Columna 2009

5 de marzo de 2009.

La columna 2009 es un camino que comienza por el contacto y la experiencia con estas gentes, la parte probablemente más intensa y emotiva, llena de experiencias y aprendizajes. La segunda parte consiste en la denuncia física y política del muro: cientos de personas unidas por la solidaridad encaran al muro unido por el odio y la codicia, para romper la barrera mediática entorno al conflicto saharui y volver a ponerlo de actualidad en el plano internacional. La última parte, la triste y movilizadora, es la vuelta a casa, el choque con nuestra cómoda realidad, el recuerdo de la injusticia, el amor y el respeto hacia el pueblo saharui, la rabia hacia su injusticia, el deseo de hacer algo...

Columna 2009

El muro físico

En el Sahara Occidental existe un muro de más de 2.500 Km, el más largo del mundo. Un muro construido para separar vidas y familias e impedir que un pueblo, el saharaui, pueda recuperar la tierra que le robaron hace ya 33 años. Es un muro que no debería existir, como tantos otros. Un muro construido con piedras, cemento y verjas. Materiales que igual que se han levantado pueden derribarse y pasar a formar parte de los museos de historia, lugar donde deberían estar desde hace tiempo.

Este es el eje central de la columna 2009: el muro de la vergüenza.

Pero un muro no se construye solo con materiales, se construye también con odio y desprecio, y su motor son los intereses económicos. Y si este muro se mantiene es también por una complicidad internacional que acepta en parte el discurso creado para este fin: una mezcla artificial de argumentos históricos, culturales y sociales, que tratan de justificar la permanencia del muro y mantener al pueblo saharui fuera de su tierra. Argumentos diseñados y aceptados porque permiten la pasividad internacional, enmascaran los intereses económicos de los que se benefician tanto Marruecos como otros países (incluido el español), y nublan las conciencias: único desafío a la injusticia debida a intereses económicos.

Los beneficiados de esta ocupación por el control de los ricos recursos pesqueros y los fosfatos son el gobierno y la élite marroquí, y las flotas y multinacionales europeas y estadounidenses. Los perjudicados son el pueblo saharui en primer lugar, pero también el pueblo marroquí, sobre el que poco o nada revierten los beneficios económicos obtenidos, pero sobre el que descansa la presión económica de mantener un muro de estas condiciones (cerca del 4% del PIB del País) y la presión social de mantener unos soldados que poco o nada de interés tienen por defender ni el muro ni la ocupación.

El muro mediático

Por último, si la presión internacional abandona sus deberes y obligaciones, plegándose a los intereses económicos, es porque la presión social en sus respectivos países disminuye y porque el drama del Sahara deja de ser un asunto incómodo en sus ciudadanos. Éste es el segundo muro que rodea al Sáhara: la barrera mediática que lo aisla y margina de la opinión internacional desde hace años y ha decidido pasar página sobre este conflicto. Sin esta exigencia de justicia social por parte de las respectivas sociedades los gobiernos evitarán inmiscuirse en el conflicto, y menos aún si existen beneficios económicos; por muy justa y humanitaria que sea la reivindicación.

Objetivo de la columna 2009

La columna 2009 parte por tanto con un doble objetivo: denunciar el muro físico, y derribar el discurso y la barrera mediática que lo cimientan.

La denuncia física del muro se realiza yendo hasta el lugar en el que se encuentra, colocarse enfrente y mirarlo fijamente. Un acto de denuncia colectiva para traspasar la barrera mediática y recordar a la opinión internacional que el muro esta ahí, que existe y se mantiene.

El discurso interesado, el que justifica la ocupación y el muro, se autodestruye conociendo la injusticia en la que vive el pueblo saharaui. Unos días de convivencia con las familias saharauis en el campamento de refugiados donde sobreviven, junto a diferentes actos realizados por el Frente Polisario, son más que suficientes para hacerse una idea del día a día que vive este pueblo, de entender sus ansias de justicia, de envidiar su dignidad, de aprender de su cultura, y de compartir sus anhelos y reivindicaciones.

