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Desmontando el mito de Amancio Ortega: la cara oculta de la fortuna de Inditex

Por Gabriela Rojas

Martes 15 de abril de 2025 NODO50

Amancio Ortega, el fundador de Inditex y artífice de la cadena Zara, es frecuentemente presentado como un ejemplo de éxito empresarial, un hombre que, desde orígenes humildes, construyó un imperio global de la moda. Sin embargo, esta narrativa idílica oculta una realidad mucho más sombría: su fortuna no es el resultado de un genio visionario trabajando en solitario, sino de un sistema basado en la explotación laboral, la precariedad y prácticas cuestionables que han permitido a Inditex maximizar beneficios a costa de los más vulnerables. Este artículo desmonta el mito de Ortega y expone cómo su riqueza se edificó sobre el trabajo mal remunerado de miles de personas, especialmente las costureras gallegas, y cómo su modelo de negocio evolucionó hacia la deslocalización y la evasión fiscal, consolidándolo como un símbolo del capitalismo más despiadado.

Los orígenes: explotación en los talleres gallegos

En los años 60 y 70, Ortega comenzó su andadura en el sector textil desde Galicia, una región marcada por la pobreza tras décadas de marginalización económica. Junto a su entonces esposa, Rosalía Mera, fundó un pequeño negocio que producía ropa a bajo costo, sentando las bases de lo que más tarde sería Inditex. Sin embargo, este inicio no fue el cuento de superación que se suele contar. La clave de su modelo radicaba en la creación de cooperativas de costureras, un sistema que, lejos de empoderar a las trabajadoras, las atrapaba en una dinámica de explotación.

Estas cooperativas funcionaban de manera que las mujeres, muchas de ellas sin formación ni alternativas laborales, trabajaban desde sus propias casas. Este modelo permitía a Ortega reducir costes al evitar invertir en talleres formales o en cumplir con regulaciones laborales. Las costureras gallegas cosían día y noche, a destajo, recibiendo pagos irrisorios por prenda terminada. Sin contratos estables, sin seguridad social, sin horarios definidos ni derechos laborales básicos, estas mujeres eran invisibles para el sistema, pero esenciales para el crecimiento del negocio. La narrativa de que Ortega ofrecía oportunidades a las mujeres gallegas se desmorona cuando se considera que su riqueza se construyó sobre la precariedad de estas trabajadoras, que apenas podían subsistir con lo que ganaban.

La deslocalización: abandonar Galicia por mano de obra más barata

A medida que Inditex crecía, Ortega no dudó en abandonar a las costureras gallegas que habían sido la columna vertebral de su empresa en sus primeras décadas. En los años 80 y 90, cuando la globalización abrió las puertas a mercados laborales más baratos, Inditex comenzó a deslocalizar su producción a países como Marruecos, Bangladesh, India o China, donde los salarios eran aún más bajos y las regulaciones laborales, prácticamente inexistentes. Este cambio no solo maximizó los márgenes de beneficio, sino que dejó en la estacada a miles de trabajadoras gallegas que habían dedicado años de su vida a coser para Zara y otras marcas de Inditex.

La transición fue devastadora para muchas comunidades en Galicia. Las cooperativas, que ya operaban en condiciones precarias, fueron desmanteladas o abandonadas, y las costureras, muchas de ellas sin formación alternativa ni ahorros, se encontraron sin empleo ni apoyo. Mientras Ortega se convertía en uno de los hombres más ricos del mundo, las mujeres que habían hecho posible su ascenso quedaron relegadas al olvido, todo por la búsqueda de mayores beneficios.

En los países a los que Inditex trasladó su producción, la situación no fue mejor. Fábricas en Bangladesh, por ejemplo, han sido señaladas por condiciones laborales deplorables: jornadas extenuantes, salarios de miseria, edificios inseguros y, en algunos casos, trabajo infantil. Tragedias como el colapso del Rana Plaza en 2013, donde murieron más de 1.100 trabajadores textiles, pusieron el foco en las cadenas de suministro de marcas como Zara, evidenciando que el modelo Inditex dependía de exprimir a los más vulnerables en cualquier rincón del mundo.

Evasión fiscal: maximizando beneficios a costa de la sociedad

Además de la explotación laboral, la fortuna de Ortega se ha visto favorecida por prácticas de ingeniería fiscal que han permitido a Inditex minimizar sus obligaciones tributarias. Inditex evade millones de euros en impuestos mediante el uso de filiales en países como Países Bajos, Irlanda y Suiza, conocidos por sus regímenes fiscales laxos. Aunque Inditex ha negado estas acusaciones, la opacidad de su estructura financiera levanta sospechas legítimas.

Esta estrategia no es exclusiva de Inditex, pero sí evidencia cómo Ortega y su imperio han priorizado la acumulación de riqueza por encima de contribuir justamente a las sociedades donde operan. Mientras los países donde Inditex genera beneficios luchan por financiar servicios públicos, la empresa ha aprovechado lagunas legales para reducir su carga fiscal, consolidando aún más la fortuna personal de Ortega, que supera los 100.000 millones de euros según las estimaciones más recientes.

La figura de Amancio Ortega es frecuentemente celebrada como la de un emprendedor visionario que transformó la industria de la moda. Sin embargo, su éxito no puede desvincularse del sufrimiento de quienes han trabajado para él bajo condiciones indignas, ni de las prácticas que han permitido a Inditex eludir responsabilidades sociales. Ortega no es un referente de esfuerzo o innovación, sino un símbolo del capitalismo más crudo: un sistema que premia la acumulación de riqueza a cualquier precio.

