Artículo: El “mailbombing de julio”
18 de septiembre de 1997.
A la sombra de la campaña sobre “el espíritu de Ermua” se vieron seriamente violentados derechos fundamentales como el de la libertad de expresión
En julio de este año, ETA asesina al concejal del PP en Ermua, Miguel Angel Blanco, se concreta y propicia una impresionante campaña generalizada de movilización de la sociedad española, con el único antecedente histórico reciente en la reacción al golpe de estado del 23de febrero de 1981, aunque por motivos muy distintos. Gobierno, fuerzas políticas, sindicatos, asociaciones, etc. convocan, a través de todos los medios de comunicación de masas, a innumerables manifestaciones espontáneas a lo largo del estado español.
Las televisiones, las radios, emiten en directo desde Ermua, desde Bilbao, desde Madrid, desde Barcelona. Se retransmite una vergonzosa y patética cuenta atrás a la que algun@s no dábamos crédito, no podíamos creer lo que estábamos viviendo. Sesud@s analistas nos dejan boquiabiert@s con debates centrados en si ETA va a matar o no a este hombre, si le interesa o no, que pasaría en el supuesto de, etc: Alucinante. Una maquiavélica y sórdida técnica comunicativa basada en el “reality show” que recuerda a la ya casi olvidada “guerra del Golfo”, cuando los medios de comunicación nos deleitaron en directo con el primer bombardeo de Bagdad por la aviación estadounidense.
Pasados dos días, Miguel Angel Blanco es asesinado. Fruto de la indignación, y apoyadas por la tensión informativa que se venía manteniendo desde su secuestro, las manifestaciones son multitudinarias. Lo que en principio es una lícita protesta ciudadana, en algunos casos se torna reaccionaria. Incluso algunos sectores sociales y políticos intentan aprovecharse de la situación, sin ningún escrúpulo. En Euskadi comienzan a existir intentos de linchar a gente del “entorno” de ETA, a asaltar sus sedes, bares y casas. Pamplona, en plenos sanfermines, se convierte en una batalla campal en blanco y rojo. En Madrid, grupos de ultraderecha inician sus cánticos y “cacerías” por la zona centro de la ciudad... La cuestión comienza a tomar tal inconfensable envergadura que Gobierno, fuerzas políticas y medios de comunicación hacen distintos llamamientos a la serenidad y a la no-venganza.
Internet, como medio de comunicación e información que es, no fue más que un reflejo de la situación que se estaba viviendo y muy pronto se hace eco de lo que está sucediendo más allá de los bytes. En listas de correo y grupos de noticias públicos se comienza a promover una campaña de acoso y derribo contra servidores que supuestamente albergaban páginas web de ETA. Es el llamado mailbombing que saltó como noticia “espectacular” en los principales medios de comunicación españoles bajo el lema: “los internautas españoles también se movilizan contra ETA”.
De esta forma, se inicia una campaña contra esencialmente tres servidores: el comercial CTV por contener las páginas de la organización vasca Zutik (que nada tiene que ver con el citado “entorno”); Nodo50, uno de los servidores de la red internacional APC en el estado español, por albergar las páginas de ETA (según los mensajes que nos comenzaron a llegar); y el también servidor de la APC (Asociación para el Progreso de las Comunicaciones) en Estados Unidos, IGC, por albergar las páginas de la organización norteamericana “Euskal Herria Journal” (que supuestamente era lo mismo que ETA).
Con la táctica del mail-bombing, plenamente apoyada por algunos medios de comunicación, no se pretende simplemente hacer llegar quejas a los servidores de información si no que se pretende boicotearlos para que tengan que dejar de ofrecer sus servicios.
CTV, rápidamente retira las páginas de Zutik y en Nodo50, al principio, nos quedamos como “pasmaos”. IGC se resiste a retirar las páginas de Euskal Herria Journal pero después de una semana tiene que ceder “bajo protesta” ya que se estaban viendo afectadas decenas de organizaciones a las que da servicio, tan “sospechosas” de apoyar a ETA como Amnistía Internacional.
En el caso de nodo50, no albergábamos, ni habíamos albergado nunca, las páginas que decían que conteníamos y, sin embargo, l@s internautas se “lanzan” a por el servidor, participan en una campaña de más que dudoso origen, sin molestarse siquiera en comprobar si era verdad su acusación. La “caza de brujas” estaba servida y como dice la canción “y yo con mi guitarra como un gilipollas, madre..”.
Si bien es cierto, que muchos mensajes que llegaban a nodo50 sólo pretendían ejercer y expresar su derecho a la protesta, la inmensa mayoría no perseguían esta finalidad. Por su número (cientos de mensajes repetidos); su tamaño (mensajes de 2 y 3 Mb); su, por decir algo, insultante redacción (“asesinos e hijos de puta ”, los más suaves); y la amenaza de algunos (“os vamos a matar”) no parecían indicarnos que fuéramos objeto de una pacífica, aunque equivocada, campaña de denuncia.
