en la pandemia COVID-19 debido a la inmisericorde decisión administrativa de la Comunidad, presidida por Isabel Díaz Ayuso, de no trasladar a los enfermos de las residencias a los hospitales y dejarles abandonados en su agonía. La Comisión Ciudadana por la Verdad ha presentado su demoledor informe.
El informe calcula que 4.000 de los 7.291 fallecidos se podrían haber salvado
Devastador. Leer el informe de la Comisión Ciudadana por la Verdad en las Residencias de Madrid es desolador. Las palabras secas, austeras y los datos feroces que se leen en él vuelven a dibujar el espanto que se vivió en las residencias de Madrid entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020, las peores fechas de la pandemia de la COVID-19. Al menos, uno de cada cinco residente murió. Y de qué forma. Solos, ahogados, encerrados y sin recibir ayuda ni traslados a hospitales ni medicación para paliar sus sufrimientos. 7.291 muertos. 4.000 de ellos podrían haber sobrevivido.
Los familiares esperaban impacientes en las escaleras del Ateneo de Madrid mientras la Comisión presentaba el informe a la prensa. Había llegado el momento de poner negro sobre blanco y dar a conocer el horror de lo ocurrido. Y en números, como ese 21,5% de todas las personas que vivían en las residencias que perdieron la vida, de las 1.300 camas del hospital de IFEMA que sólo 23 fueron ocupadas por residentes con síntomas leves y ninguno en los 14 hoteles medicalizados y ni uno solo en las camas de los hospitales privados, la multiplicación por seis los fallecidos en comparación con años anteriores, el récord de mortalidad de la Comunidad de Madrid en toda Europa y que sólo el 1,7% de los decesos en residencias fueron investigados por la Fiscalía de Madrid. Tras estos números está el famoso Protocolo de la Vergüenza, esa orden de no trasladar a los enfermos a los hospitales, excepto lo que tenían un seguro privado.
El magistrado emérito Martín Pallín, presidente de la Comisión, junto a los demás miembros María Victoria Zunzunegui, epidemióloga, la politóloga Cristina Monge, el redactor del informe Fernando Flores, el abogado Eduardo Ranz, la escritora Anna Freixas y el médico Fernando Lamata elaboraron el informe con datos oficiales, informes públicos y sociedad civil, entrevistas al personal de las residencias y supervivientes e investigaciones periodísticas y académicas donde quedan claras las causas y responsabilidades de la tragedia. Y la total falta de interés de las autoridades para escuchar a las familias y la vergonzante ausencia de justicia ante decisiones administrativas que costaron 7.291 vidas. Como recuerda una de las personas que dieron su testimonio: «Se murieron de una forma horrible, horrible. Lo peor y lo voy a recordar hasta el día que me muera de cómo murieron esas personas. A mí me gustaría que la gente supiera cómo se murieron por no recibir atención médica. Murieron de una manera horrible. Ahogadas. Asfixiadas. Deshidratadas. Por falta de atención médica». Sus familias y los ciudadanos de Madrid se merecen y exigen la verdad de lo ocurrido.
* Betzie Jaramillo Becker es periodista y guionista chilena. Ha trabajado en televisión, radio y prensa escrita en Chile y España. En 2005 obtuvo el Premio SERNAM “Periodismo y Mujer”. Forma parte del Colectivo LoQueSomos.