Sus donaciones filantrópicas, como las destinadas a la sanidad pública española, no compensan las desigualdades que su modelo de negocio ha generado. Más bien, estas acciones pueden verse como intentos de lavar su imagen, mientras la maquinaria de Inditex sigue dependiendo de un sistema que perpetúa la precariedad y la desigualdad. La pregunta no es si Ortega es un hombre exitoso, sino a qué costo lo ha logrado. La respuesta está en las manos cansadas de las costureras gallegas, en los talleres abarrotados de Bangladesh y en los beneficios que nunca llegan a las arcas públicas. Amancio Ortega no es un héroe del emprendimiento; es el rostro de un capitalismo que prospera a costa de la explotación obrera.

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Ucrania y la internacionalización del negocio de los vientres de alquiler

Sábado 12 de abril de 2025 NODO50

«Ahora también recibimos el material genético por servicio postal. Es una de nuestras nuevas prestaciones. Y podemos programar el parto en Grecia porque a mucha gente le da miedo venir a un país en guerra. Además, al ser un país de la Unión Europea (UE), ya lo registran a nombre de los padres y es más fácil el resto del proceso en su país», explica Ksenia Stadnichenko en la sala de reuniones de la clínica Feskov, en Járkiv, la segunda ciudad más poblada y rica de Ucrania. Es 1 de noviembre de 2024, las primeras nevadas anuncian la cercanía del invierno y, en un perfecto español, Stadnichenko explica su trabajo como responsable de la relación con los clientes de esta empresa fundada por el ginecólogo Alexander Mikhailovich Feskov, dedicada a la reproducción asistida y a la gestación subrogada. En el edificio de tres plantas, varias decenas de mujeres esperan sentadas a que llegue su turno para ser atendidas por el personal médico. Para entrar, hay que cubrirse los zapatos con protectores y de las paredes cuelgan decenas de fotografías de bebés rechonchos, blancos y sonrientes.

Entrada al IVF Center, la clínica de medicina reproductiva del profesor Alexander Feskov. MARIA VOLKOVA

Afuera, la población de esta ciudad de un millón y medio de habitantes se empeña en seguir haciendo vida normal, mantener sus parques y avenidas cuidadas e iluminadas, pero los apenas 40 kilómetros que la distancian de la frontera con el sur de Rusia hacen que sigan siendo habituales los bombardeos. La noche previa a la entrevista con Stadnichenko, cayó un proyectil junto a un centro comercial y la onda expansiva destrozó las ventanas de varios edificios a la redonda.

En el hotel donde la empresa Feskov aloja a los clientes que contratan con ellos «el paquete VIP» o «Deluxe», la detonación fracturó algunos ventanales de la última planta. En las suites, diseñadas con visión directa a la piscina del delfinario que incluye el complejo vacacional, era posible ver las sombras de los mamíferos marinos dando vueltas mientras los trabajadores se arrebujaban en el descansillo de las escaleras de emergencia. Hace más de un año que ya no bajan al sótano, donde el gimnasio hace las veces de refugio. Las sirenas antiaéreas se han convertido en parte del paisaje sonoro de sus vidas.

La industria no se detiene

«Los partos de Ucrania los hacemos en Chernihiv, una ciudad pegada a Rumanía y totalmente segura. Aun así, hay mucha gente que no se atreve a venir. Por eso, a los europeos les recomendamos el pack de Grecia, porque allí registran a los bebés directamente a nombre de la familia y así sólo tienen que solicitar su nacionalidad en un juzgado de su país», explica Stadnichenko. Además de ucraniano y español, habla italiano, francés y alemán. Son los idiomas de la mayoría de sus clientes, aunque en los últimos años cada vez llegan más de China y de países árabes. Pese a que las pocas frases que regulan la gestación subrogada en Ucrania en el código de familia y en las dos órdenes dictadas por el Ministerio de Sanidad establecen que los partos de bebés gestados por vientres de alquiler solo pueden tener lugar en suelo nacional, la mayoría de las clínicas ya los ofertan en países como Grecia, Chipre o Georgia. Países en los que, cada vez más, las empresas ucranianas de gestación subrogada están abriendo delegaciones o estableciendo contactos con clínicas locales para ampliar su mercado.

La mayoría de sus clientes, explica, elige programas de entre 60.000 y 90.000 euros. En caso de que el parto se realice en otro país, tendrán que pagar los servicios de un abogado que gestione la autorización judicial así como los gastos derivados de los procedimientos que haya que hacer en el país de origen de la familia.

«Estudiamos cada embrión con sistema DGP NGS para implantar los que tengan correctos los cromosomas. Este mecanismo no es legal en otros países. Así nos aseguramos de que tenemos un bebé sano. Y además, damos la opción de elegir el sexo, algo que muchos clientes hacen», añade Stadnichenko, que no aparenta más de 30 años, tiene el pelo rubio, ademanes suaves y un tono de voz dulce; sonríe mucho y repite las ideas clave: garantía de que una vez pagado el pack, no hay gastos adicionales; garantía de que con sus técnicas, no hay posibilidad de bebé enfermo; garantía de que el coste mayor que el de otras clínicas es signo de que no habrá errores en el proceso.

Entrada al IVF Center, la clínica de medicina reproductiva del profesor Alexander Feskov. MARIA VOLKOVA
El ginecólogo Alexander Feskov, fundador de la clínica que lleva su nombre. MARIA VOLKOVA

El doctor Alexander Feskov tiene 66 años, el pelo blanco y frondoso, camisa blanca almidonada y ha de extender el brazo y el cuerpo para saludar desde el otro lado de su enorme escritorio de madera noble. «Llevamos 15 años haciendo gestación subrogada y claro que se podrían mejorar aspectos de la ley sobre la protección de las mujeres gestantes, de los seguros médicos… Pero no se va a hacer, tampoco porque lo diga la UE, porque queda mucho tiempo para que entremos en la Unión y la mentalidad de los ucranianos es muy distinta a la de los europeos. Cuando hablan de reformar la ley en realidad sólo están haciendo juego político», dice, rodeado de trofeos y diplomas. Feskov desprende seguridad en sí mismo, en que su negocio solo puede crecer y en el desarrollo científico de la reproducción humana. Da por sentado que en un futuro no muy lejano, la gestación se hará en máquinas, sin necesidad del cuerpo de las mujeres.