Al grito de “Todos contra ETA” , “ETA: pena de muerte” y con remites de correo electrónico tan originales como gal@guardiacivil.es intentan colapsar nuestras comunicaciones, con la excusa de que estábamos dando soporte en Internet a ETA. Aunque supuso un trabajo agotador, contestamos uno por uno a todos los mensajes que nos iban llegando, algunos tan enloquecedores como este: “... a la organización ETA. Nuestra conciencia debe estar por encima de la libertad de expresión y debe permitirnos el derecho de impedir que ETA tenga en vuestro servidor una plataforma de comunicación. No iría mal que la dignidad prevaleciera al ánimo de lucro.” En nuestras contestaciones, además de aclarar la situacion e invitar a que visitasen nuestras páginas, solicitábamos información para intentar descubrir algún origen en la campaña que nos estaban dirigiendo.
Algunas personas, las menos, pidieron disculpas. La mayoría dio “la callada por respuesta” y muy pocas, nos facilitaron información sobre algunos mensajes que circulaban en la Red incitando al mail-bombing contra nodo50. He aquí uno de ellos, que ya pretendía dirigirse a todas las organizaciones que utilizan nodo50. Merecería ser incluido en los “Manuales universales” (que deben existir) para la criminalización de movimientos sociales: “Si queréis decirle algo al servidor de internet que alberga a ETA, aquí tenéis su e-mail y su url. En teoría es un servidor que tiene webs de organizaciones de izquierda, ecologistas, etc. Pero debe haber algún webmaster descolgado, por decir algo, que ha dejado que se cuelen éstos. De hechos, todos los partidos que tienen algo que ver con este servidor eestán organizando un “mailbombing” para que la den de baja o se darán de bajan ellos”.
Poco a poco el embrollo (por calificarlo suavemente) se fue aclarando y en unos días dejaron de intentar bloquearnos. Paralelamente, como decía más arriba, también se estaba intentando “suavizar” la situación en las movilizaciones que se estaban produciendo en la calle. Más de un@ se debió, por lo menos, de preocupar.
A unos meses vista de lo sucedido en Internet, el “parte de guerra” debería decir algo así: el “ataque” contra Nodo50 fue controlado; IGC se vio obligada a retirar las páginas de la discordia aunque ahora parece que, en la actualidad, están al menos en cinco mirrors (espejos) diferentes; estas páginas (que muy pocos debían conocer) se han hecho las más famosas de Internet; decenas de organizaciones como IPANEX, APC, Free, IGC, Ibase, Nodo50 etc han hecho causa común en defensa de la libertad de expresión en Internet; l@s internautas españoles que participaron en los diferentes mail-bombing han protagonizado un espantoso ridículo y han conseguido un efecto absolutamente contrario al que pretendían conseguir.
En cuanto a la campaña contra nodo50, creemos que lo más preocupante y que más nos ha dejado sorprendid@s, es ratificar lo manipulable que pueden llegar a ser las personas y la información que circula en la Red. L@s llamad@s internautas se lanzaron a participar en una campaña sin ni siquiera hacer comprobaciones (con lo fácil que es en Internet) e imbuid@s por una situación envolvente y enloquecedora que la mayoría de los “mass media” saben promover y ambientar a la perfección, haciendo gala de una falta completa de escrúpulos y de su manida ética profesional. Parece que, definitivamente, los índices de audiencia o de lectura son los únicos criterios informativo-comerciales válidos.
Hasta el mes de septiembre la campaña informativa se ha venido manteniendo e incluso se le ha dado ya nombre: “el espíritu de Ermua”. Como colofón, el partidista homenaje a Miguel Angel Blanco en Las Ventas, cuyo resultado hace enrojecer al más caradura: Los del Río enardecen a las masas con la Macarena; el público y el Gobierno cantan y bailan ante los atónitos ojos de los familiares del concejal muerto; de paso Raimon y Sacristán se llevan también su ración por catalán y comunista respectivamente. A la sombra de estas campañas, se pueden ver seriamente violentados derechos fundamentales como el de la libertad de expresión, a la intimidad, la asociación, etc. De hecho en estos meses, y prácticamente sin rechistar, se ha aprobado la ley de Videovigilancia y se pretende penar las manifestaciones no autorizadas, todo ello con la excusa de dar respuesta a la situación que se está viviendo en Euskadi aunque, lógicamente, se aplicará en todo el estado español (un avance más en el recorte de libertades que inicio hace algunos años la denominada “Ley Corcuera”).
Lo que está sucediendo y lo que parece que se nos va viniendo encima, debería darnos que pensar a más de un@. La utilización de medios de comunicación alternativos a los “oficiales” y el uso de la contrainformación, como medio de expresión antagonista ante esta “oficialidad”, debe de ser una preocupación básica de los movimientos ciudadanos en lucha por la justicia social. Internet es aún incipiente y elitista, pero cuanto antes creemos y gestionemos nuestro espacio en la Red, más difícil será nuestro “desalojo” y más fácil nuestra coordinación.