Segunda jornada del juicio contra el asesino de Carlos Palomino

18 de septiembre de 2009.

Con 20 minutos de retraso comenzó la segunda jornada del juicio contra el neonazi y ex-militar Josué Estébanez de la Hija, en una sesión que estuvo marcada por los duros testimonios de varios de los testigos, y por la reiterada estrategia de la defensa de intentar criminalizar a las víctimas y eludir las vinculaciones del acusado con la extrema derecha.

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De hecho, la estrategia comenzaba momentos antes en los aledaños de la Audiencia Provincial de Madrid, donde el abogado de Estébanez, Enrique Martín, concedió una breve entrevista a los medios de comunicación en la que sugirió que la policía habría presionado al detenido en su primera declaración (donde aseguraba que ese día se dirigía a una manifestación "a favor de España"), y en la que calificó los testimonios de la jornada anterior como "de una validez probatoria nula" por considerarlos "realizados por amigos de Carlos". Además, Martín, se jactó ante los medios de comunicación de que la acusación no había conseguido en ningún momento demostrar la relación entre su defendido y grupos neonazis, "ni siquiera en internet aparece el nombre de Josué, ni fotos suyas, relacionados con la extrema derecha" concluyó. Sin embargo horas después de estas declaraciones la Coordinadora Antifascista de Madrid hacía pública en su página web una fotografía de Estébanez junto a un reconocido neonazi del barrio madrileño de Orcasistas.

Los testigos desmontan la defensa.

La vista comenzó con el testimonio, bajo protección, de un amigo de Carlos que ratificó los hechos relatados el lunes pasado por los primeros testigos. Posteriormente declararon otras ocho personas también protegidas. Entre ellas, una vigilante y un inspector de vigilantes del Metro. Todas ellas corroboraron desde distintos ángulos la sucesión de los acontecimientos relatada dos días antes. El dato más novedoso fue el aportado por el testigo protegido nº8, que afirmó que Estébanez comenzó a provocar y amenazar con gestos al grupo de personas que se encontraban en el andén en el momento en que el tren hacía su entrada en la estación de Legazpi. A preguntas del abogado defensor, los testigos negaron rotundamente que alguien más, a parte de Estébanez fuera armado o que se insultara al acusado, e insistieron en la arbitrariedad de la disposición del grupo de jóvenes a lo largo de los vagones. La nota discordante la ofreció el décimo y último testigo del día, también vigilante del metro, y que a pesar de no contradecir las versiones precedentes, declaró haber sido golpeado por un desconocido "cuando intentaba socorrer al fallecido". Sin embargo, las imágenes de las cámaras de Metro de Madrid hechas públicas hasta hoy, no registran dicho incidente.

El juicio continuará el viernes 18 a las 10:00 horas, con las declaraciones de nuevos testigos. Como en las dos jornadas anteriores, se espera que un nutrido grupo de personas acompañe a los familiares y amigos de Carlos Palomino para apoyarles desde el exterior de la Audiencia Provincial de Madrid.

Fuente: Diagonal


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