La clínica Feskov es una de las 11 clínicas incluidas en el informe del Instituto de las Mujeres del Gobierno de España acusadas de estar incumpliendo la prohibición de hacer publicidad de la gestación subrogada, incluida en la reforma de la Ley del aborto de 2022. El organismo, dependiente del Ministerio de Igualdad, ha pedido a la Abogacía que, de acuerdo a la información recogida, abra una investigación. Pero como se explica en el dossier publicado por La Marea, varias de ellas no cuentan con sede en España, por lo que difícilmente se les podrá imponer multas.

Feskov es una de las empresas que no tienen oficina en España. Sin embargo, sí cuenta con una página web en español, un mercado en el que busca ampliar su clientela a sabiendas de que BioTexCom, la empresa ucraniana más conocida hasta ahora, sufre una crisis reputacional por las irregularidades investigadas en 2018 y 2019 por la Fiscalía ucraniana en un proceso que fue abortado por la intervención política. Toda la amabilidad mostrada por parte del equipo de Feskov y su predisposición a que pudiésemos entrevistar a algunos de sus clientes durante los meses que ha durado esta investigación se esfumaron cuando se les preguntó por esta denuncia del organismo español.

Respaldo político en Ucrania

«Soy partidaria de que, al menos mientras dure la guerra, la maternidad subrogada solo sea legal para las familias ucranianas. Tenemos un problema demográfico que, me temo, va a empeorar en los próximos años por la guerra. Por eso impulsé la ley que permite que nuestros defensores [en referencia a los soldados] puedan congelar su semen y sus óvulos. Así, cuando vuelvan del frente, si no pueden tener hijos, podrán recurrir a su material genético. Y si eso tampoco funciona, entonces podrán emplear la subrogación», expone Oksana Oleksandrivna Dmytriyeva, diputada de Servidor del Pueblo, el partido del presidente Volodímir Zelenski, y presidenta de la Comisión Nacional de Salud del Parlamento ucraniano.

En 2023, después de que el Parlamento europeo declarase la gestación subrogada contraria a «la dignidad humana de la mujer, ya que su cuerpo y sus funciones reproductivas se utilizan como una materia prima» y mostrase su preocupación por cómo Ucrania se había convertido en uno de los mercados más importantes de esta industria, el presidente ucraniano presentó un paquete de leyes que incluía la prohibición de la gestación subrogada, aunque solo a las parejas extranjeras. La propuesta fue rechazada por la mayoría de la Cámara. «Era un conjunto de leyes muy grande. No se votó en contra por la prohibición de la maternidad subrogada, sino que tenía demasiados aspectos mezclados. Por eso ahora estamos intentando mejorar la propuesta con temas concretos. De todas formas, como siempre repito, en la UE no están viviendo una guerra. Nosotros tenemos que gestionar una situación excepcional y los problemas de reproducción de nuestra población. Además, Europa también está interesada en paliar la baja tasa de natalidad que sufre», explica Dmytriyeva, quien antes de ser diputada fue empresaria de la odontología y Miss Ucrania internacional.

«Hemos detectado que la guerra está ocasionando problemas de salud mentales y físicos que impiden a muchas mujeres quedarse embarazadas. Por eso es tan importante la ley para que nuestros defensores puedan congelar su material genético. Las clínicas, privadas y públicas, que están dentro del programa tienen el deber de guardarlo hasta tres años después de que muera su propietario o de que acabe la guerra. Tenemos casos de mujeres que se han quedado embarazadas después de que muriese su marido», añade visiblemente orgullosa.

Cuando se le pregunta si tenía conocimiento de las investigaciones que la Fiscalía de su país ha realizado a la clínica BioTexCom y si se están adoptando medidas políticas para acabar con la trata con fines de explotación sexual que llevan sufriendo las mujeres ucranianas desde los años noventa, responde que no tenía conocimiento de ninguno de estos asuntos y pregunta, entre risas compartidas con su responsable de prensa, que de dónde sacamos todas esas historias escabrosas.

La impunidad de BioTexCom

En 2018, un equipo de cinco fiscales retomó una investigación sobre la clínica BioTexCom, que había sido suspendida meses antes por altas instancias políticas. «Lo primero que nos llamó la atención fue que era un negocio multimillonario, que apenas estaba declarando ni pagando impuestos y que a las mujeres gestantes les pagaban en negro», explica uno de los miembros del equipo que nos ha citado en un apartado de un bar a las afueras de Kiev. «Encontramos que, desde 2012, BioTexCom trabajaba con un patrón sistemático y masivo por todo el territorio ucraniano: organizaban matrimonios ficticios a hombres solteros para que pudieran acogerse a la legalidad porque en Ucrania la gestación subrogada solo es legal para parejas heterosexuales casadas que demuestren que no pueden tener hijos. También les estaban dando bebés a parejas homosexuales y heterosexuales que no acreditaban tener problemas de salud para reproducirse –incumpliendo la ley ucraniana–. Y les hacían pagar en cuentas secretas en paraísos fiscales», explica Boryslav (nombre ficticio) una mañana lluviosa.

Cuando algún cliente entra en el local, baja el volumen de voz y su acompañante comprueba que no se dirigen a nuestro rincón. «Lo peor es que en muchos de los casos, los bebés no tenían vínculo genético con quienes se los llevaban. La documentación era un caos: hasta había casos en los que decían que habían cogido material del padre y que el vínculo era con la madre. Pero BioTexCom les daba a la pareja un documento acreditando la filiación genética», continúa diciendo quien tiene claro que otras empresas «seguían su escuela». «Pero es que no había comparación. Si BioTexCom hacía varios miles de gestaciones al año, las otras, en total, no superaban los pocos centenares», añade.

