El gobierno aprueba por la cara más de 9.000 millones de euros extra de gasto militar en el primer semestre del 2022

7 de julio de 2022. Fuente: Tortuga

Acabados los fastos de la OTAN y la cacareada noticia de que piensan aumentar el gasto militar hasta llegar al 2% del PIB anual (cifra a la que, según lo que se entienda por gasto militar podemos decir que ya sobrepasamos), podemos hacer un repaso de la actuación durante este año del gobierno y comprobar que la decisión ya estaba tomada y se venia llevando a la práctica con regularidad por el gobierno de la nación, que en lo que va desde enero a junio incluidos ha aprobado gasto militar extrapresupuestario por nada menos que 9.220.09 millones de euros de matute.

No todo este chorro de pasta que ha comprometido el gobierno se gastará en el presente año. Algunos contratos, sobre todo de suministros de armas y material de guerra, se distribuyen en varias anualidades.

Por Juan Carlos Rois

En la tabla siguiente podemos contemplar la cronología de estos compromisos.

Es de ver que la mayoría de ellos se han adoptado en diversos Consejos de ministros y ministras, concretamente en 13 de dichos consejos que involucran/esconden gasto militar en varios ministerios, principalmente Hacienda y Defensa, pero también Transición Ecológica, Agricultura e interior, así como el fondo de Contingencia.

Llama la atención este mecanismo de aprobación por la puerta de atrás de compromiso de gasto militar a varios años vista cuando una parte del Consejo de ministros no se cansa de cacarear su oposición al gasto militar. ¿Dan con una mano lo que quitan con la otra?¿Van dormidos/as al Consejo de ministros y ministras y no se enteran cuando les cuelan un compromiso de gasto militar? ¿lo justifican? ¿Se oponen con uñas y dientes a este despropósito y hacen constar su desacuerdo? ¿Miran para otro lado silbando la internacional y dan la cosa por perdida? No andamos muy sobrados de coherencia que digamos y el contraste de los cuentos y las cuentas deja muy poco margen para explicaciones convincentes de una izquierda que se dice pacifista y consiente en sus propias narices el despliegue de los intereses de los señores de la guerra sin decir esta boca es mía.

Pero, al margen de esta contradicción, que allá los que sigan pensando que con esta recua llegamos a buen puerto, volvamos al gasto comprometido.

En los seis meses se ha aprobado una ampliación del gasto destinado a exportar la guerra por medio de nuestra participación en operaciones militares en el exterior de 861,63 millones de euros con recursos del fondo de contingencia, lo que quiere decir que el gasto en operaciones en el exterior previsto ( 314,36 millones en el presupuesto de defensa y otros 236,03 millones escondidos en el presupuesto de Relaciones Exteriores) alcanza la nada despreciable cantidad de, al menos 1.412,02 millones de euros para las 24 operaciones en el exterior que desarrolla España (18 militares y 6 de guardia civil y policía), a los que Sánchez Castejón quiere sumar según declaraciones del sábado 2 de julio otros 1000 millones más en este año (la ministra del ramo dijo días antes que 3000).

Para quienes no estén muy puestos en el despropósito, España lleva invertido en poner la pica allende los mares un mínimo de 18.827,97 millones de euros desde 1988 a la fecha, y más de 140.000 efectivos implicados en más de 105 conflictos en los que hemos intervenido: inversión que, como es conocido, ha aportado al mundo un stand de paz nuca visto, lo cual justifica más aún este gasto en detrimento, por ejemplo, de la ayuda al desarrollo.

Otro de los capítulos importantes en los compromisos de gasto a futuro lo componen los contratos de adquisición de armas, que han alcanzado en este año la nada despreciable cifra de 6.199,75 millones de euros para dotarnos de vehículos no tripulados de guerra, aviones y helicópteros de combate y camiones militares. Para quien ande un poco mareado con las cifras, este gasto comprometido equivale a 103,2 veces el presupuesto anual que gestiona el ministro Garzón, más de 11 veces más del dinero que recibe el ministerio que gestiona Irene Montero, 1,3 veces lo que gestiona el ministerio de Ione Belarra y 2,7 veces lo que gestiona Yolanda Diaz si descontamos las prestaciones a desempleados y diversas prestaciones y organismos autónomos del ministerio.

También contamos con una partida de 767,85 millones de euros destinada a combustible líquido para las fuerzas armadas. Mucho combustible y mucha huella ecológica la de los ejércitos, otro de los aspectos sobre los que nadie habla.
En suma, un semestre en el que, laboriosamente, cual hormiguita del cuento, el gobierno ha ido acrecentando el disparatado gasto militar español a la chita callando, mientras la sociedad dormida, cual cigarra, vagabundeaba sin reparar en el desatino cuartelario con el que nos van a atar por nuestro bienestar y nuestra seguridad mal entendida, que para eso somos uno de los pocos pueblos que gritan con fruición eso de «vivan las cadenas.»


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