“Curtidores de Fez, Marruecos”
20 de septiembre de 2010.
Fotos: Álvaro Minguito
En el barrio del Suq, en el interior de la medina, se lleva a cabo el procesado de pieles a la manera antigua, siendo éste uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. El espectáculo de estos hombres trabajando en durísimas condiciones nos hará olvidar el fétido olor que desprende esta industria, llevada a cabo entre intrincados pasadizos, escaleras y enormes pilas que contienen diversos tintes y otros productos. Los turistas contemplan la escena desde las terrazas de las tiendas que rodean los patios donde se desarrolla la actividad.
En primer lugar, se ponen las pieles en remojo para arrancarles el pelo; después se introducen en pilas repletas de cal viva para eliminar cualquier rastro de carne y otras adherencias.
Las pieles se pasan a continuación a otras fosas donde se elimina la cal, utilizando excrementos de paloma que los obreros amasan y mezclan durante varios días consecutivos. Tras tres o cuatro días se meten en una pasta líquida de higos secos para darles suavidad y brillo y comienza la salazón. Después viene el curtido, por el que se sumergen durante varios días en cubiertas llenas de una mezcla de aceites y curtientes naturales y se dejan secar.
Más tarde comienza el proceso de engrasado y abrillantado. El último paso es darle color a las pieles mediante la maceración de un baño de tinte donde los pigmentos vegetales -índigo (azul), cochinilla (rojo), gualda o cártamo (amarillo)- se mezclan con cáusticos para fijar el color. Finalmente, el cuero teñido se dispone sobre los tejados, la hierba o cualquier superficie para que se sequen al sol.
Septiembre de 2010