Durante las primeras semanas de la invasión rusa, la empresa BioTexCom trasladó a los bebés gestados por vientres de alquiler a un sótano de un edi?cio de Kiev convertido en búnker. PATRICIA SIMÓN

La mayoría de los clientes eran –y son– de países europeos, pero, según explica el entonces investigador de la Fiscalía, «en la zona de Odesa y Nicolai, los oficiales de la frontera identificaron cómo hombres chinos cruzaban, no declaraban nada de dinero y volvían semanas después con un bebé». «Averiguamos –prosigue– que les organizaban matrimonios con mujeres ucranianas para poder acogerse a la subrogación. Después, se divorciaban y la madre cedía todos los derechos al padre, que se marchaba con el bebé. Encontramos muchos de sus pasaportes, se los llevamos al cónsul chino que nos dijo que no lo contásemos porque ese delito se paga con pena de muerte en su país y los iban a matar. Luego supimos que los niños eran entregados a familias ricas y poderosas de China, por lo que a quienes estaba protegiendo el cónsul era a la aristocracia de su país».

El equipo de fiscales también se reunió con representantes de la embajada de Reino Unido, Italia y España. «Los ingleses e italianos nos dijeron que no iban a hacer nada porque era entrometerse en la vida privada de sus ciudadanos y que no lo convirtiéramos en un escándalo. Los de España, en cambio, propusieron crear un equipo internacional de especialistas para investigarlo. Habría sido fantástico, porque además muchos clientes eran de Madrid y Barcelona. Pero, desgraciadamente, no salió adelante porque los otros dos países se opusieron», explica quien a medida que avanza la conversación se apasiona e indigna con el que considera uno de los grandes casos de la Fiscalía.

Fue entonces cuando Dolores Delgado, ministra de Justicia en aquel momento, ordenó a la Embajada española en Ucrania que dejase de inscribir a los bebés nacidos mediante vientres de alquiler. Una medida que, desde entonces, se ha ampliado a los consulados y embajadas de otros países donde la gestación subrogada es legal, pero no cuenta con un proceso judicial para reconocer a los llamados padres y madres de «intención».

«Había contratos en inglés, sin traducción al ucraniano, en los que se decía que las mujeres gestantes cobrarían entre 8.000 y 12.000 euros, dependiendo de varios factores. Como ellas no entendían inglés, cuando finalmente sólo recibían 8.000 euros no podían quejarse. Otro de los grandes problemas es que no hay un registro de bebés, por lo que no podemos hacer seguimiento de dónde ni cómo están», lamenta el investigador.

De hecho, durante la entrevista en la empresa Feskov, Ksenia Stadnichenko expuso como un sello de calidad que, mientras a las mujeres gestantes les hacen estudios psicológicos y varias entrevistas para identificar su estabilidad mental, a sus clientes no les hacen ningún análisis ni pregunta al respecto.

Según una fuente cercana al caso, Albert Tochilovsk, el oligarca moldavo-alemán dueño de BioTexCom, advirtió durante un interrogatorio al fiscal jefe, Yuriy Kovalchu, que si no suspendía la investigación sería despedido. Cuando éste le preguntó por qué no pagaba los tratamientos que necesitaban las mujeres que habían sufrido problemas de salud por el embarazo, cuando, por ejemplo, 35.000 euros para él no eran nada, Tochilovsk le habría respondido supuestamente: «Si lo hago con una, tendría que hacerlo con todas y yo no regalo el dinero».

En los meses siguientes de 2019, setenta y siete diputados registraron la misma carta en el Parlamento: acusaban al fiscal jefe de hacer mal su trabajo y de estar acosando a Tochilovsk. Según esta misma fuente, cada uno de los políticos recibió presuntamente entre 3.000 y 5.000 euros por apoyar aquella iniciativa, que se tradujo en el despido fulminante de los cinco investigadores. La Marea ha enviado una serie de preguntas sobre estos aspectos a Tochilovsk, pero no ha recibido respuesta.

Cuando el Gobierno ordenó el cierre de la investigación sobre BioTexCom ya habían descubierto no sólo las presuntas ilegalidades cometidas por BioTexCom en el negocio de los vientres de alquiler, sino también el entramado empresarial de Tochilovsk dedicado a la evasión fiscal y el lavado de dinero: al menos 15 empresas registradas en las Seychelles, Reino Unido, San Cristóbal y Nieves y Moldavia a nombre de testaferros, registrados todos ellos en la misma dirección de la provincia ucraniana de Kirovohrad. Tenía, asimismo, varias empresas vinculadas con la reproducción asistida y la gestación subrogada: Sana-Med LTD (registrada en San Cristóbal y Nieves), así como Human Reproduction Group LTD, Alpha Group Investments LTD y Junispere LTD Company (inscritas en Reino Unido). También se supo que poseía cuentas bancarias en República Checa, Letonia, Chipre y Suiza, en las que numerosos clientes habrían pagado sus facturas por los bebés concebidos en Ucrania con el concepto de «servicios médicos», según el investigador.

El listado de delitos por los que el equipo de la Fiscalía le quería juzgar era: tráfico de niños y niñas, uso de mujeres de los territorios ocupados por Rusia de Lugansk y Donetsk en los programas de subrogación –lo que está prohibido–, evasión fiscal a través de compañías offshore en las Seychelles, entre otros paraísos fiscales, lavado de dinero del tráfico de menores a través de la compra de inmuebles en Ucrania, absorción de empresas mediante coacciones y acciones ilegales…

«Al principio, cuando hablábamos en la oficina de tráfico de niños se reían de nosotros. Pero cuando demostramos que había cientos de casos desde 2012, empezaron a tomarnos en serio», recuerda el entrevistado. «Ponen carteles enormes de anuncios ofreciendo 10.000 euros en aldeas donde la gente es muy pobre. ¿Cómo no lo van a hacer», se pregunta. «Uno de los casos que no olvido es el de una bebé que nació con problemas estomacales. La pareja francesa que lo había encargado no lo quiso y BioTexCom lo entregó a un orfanato. Murió a los tres meses y pasó mucho tiempo sin que nadie reclamase su cuerpo. Hasta que supieron que estábamos investigando su caso y entonces, desde BioTexCom, hicieron firmar a la madre gestante para poder incinerarlo rápidamente», denuncia antes de marcharse.