De aquí en adelante, en todos los lugares y espacios, y no sólo en esta experiencia puntual, para cientos de personas más, el muro y el pueblo saharaui pasan de ser un concepto abstracto a transformarse en una realidad: desde ahora son testig@s activos de la situación en la que vive el pueblo saharaui y del muro que lo separa. Cientos de personas más expanden y amplían la injusticia en la que vive el pueblo saharui socavando constante y minuciosamente la barrera mediática que lo invisibiliza.

¿En que consiste la columna 2009?

La columna 2009 es un camino que comienza por el contacto y la experiencia con estas gentes, la parte probablemente más intensa y emotiva, llena de experiencias y aprendizajes. La segunda parte consiste en la denuncia física y política del muro: cientos de personas unidas por la solidaridad encaran al muro unido por el odio y la codicia, para romper la barrera mediática entorno al conflicto saharui y volver a ponerlo de actualidad en el plano internacional. La última parte, la triste y movilizadora, es la vuelta a casa, el choque con nuestra cómoda realidad, el recuerdo de la injusticia, el amor y el respeto hacia el pueblo saharui, la rabia hacia su injusticia, el deseo de hacer algo...

En definitiva la columna 2009 es una experiencia única debida al conocimiento y el contacto con un pueblo que lleva 33 años viviendo en campamentos de refujiados, con unas condiciones de vida mínimas, dependiente de la ayuda internacional, pero que a pesar de todo desborda dignidad y mantiene firme sus ansias por recuperar su tierra y de mantenerse unido. Una experiencia que nos descubre la injusticia humana en su más alto nivel, pero también la esperanza y la dignidad en su máxima intensidad; nos descubre en su cruda realidad el conflicto político y militar, y las causas que lo mantienen; y nos permite comprender hasta que punto los intereses económicos se anteponen a los derechos humanos. Nos permite también conocer una cultura muy distinta a la nuestra, con muchos aspectos positivos en su forma de entender la vida, para concluir viendo que es mucho más lo que nos une que lo que nos separa. Y es por último una bofetada a nuestra cómoda vida material, llena de caprichos, preocupaciones intrascendentes, y carente de tiempo.

Las condiciones de la columna

Por último dejar claro, que como toda experiencia positiva: aquella que nos descuadra y destroza esquemas mentales, tiene su parte dura. Al fin y al cabo se va a vivir en un campamento de refugiados en igualdad de condiciones. Cuando nos referíamos a compartir no hablábamos como observadores, desde fuera, sino que todo se va a realizar desde dentro, al mismo nivel: comiendo lo que ellos comen, durmiendo donde ellos duermen, y cagando donde ellos cagan. Esto quiere decir que si se habla de injusticia, es por las malas condiciones de vida en las que viven, y porque existen dificultades reales en el día a día que habrá que soportar, con la diferencia de que nuestra experiencia no durará más de cinco días mientras que la suya lleva ya 33 años.

Aclarar también que en los campamentos es el Frente Polisario el que regula la vida, y será el que controlará y regulará nuestra estancia, la denuncia del muro, y los eventos y actividades que tengan lugar de la mejor manera posible y con el objetivo de garantizar la máxima seguridad. Es por tanto previsible que haya una fuerte presencia del ejército del Frente Polisario; al fín y al cabo los campamentos de refugiados que vamos a visitar se encuentran en una zona militarizada. De todas formas los campamentos de refugiados se encuentran en territorio argelino y desde 1991 se mantiene el alto el fuego firmado entre Marruecos y el Frente Polisario.

Para que no haya malentendidos: no es un viaje turístico ni materialmente cómodo.

El año pasado conseguimos ser más de 1000 personas que participamos en esta iniciativa de apoyo al pueblo saharui e increíble experiencia personal y colectiva organizada por Voluntad y Determinación, este año nos gustaría pasar la barrera de los 2.000 ¿te apuntas?

Fuente y más información: Columna 2009


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