Nueva víctima de las balas de goma
22 de noviembre de 2012. Fuente: Familiares y amigos de la última víctima de las balas de goma de los Mossos inician una campaña de denuncia
Ester Quintana Porras fue herida grave, con el resultado de la pérdida de visión en el ojo izquierdo, por el impacto de un proyectil lanzado por una escopeta de los Mossos d’Esquadra el pasado 14 de noviembre, tras la manifestación de la huelga general en el centro de Barcelona. A pesar de que Felip Puig negó en dos ocasiones que las heridas tuvieran su origen en la actuación de los agentes de la policía catalana, numerosas pruebas y testimonios certifican que fue víctima de un disparo lanzado desde la confluencia de la Gran Vía de las Cortes Catalanas y el Paseo de Gracia.
Nueva campaña de denuncia
Familiares y amigos de la última víctima de las balas de goma de los Mossos inician una nueva campaña de denuncia
Ester Quintana Porras fue herida grave, con el resultado de la pérdida de visión en el ojo izquierdo, por el impacto de un proyectil lanzado por una escopeta de los Mossos d’Esquadra el pasado 14 de noviembre, tras la manifestación de la huelga general en el centro de Barcelona. A pesar de que Felip Puig negó en dos ocasiones que las heridas tuvieran su origen en la actuación de los agentes de la policía catalana, numerosas pruebas y testimonios certifican que fue víctima de un disparo lanzado desde la confluencia de la Gran Vía de las Cortes Catalanas y el Paseo de Gracia.
La rabia y la impotencia han crecido a medida que pasaban los días entre los entornos familiar, vecinal y de amistades de Ester Quintana Porras, de 42 años y vecina del barrio de la Verneda de Barcelona. La incredulidad de un primer momento dio paso a la determinación de hacer una denuncia pública para evitar el silencio y la impunidad en torno al caso. El sábado se reunieron en asamblea más de ochenta personas de los más diversos ámbitos -Ester es muy conocida a raíz de su trabajo de responsable cultural del centro cívico Parc-Sandaru- con el objetivo de actuar en el ámbito jurídico y social. De aquel encuentro han surgido múltiples iniciativas -con el apoyo de las entidades Stop Balas de Goma y Retaguardia-, y algunas de ellas ya se han puesto en marcha en poco más de 24 horas. El martes 20 de noviembre a mediodía, Oscar Quintana (hermano de Ester) y Jesús Sahún (campaña de amigos y entidades) han participado en una multitudinaria rueda de prensa, y bajo una nube de cámaras han dejado claro lo que pasó el 14 de noviembre. "Mi hermana recuerda perfectamente lo que ocurrió aquella noche, se acuerda de todo. La familia tenemos muy claro lo que pasó", con estas palabras y con las acciones judiciales que tienen previsto emprender, el hermano ha evidenciado que no comparten las explicaciones del conseller Felip Puig. En este sentido, han denunciado que ninguna autoridad se ha puesto en contacto con la familia, ni siquiera para interesarse por el estado de salud de la víctima. El entorno de la vecina de la Verneda está "profundamente impactado por este gravísimo, trágico e injusto evento".
MANIFIESTO STOP BALAS DE GOMA
Somos un grupo de ciudadanos que viven, trabajan y estudian en Cataluña.
El presente manifiesto quiere ser el primer paso de una campaña para pedir la abolición de los proyectiles de goma que utiliza la policía autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra. Hemos tomado esta decisión después de haber sido testigos de la enésima lesión permanente provocada por esta arma a un ciudadano inocente.
La dotación de proyectiles de goma de los Mossos d’Esquadra, de un peso de 90gr. y capaces de alcanzar una velocidad de más de 200m / s (más de 720 km / hora) son considerados por el protocolo técnico interno como armas "less-letal", es decir, "menos letales". La evidencia sin embargo, demuestra que pueden causar daños permanentes a los órganos vitales y además son difícilmente controlables.
Limitándonos a un solo ejemplo y dejando de lado otros tipos de lesiones, en España son 23 las personas que han perdido un ojo desde 1990 hasta hoy a causa de estos proyectiles. Por tanto, el término "menos letal" debe ser definitivamente considerado inadecuado, porque dado el potencial destructivo de estas armas no garantiza la seguridad de los ciudadanos, sino que provoca un riesgo para su vida.
En la ciudad de Barcelona, el año pasado, tres chicos perdieron el ojo debido al impacto de una bala de goma. Otro estuvo ingresado en la UCI durante una semana, con un traumatismo cardiopulmonar que hizo temer por su vida. En julio de este año otro chico ha perdido el ojo derecho mientras estaba entre las mesas de un bar, junto con muchas otras personas inocentes. A estos casos se añaden muchos otros de diversa gravedad.
Pedimos a toda la ciudadanía que se active para pedir la prohibición de las balas de goma y se una a nuestra campaña de información y movilización para decir NO a las balas de goma y NO a la represión de la democracia, para que no haya más ojos cegados por la violencia.
STOP a las balas de goma usadas por la policía!
Por el derecho a manifestar la propia libertad en democracia.
Por la seguridad de los ciudadanos.
Desde 1990, en el Estado español 23 personas han perdido un ojo a causa de estos proyectiles. Los proyectiles de goma no son un arma antidisturbios reciente, como tampoco lo es la polémica que los acompaña. El Parlamento europeo ya instó en 1982, después de que por su causa murieran 12 personas en Irlanda del Norte (entre ellas siete niños menores de 15 años), a que todos los estados miembros prohibieran el uso de este tipo de armas contra la población civil. El Parlamento europeo volvió a pronunciarse en el mismo sentido en 1984 y en 1997.
(...)
Las normativas de uso de la policía indican que debe dispararse a una distancia mínima de 50 metros del objetivo, se ha de disparar contra el suelo para que no impacte directamente y ha de golpear por debajo de la cintura. La mera existencia de estos protocolos muestra que existe un conocimiento de los peligros que su uso entraña, pero el elevado número de víctimas de las balas de goma impugna la validez de estos protocolos, toda vez que, como se ha dicho, los impactos de esta munición son totalmente aleatorios.
A ello hay que añadir la impunidad y el corporativismo que rodea las actuaciones policiales, que esconde a quien ha realizado los disparos. No se conoce ninguna sanción interna a ningún miembro policial por no haber respetado los protocolos de uso. El uso de las balas de goma representa la aplicación de una fuerza arbitraria sobre un grupo toda vez que es imposible un uso selectivo. De conformidad con la normativa internacional de derechos humanos, los Estados tienen la obligación de evitar el empleo arbitrario o excesivo de la fuerza para hacer cumplir la ley, así como toda fuerza que se preste a infligir un daño o dolor innecesario.
Balas de goma: un historial de impunidad
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