Gestantes desprotegidas

Llueve, hace viento y Viktoriya empuja con determinación el carrito y la puerta del McDonalds en el que nos ha citado, radicado en un barrio pobre de las afueras de Kiev. Su hija Maria tiene dos años, el pelo rubio recogido en dos coletas y nació con síndrome Down. Ambas viven en la casa que Viktoriya pudo comprar gracias al bebé que gestó en 2019, cuando no podía pagar ni el alquiler de la habitación en la que vivía con su primer hijo. El crío tenía en ese momento un año y un retraso en su desarrollo, según su madre, provocado por una sobredosis de anestesia durante una intervención médica. Fue entonces cuando se acercó a la oficina de BioTexCom para pedir trabajo como gestante.

«Hice tres intentos de embarazo. En el primero, el embrión no se implantó. En el segundo, tuve que abortarlo porque venía con problemas. Y en el tercero, tres embriones salieron adelante. Cuando me dijeron que me tenían que dejar solo uno, lloraba pidiéndoles que me dejasen gestar al menos dos porque me sentía sana y con fuerza para hacerlo. Me dijeron que la decisión era de sus padres. Me anestesiaron y me los quitaron», recuerda mientras hace carantoñas a su pequeña para distraerla.

«En los primeros meses de embarazo, me tenía que inyectar hormonas de estimulación cada hora», recuerda. «Cuando parí, pedí ver al bebé, pero no me lo enseñaron. Le pedí a una enfermera que le hiciera una foto, pero me dijo que no», continúa con tono aséptico. Admite que le costó entregar al bebé porque «el instinto natural de una madre es sostenerlo». «Claro que sentí conexión con él –confiesa–, pero desde un principio tuve el apoyo de mi abuela, que pensaba que estaba ayudando a otras personas. Gracias a ella me mentalicé a lo largo del embarazo de que tendría que entregarlo».

Viktoriya conoció al padre contratante de la criatura, quien dice que le prometió que «le daría una buena educación, que aprendería varios idiomas, que lo tendría todo». «Y me calmé. Claro que me gustaría saber cómo está, cómo vive, pero firmé un contrato en el que me comprometía a no contactar con la familia ni con el bebé», continúa. Viktoriya responde a las preguntas con concisión y claridad, sin carga emotiva ni una frialdad impostada.

«No creo que deban restringir la maternidad subrogada. Mucha gente no puede tener bebés y nosotras les damos la oportunidad. Son gente ilusionada que incluso nos trae fruta al hospital». BioTexCom le pagó 12.000 euros. «No sé si es suficiente, pero para mí era una fortuna», subraya. Y concluye: «Si fuese joven, volvería a hacerlo. Le das sentido a la vida de otras personas. De hecho, a las jóvenes que lo estén valorando, les diría que no lo duden y que lo hagan».

Viktoriya tiene que marcharse rápidamente después de la entrevista. Tiene una cita médica para Maria y, después, debe recoger a su hijo del centro de educación especial.

Fuera de la ley

Ucrania legalizó la subrogación con apenas un par de frases en el Código de Familia (en 2002) y algunas órdenes por parte del Ministerio de Sanidad (en 2013). En esos momentos, India, un país en el que también se permitía la gestación subrogada comercial, vivía un intenso debate en torno a las imágenes de las llamadas «granjas de embarazadas». El escándalo forzó al gigante asiático a cambiar ligeramente su legislación, primero prohibiendo el procedimiento «de pago» a los extranjeros (2015) y luego en todos los casos (2019). La jurisprudencia ucraniana no ha sido tan prolija. Allí, ha sido fundamentalmente parte del movimiento feminista el que ha denunciado públicamente este negocio.

Natalia Semchuk es una abogada de Kiev que se encontró con esta problemática investigando la violencia obstétrica con otros colegas de la abogacía. Fueron unas enfermeras las que le alertaron de que «estas mujeres sufren más tasas de depresión que el resto de embarazadas y de que nacen más niños con problemas de salud a causa de la cantidad de hormonas que se inyectan para que el embrión arraigue». A partir de ahí, esta letrada feminista empezó a indagar y se encontró con que los contratos que hacen los abogados para muchas de las clínicas no recogen la mayoría de las condiciones en el contrato, sino que los dejan en un apéndice extraoficial. «Ahí es donde ponen lo que pueden y no pueden hacer, dónde tienen que vivir, cómo no pueden mantener relaciones sexuales y las multas que recibirán si no lo cumplen. Es una forma de esclavitud», explica en una ruidosa cafetería en un centro comercial de Kiev.

«Hay conexiones entre las clínicas y el Parlamento. Además, la mayoría de los parlamentarios son hombres ricos a los que no les interesa este tema. No tienen problemas con vender a otras personas porque ellos jamás tendrán que recurrir a quedarse embarazados o entregar un bebé para sobrevivir», concluye, antes de tener que irse apresurada para cuidar de su hijo.

