Reflexión sobre una derrota

10 de septiembre de 2009.

Por La Fábrica de Sueños

mujer

Desde la Fábrica con nuestras palabras:

El 15 de Mayo de 2008 es la fecha que marca la derrota de la Fábrica de Sueños en la batalla mantenida durante cinco largos meses en el barrio del Realejo. El 15 de mayo es el día para el cual se había tramitado la orden de desalojo y es el momento en el que decidimos tomar las calles para defender nuestros espacios sin darnos cuenta de que en ese mismo momento nos auto-expulsábamos del barrio.

El Realejo es un barrio céntrico de la ciudad de Granada. Se haya a los pies de la Alhambra y a la espalda del Ayuntamiento y había sido el territorio escogido para ejercer nuestras prácticas por diversos motivos. En primer lugar, se ocupó una casa que llevaba abandonada más de 15 años ejecutando de esta manera el derecho a acceder a una vivienda. En segundo lugar, hicimos de la ocupación una herramienta útil para denunciar la especulación, práctica habitual en Granada y particularmente en el Realejo, territorio propicio para estrategias especulativas como demuestra el número elevado de casas abandonadas. En tercer lugar, se hizo de esta casa un espacio común, regido por el valor de uso y no de cambio, un lugar de sociabilidad, donde desarrollar nuestras relaciones de amistad, donde aprender las unas de las otras, donde afrontar conjuntamente la precariedad que nos invade día a día, establecer redes con otros colectivos y cooperar con otros grupos. En cuarto y último lugar se ocupó esta casa como una forma activa de denunciar la complicidad y la ineficacia de la administración pública que no quiere o no es capaz de frenar la especulación y asegurar el ejercicio de los derechos más básicos, por todo ello se hizo de este espacio un lugar de participación política activa, directa, constituyéndonos como los interlocutores válidos de nuestras vidas.

Sin embargo, la realidad es muchos más compleja y nuestra andadura estuvo llena de trabas e impedimentos, que acabaron finalmente con el desalojo de la Fábrica de Sueños tras un breve pero intenso periodo de lucha. Para aportar un poco de claridad sobre cómo se llevó a cabo todo el proceso de criminalización en torno a la Fábrica de Sueños, abordaremos el discurso de tres de los agentes sociales ( Asoc. de Vecinos del Realejo, Vecinos colindantes al edificio y Medios Locales) que intervinieron de forma activa en la creación de una situación de alarma social en el imaginario granadino.
Con la ocupación de la casa, se abrió un espacio nuevo en el terreno de lo simbólico, a través del cuál se desplegaron las distintas tácticas en un conflicto que se fue intensificando a lo largo de los meses. Lugar para la representación de identidades, diferencias y distinciones sociales el escenario simbólico se convirtió en el campo privilegiado donde desarrollar diversas estrategias de apropiación y lucha entre distintos sectores sociales por la obtención y mantenimiento de los beneficios simbólicos y materiales.

Uno de los primeros conflictos que surgieron, tuvo lugar con uno de los vecinos colindantes a la casa, conflicto que giró en torno al jardín que se hallaba en el patio trasero de la casa ocupada. A través de una carta que es publicada por un medio local, éste vecino recurre instrumentalmente a la noción de jardín rememorado, reinterpretación nostálgica que es utilizada y evocada en contraposición al jardín practicado por sus nuevos ocupantes:

“Damasqueros tenía un jardín que había sobrevivido lustros, sin atenciones humanas; en estos días de primavera nos perfumaba con su silencio húmedo y los olores de rosas, celindos y jazmines.” (...) “el silencio y el canto de los antiguos habitantes: los gorriones, los mirlos y las palomas.” (...) “En un futuro puede que asistamos a nuevas ’intervenciones’ en el jardín (todavía quedan arbolitos) y los ruidos pasarán a ser los de asambleas fervorosas en ’talleres’ y otros ejercicios ’culturales’ diurnos.”

El jardín al igual que otros espacios se define por las prácticas, ejercicios y usos que los grupos le otorgan. El discurso esencialista de este vecino es una representación idealizada y selectiva del pasado que es transportado hasta el presente a través de estos relatos. Estetizada y vaciada de tantos otros contenidos, la noción de jardín es utilizada como idea de fuerza para tratar de imponer el tipo de conductas y prácticas socialmente aceptadas a realizar en este espacio. Los nuevos ocupantes del edificio serán acusados de tener unas conductas “antisociales” y de llevar a cabo “talas salvajes” en dicho lugar.
Frente al jardín evocado, los nuevos ocupantes de la casa concebimos el jardín como un lugar practicado, espacio en el cual se llevó acabo una tarea de rehabilitación y poda debido al estado de deterioro en el que se encontraba tras más de15 años de abandono. El jardín es también un lugar dónde establecer relaciones de amistad, dónde conversar en una comida popular ó donde llevar a cabo actividades de tipo cultural, pues los lugares se componen por fronteras fluidas y flexibles que se definen constantemente a través de las prácticas y actividades que no por el hecho de ser diversas son excluyentes.