Maria Dmitrieva es directora del Centro de Desarrollo de la Democracia, una de las organizaciones feministas más veteranas del país. «Como la demanda sigue creciendo y muchas mujeres ucranianas se refugiaron en otros países, las empresas están trayendo a mujeres de Kazajistán, Tayikistán, Uzbekistán… También están llevando a mujeres a parir a Chipre, Grecia o Georgia, lo que es absolutamente ilegal. Pero nadie va a hacer nada porque si un diputado se pronuncia en contra de la gestación subrogada, va a tener problemas para proseguir su carrera política», explica en el hall de un hotel céntrico de Kiev. Dmitrieva tiene clara la solución para acabar con este negocio: «Si la UE y los países miembros prohíben a su ciudadanía recurrir a la maternidad subrogada, se acaba con esta explotación de las mujeres y de los menores. Sólo el 5% de las subrogaciones son para parejas ucranianas, el resto son para extranjeros»

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"Las abogadas". Memoria histórica sobre el tardofranquismo y la transición en el cine documental

Por Raúl Navas

Sábado 29 de marzo de 2025 NODO50

Durante décadas, se promovió un relato oficial sobre la historia reciente de España, que distorsionaba y silenciaba la represión, así como la naturaleza y el origen de la dictadura franquista. La República se omitía como si no hubiese existido, o se simplificaba e identificaba sin más como algo tremendamente negativo. Se asociaba al fracaso, o a lo que algunos historiadores han llamado memoria negativa. La Guerra Civil se reducía a una serie de tópicos sobre culpa e irresponsabilidad colectiva, decretando un empate moral entre bandos sin diferencia alguna entre ellos. De esta forma se fomentaba una equiparación moral entre vencedores y vencidos, trasmitiéndose durante generaciones una visión distorsionada y con nulo rigor sobre la República, Guerra Civil y el franquismo. La reflexión era inexistente y el carácter de clase quedaba ausente de todo análisis.

El franquismo denigró y degradó la memoria de la República y los vencidos en la guerra. En la transición y años posteriores se profundizó en el olvido y la amnesia histórica, en un contexto de escasez de publicaciones críticas y de políticas de rehabilitación de las víctimas del franquismo. Por el contrario, desde finales de los años 90 se han realizado numerosas investigaciones y publicaciones relacionadas con la llamada Memoria Histórica. Los discursos alternativos al relato oficial sobre la guerra y el franquismo aumentaron en cantidad, calidad, difusión y relevancia, profundizándose en el estudio de la represión franquista y contribuyendo al fin del silencio. Diversas investigaciones han detallado todo tipo de episodios y formulas represivas del franquismo desde la perspectiva del sufrimiento causado a las víctimas, reivindicando rescatarlas del olvido, así como preservar, investigar, difundir y recuperar su memoria. En este sentido, no solo se han publicado libros y realizado tesis doctorales; también se han estrenado numerosos e interesantes películas y documentales, algunos francamente emotivos y reflexivos.

Las nuevas consideraciones sobre la represión franquista, dejaron de ser minoritarias y, de una forma más tardía y modesta, también se abrieron paso reformulaciones críticas sobre qué ocurrió realmente en la transición, cuestionando el relato predominante durante décadas. Se comenzaron a realizar documentales que abordaran críticamente el llamado pacto del olvido de la transición, en el que los represores franquistas quedaban impunes mientras se promovía la amnesia histórica y se dejaba a miles de republicanas y republicanos asesinados en fosas. Las fosas del olvido (Alfonso Domingo, Itziar Bernaola, 2003), emitido en Documentos TV de TVE, fue un ejemplo novedoso de replanteamiento crítico, dado que durante años los reportajes y trabajos audiovisuales sobre la transición, aparte de ser escasos, se solían caracterizar por ofrecer una versión acrítica de aquel proceso político, en el que encontramos una escasa o nula atención a aspectos como la impunidad de la represión en la dictadura, la vinculación entre la ultraderecha y el aparato del Estado, la nula dignificación de las víctimas y su olvido, al papel del movimiento obrero y la movilización, etc. Hablamos de trabajos poco críticos y reflexivos, en los que se apreciaba cierta equiparación moral entre franquismo y antifranquismo. Además, se amplificaba y promovía la importancia de la actuación de unos personajes concretos (Suárez, el Rey, Carrillo, etc.). En este relato, la transición fue algo que se hizo perfectamente en los despachos por hombres de Estado, sin un solo defecto. Numerosos reportajes han seguido ese patrón, cuya máxima expresión la encontramos en la serie documental de TVE sobre la transición emitida en 1993 y dirigida por Victoria Prego. En aquellos 13 episodios se incluye un valioso material audiovisual de archivo y testimonios de interés para las y los historiadores, pero no podemos catalogarlo como una serie documental realizada desde la perspectiva de recuperar la memoria histórica. En buena parte, porque no se restituye la memoria de las y los perdedores. Por el contrario, de alguna manera, se trasmite una visión de que no los hubo. Sus exposiciones y conclusiones constituyen un compendio acrítico acorde con el relato dominante sobre la transición cocinado por las elites. En dicha serie documental, en su afán de intentar demostrar que la transición fue modélica en todos los sentidos, se ignora o se minimizan hechos desagradables o se presentan de una forma poco rigurosa y/o distorsionada. En definitiva, hablamos de una serie realizada a medida para justificar y blanquear cómo se construyó el llamado Régimen del 78.

Serie de TVE Las abogadas

Recientemente TVE ha estrenado Las abogadas, una serie creada por la directora y guionista Patricia Ferreira, tristemente fallecida en 2023. En seis capítulos se recrea una época, comenzando en 1964 y terminando en 1977. Las protagonistas son las actrices Paula Usero, Elisabet Casanovas, Irene Escolar y Almudena Pascual, que interpretan, respectivamente, a Lola González, Cristina Almeida, Manuela Carmena y Francisca Sauquillo, abogadas que durante los años finales del franquismo pelearon en los juzgados contra las injusticias de la dictadura, defendiendo a las y los trabajadores víctimas de abusos patronales y encausados por delitos políticos. El presente artículo no pretende juzgar la serie ni hacer una crítica a la misma, sino abordar sucesos y fenómenos que se recrean en ella y cómo han sido tratados en el cine documental. En todo caso, ya se han publicado distintas opiniones y críticas sobre la serie. Juan Ignacio Ruiz Huerta escribió para Publico que “Las abogadas aborda unos hechos de nuestro pasado reciente y casi olvidado que conviene recordar. Lo hace con cierta dosis de tensión, aunque los diálogos son pobres y las actrices recitan su papel sin mucha convicción. Pero lo peor de la serie es lo que calla sobre los sucesos que narra. Las abogadas vienen a ser un Cuéntame, una versión cuqui sobre la espantosa realidad que fueron aquellos tiempos de barbarie y plomo. Y esa realidad no debería ser manipulada” [1]

En Las abogadas, se recrea el contexto político y social de la época. Durante la serie vemos el uso habitual de la violencia que ejercía el aparato de Estado franquista. Se recrean cargas policiales y torturas. Salen los famosos calabozos de la DGS y la naturaleza represiva del TOP. Brevemente se señala la agitación en la universidad, donde se celebraban asambleas masivas disueltas violentamente por la policía. Se abordan algunos aspectos propios de la militancia clandestina y los riesgos que se corrían realizando tareas como una reunión o la impresión de octavillas. La policía siempre estaba al acecho, y junto con la judicatura y el resto del aparato de Estado intentaba quebrantar la moral y voluntad militante. En este sentido se hace un pequeño abordaje de la salud mental de las personas que militaban en la clandestinidad y las dificultades a las que se enfrentaban, con despidos, detenciones y amenazas de muerte; la dureza de las estancias en prisión, el sufrimiento propio y del entorno personal y familiar.

Cada capítulo se centra en un tema real concreto que se convierte en homenaje a las víctimas del franquismo. El primer capítulo, trata sobre Enrique Ruano, militante del FLP (Frente de Liberación Popular) que, en enero de 1969, con 21 años, fue torturado y asesinado por la temida Brigada Político Social. También se pone en evidencia la manipulación informativa del régimen, que trató de presentar el asesinato como un suicidio. Se señala la naturaleza brutal de la dictadura, con la policía emprendiendo violentas cargas durante el sepelio. Este trágico episodio represivo del franquismo ha sido escasamente abordado en producciones audiovisuales, pese a que existen documentales sobre otras víctimas mortales del franquismo de aquel periodo. En la serie, la actriz Valeria Sorolla interpreta a Margot Ruano Casanova, hermana de Enrique, quien lleva décadas reclamando justicia y reparación. En una entrevista en 2009 manifestó que la muerte de Enrique

En Las abogadas, se recrea el contexto político y social de la época. Durante la serie vemos el uso habitual de la violencia que ejercía el aparato de Estado franquista. Se recrean cargas policiales y torturas. Salen los famosos calabozos de la DGS y la naturaleza represiva del TOP. Brevemente se señala la agitación en la universidad, donde se celebraban asambleas masivas disueltas violentamente por la policía. Se abordan algunos aspectos propios de la militancia clandestina y los riesgos que se corrían realizando tareas como una reunión o la impresión de octavillas. La policía siempre estaba al acecho, y junto con la judicatura y el resto del aparato de Estado intentaba quebrantar la moral y voluntad militante. En este sentido se hace un pequeño abordaje de la salud mental de las personas que militaban en la clandestinidad y las dificultades a las que se enfrentaban, con despidos, detenciones y amenazas de muerte; la dureza de las estancias en prisión, el sufrimiento propio y del entorno personal y familiar.

Cada capítulo se centra en un tema real concreto que se convierte en homenaje a las víctimas del franquismo. El primer capítulo, trata sobre Enrique Ruano, militante del FLP (Frente de Liberación Popular) que, en enero de 1969, con 21 años, fue torturado y asesinado por la temida Brigada Político Social. También se pone en evidencia la manipulación informativa del régimen, que trató de presentar el asesinato como un suicidio. Se señala la naturaleza brutal de la dictadura, con la policía emprendiendo violentas cargas durante el sepelio. Este trágico episodio represivo del franquismo ha sido escasamente abordado en producciones audiovisuales, pese a que existen documentales sobre otras víctimas mortales del franquismo de aquel periodo. En la serie, la actriz Valeria Sorolla interpreta a Margot Ruano Casanova, hermana de Enrique, quien lleva décadas reclamando justicia y reparación. En una entrevista en 2009 manifestó que la muerte de Enrique [2]

Cincuenta años después del asesinato, denunciaba que no vivimos en la democracia por la que su hermano murió [3]

Por otro lado, vemos personajes variopintos que en mayor o menor medida reflejan fenómenos y situaciones de la época. Por ejemplo, al actor que interpreta a un dirigente del PCE, que hace de enlace con la base, caracterizado como mediocre y monótono, con tradición y disciplina estalinista, que acata acríticamente las órdenes del partido intentando relegar las reivindicaciones feministas en su seno.

En la serie también se abordan los problemas concretos de la militancia femenina, como mujeres y/o madres. Pese a que hay un bufete en el que las mujeres mandan a hombres, se refleja el horroroso machismo de la época. En una secuencia vemos que el marido de Cristina Almeida debe hacer un poder notarial para que su mujer pueda pleitear y viajar. También se refleja la desigualdad laboral y salarial de esos años en la recreación de un juicio sobre un conflicto en una fábrica textil, donde solo cosen las mujeres a destajo, con injustos sistemas de rendimiento, bajo la dictadura del cronómetro y cobrando menos que los hombres. Además, se aborda brevemente la discriminación y problemas del colectivo LGTBI; concretamente, en el despido contra una mujer que tiene una relación con otra mujer. En este sentido, también existen algunos documentales específicos sobre esta temática, como La memoria homosexual (Espino Dieguez, 2020), o Pero que todos sepan que no he muerto (Andrea Weis, 2017).