Por otro lado la Asociación de Vecinos encabezada por su presidenta Carmen Nestares, puso en liza un discurso con una clara finalidad política. Situando el conflicto mantenido con la Fábrica de Sueños dentro de la problemática de seguridad ciudadana, intentó promover una movilización colectiva estableciendo alianzas con partidos políticos, medios de comunicación y algunos vecinos de acuerdo a sus intereses, instando reiteradamente a las autoridades políticas locales a intervenir y desalojar a los ocupantes de la casa para expulsarlos del barrio:

"En esta zona hay varias casas más en la misma situación y tenemos miedo de que puedan acabar como ésta" (...) "No tenemos nada contra ellos, pero sí contra su filosofía de vida.” (...) "¿Quién va a querer comprar una casa allí al lado?" (...) "Entre los vecinos hay un sentimiento de alarma. No por que hayan hecho nada malo hasta ahora, sino por la posibilidad de que dentro de unos cuantos días esté ahí el triple de gente que ahora y la cosa se descontrole", (...) “como la casa no es suya, los ocupantes no van a hacer mucho esfuerzo por ella"

Este tipo de declaraciones son un fiel ejemplo del esfuerzo llevado a cabo por la Asociación de Vecinos por imponer su visión del conflicto. A través de sus declaraciones en los medios locales, se presenta al imaginario social del Realejo, como un lugar donde no existía el conflicto, ocultando tras la homogenización de los vecinos una composición muy diversa de su población, tanto socio-económica como ideológica. Los nuevos residentes, los ocupas, son definidos por su parte como la fuente principal del conflicto y la casa abandona el lugar de origen. Las acciones llevadas a cabo por la Asociación de Vecinos son expuestas como una reacción al conflicto producido por la ocupación de esta casa. La pasividad con la que se presenta tanto la Asociación como la Administración es una eficaz estrategia política, ya que invisibiliza la capacidad de acción y de negociación de éstos en función de sus intereses. Sustituye así el diálogo de las partes implicadas como posible solución del conflicto, por una estrategia represiva que excluye la voz de los interlocutores reales.

El tercer convidado de piedra en este largo proceso y que jugó un papel fundamental, son los medios de comunicación locales, quienes contribuyeron de manera activa en el proceso de criminalización, dando voz a los distintos agentes sociales que componen el barrio y definiendo a los ocupas como un grupo de personas que se dedican a realizar actividades culturales.

La creación del ocupa cultural. Cuando la prensa local enfatiza la identidad ocupa en relación a las actividades culturales llevadas a cabo desde La Fábrica de Sueños, ( El cabaret mensual en el Campo del Príncipe, los talleres de teatro, danza, video-forum, etc.) reduce la identidad de las personas que daban vida a ese espacio a una única dimensión, lo cultural y generacional. Estrategia sutil que remarca las diferencias, al mismo tiempo que fija los términos en los que se produce la exclusión. . Así un conflicto que es fundamentalmente político, es presentado como un problema de carácter cultural y generacional, ocultando las desigualdades sociales y las relaciones de dominación que tienen lugar entre los diversos grupos sociales que convergen en ese espacio.
No siendo suficiente con esto, días antes del desalojo y tras la realización de una manifestación pacífica y un pasacalles, los miembros de la Fábrica de Sueños eran etiquetados como un complejo grupo compuesto por “idealistas, bronquistas, románticos, desaseados, hippies, punkies, indigentes, antisistema” incluso se incluían entre sus componentes miembros de la Kale borroka.
Es evidente que la prensa local jamás tuvo la intención de visibilizar el aspecto político de un conflicto abierto a partir de la ocupación de una casa abandonada. Una casa que estaba siendo objeto de estrategias especulativas por parte de Brimafa S.L. (una promotora). La práctica especulativa supone un ejercicio abusivo del derecho de propiedad y una trasgresión de la función social de ésta, de la cual no se hará mención alguna. ¿Por qué no se habla de los abusos llevados a cabo por la propiedad dejando que se deteriore una casa? ¿Por qué la Asociación de Vecinos no menciona nada acerca de las estrategias especulativas que se llevan a cabo en el Realejo?.
Los medios locales contribuyen con su silencio a fomentar la pasividad y complacencia política de las administraciones locales, quienes sobreprotegen un derecho no ejercido (el de propiedad), mientras se persigue y castiga el ejercicio de otro (el de la vivienda y el uso social de la misma) practicado con todas las consecuencias.

De manera un tanto resumida hemos esbozado los tres pilares discursivos que definen (imponen) la realidad del Realejo como un lugar físico, social y simbólico desde fuera, por medio de la confrontación de dos socialidades diversas que se rigen por lógicas opuestas. La alteridad del colectivo ocupa es trazada por distintos agentes sociales (Asoc. de Vecinos, Vecinos colindantes y Medios locales), como un grupo de personas que llevan a cabo prácticas tildadas de tribales, irracionales y antisociales, como pueden ser el uso de los espacios de manera colectiva, masificada y desordenada. Los otros agentes sociales que componen el barrio presentan sus prácticas artificialmente consensuadas y homogéneas con respecto a los principios legítimos que deben regir el uso de los espacios. Éstos se caracterizarían por un uso individual, racional y controlado de los mismos, visión ésta del espacio que es la que se nos impone como algo obvio y natural.

Por lo tanto, la derrota que sufrimos en el Realejo guarda una estrecha relación con las estrategias discursivas y prácticas (la criminalización entre otras) que analizamos anteriormente y que se rigen por el principio de inclusión y exclusión. Aún así debemos poner la derrota de este conflicto en relación con otros procesos coextensivos que juegan un papel activo en la estructuración social del espacio, como es el papel desempeñado por las instituciones locales, y las luchas por hacer del territorio un lugar apropiado y representativo de los diversos grupos que lo componen.

Concluir diciendo que hemos querido hacer una lectura de nuestra experiencia desde la derrota, pues consideramos que nos aporta las claves para intentar hacer inteligible la complejidad que afrontamos en nuestros conflictos actualmente. El texto tiene la intención de hacer de nuestra experiencia y posterior reflexión una herramienta que nos ayude a continuar la lucha, aportando elementos a un debate colectivo, con la finalidad de ponerla en común con todas aquellas que hoy resisten.

Blog del CSO La Fábrica de Sueños


Descargar
Peso: 11.9 KB
Res: 120 x 120 px
Versión PDF: Descargar artículo en PDF | Enlace permanente: https://info.nodo50.org/2095