Movimiento obrero
La serie expone problemas laborales de la época, como los sistemas de trabajo a destajo, ausencia de libertades sindicales, horas extras no pagadas, represión contra las y los huelguistas, etc. En uno de los capítulos, un obrero pierde un brazo en un accidente laboral y vemos luchas no solo por temas salariales, sino por cuestiones relacionadas con la seguridad y la salud en el trabajo. En un capitulo se señala que obreros de la construcción hacen trabajos nocturnos en andamios. Aparecen huelguistas a quienes se piden años de cárcel acusados de asociación ilícita e incitación a la huelga. No olvidemos que el franquismo fue implacable contra el movimiento obrero, llegando a realizarse consejos de guerra contra trabajadores acusados de sedición por el hecho de hacer huelga en plena década de los sesenta.

En definitiva, las y los trabajadores que reivindicaban derechos se jugaban literalmente la vida. En este sentido, la serie rinde homenaje a Pedro Patiño (1937-1971), albañil y militante de CC OO y del PCE, que murió asesinado a tiros por la policía en Leganés el 13 de septiembre de 1971, mientras repartía octavillas el primer día de una huelga del sector de la construcción. Sobra decir que siempre es bienvenido este tipo de recuerdos y homenajes a tantos militantes antifranquistas que perdieron la vida y que han ido cayendo en el olvido.

Otro de los capítulos está centrado sobre el llamado Proceso 1001, en el que se juzgó a la dirección de CC OO. Los llamados 10 de Carabanchel fueron condenados a largas penas de cárcel. Sobre este tema, en 2024 se estrenó 10 para la libertad. El proceso 1001 contra la clase trabajadora, dirigido por Miguel Ángel Sánchez.

En la serie vemos cómo pese a que las huelgas eran ilegales, en ocasiones a los empresarios no les quedaba otra que negociar las reivindicaciones planteadas en paros laborales ilícitos... Los medios audiovisuales oficiales no informaban sobre manifestaciones y huelgas, por lo que las imágenes y videos que se conservan son o bien videos de particulares o reportajes elaborados por cineastas que promovían el llamado cine militante. Un género cinematográfico que se desarrolló en varios países, con la particularidad de que en la dictadura este tipo de cine hacia una importante labor de contrainformación y de construcción de memoria colectiva. Tino Calabug, Mariano Lisa y Helena Lumbreras grababan, cámara en mano y clandestinamente, huelgas, manifestaciones, asambleas, cargas policiales, entrevistas a huelguistas, etc. Posteriormente las películas se exhibían y debatían en la clandestinidad. Así funcionaban el Colectivo de Cine de Clase, Colectivo de Cine de Madrid, la Cooperativa de Cine Alternativo, etc.

Este tipo de reportajes se hicieron sobre distintos temas sociopolíticos y constituyen una valiosa fuente para el conocimiento del pasado reciente. Helena Lumbreras y Mariano Lisa, en una entrevista para El País en 1977, exponían que querían “hacer un cine de clase, integrado en el progreso de la clase obrera, y las formas de lucha que va creando en el camino mismo de su liberación” 4.

Realizadores actuales han mostrado sus simpatías y la importancia por aquellos reportajes y documentales. Luis E. Herrero, director de El entusiasmo (2018) y Vitoria, marzo de 1976 (2019) define aquel cine militante como una “guerrilla del celuloide que puso sus cámaras al servicio de la lucha contra la dictadura”, añadiendo que “Durante los años 70 se filmaron muchas películas de contenido político o social de marcado carácter antifranquista que se produjeron, exhibieron y distribuyeron al margen de la industria y de manera clandestina” [4]

Spagna 68 el hoy es malo pero el mañana es mío (Helena Lumbreras, 1968), es un reportaje grabado clandestinamente en el que aparecen manifestaciones y hablan militantes del movimiento antifranquista; Cuarto poder (Helena Lumbreras, 1970), es un documental útil y reflexivo para conocer el funcionamiento de la censura de prensa de la dictadura, con referencias a luchas obreras y populares de la época, como las de Seat o AEG. O todos o ninguno (Helena Lumbreras, Mariano Lisa, 1976), trata el desarrollo de la huelga de la fábrica de Laforsa en 1975 y 1976, que duro 106 días. Se graban asambleas de trabajadores, preparación de carteles, imágenes de la fábrica, actos públicos, cargas policiales, detenciones, etc. Se entrevistan a huelguistas que explican cuántos beneficios tiene la empresa, quienes son sus dueños, el sufrimiento en el puesto de trabajo debido al calor y a las enfermedades laborales, etc. Escuchamos términos de la época en el ámbito laboral como jurado de empresa. En las intervenciones no solo se habla sobre la huelga, sino sobre la necesidad de la amnistía o de la vuelta de las y los exiliados.

Sobre el desarrollo de los conflictos, vemos como se reparte el dinero de la caja de resistencia de los huelguistas, manifestaciones y discursos de las mujeres de los trabajadores. Aparecen cantautores actuando frente a los huelguistas, y se narra la extensión de la huelga por todo el Baix Llobregat hasta convertirse en general y afectar a más de 300 empresas, siendo secundada por 60.000 trabajadores y trabajadoras. Y también las marchas de las y los trabajadores que van empresa por empresa llamando a la huelga.

Amnistía y libertad (Andrés Linares, Tino Calabuig, Adolfo Garijo, 1976), es un documental sobre luchas de 1975 y 1976 en favor de la amnistía. Salen imágenes de familiares esperando la salida de las presas y presos políticos, el recibimiento de Marcelino Camacho al salir de la cárcel, así como la entrevista y rueda de prensa que ofreció. Se abordan las huelgas de principios de 1976 en Madrid en las que se militarizó el Metro y Correos. También hay imágenes sobre la huelga general de Getafe de diciembre de 1975. Por otro lado, podemos mencionar el estreno en 1977 de la película El puente, dirigida por Juan Antonio Bardem y protagonizada por Alfredo Landa, interpretando el papel de un mecánico que adquiere conciencia política debido a diversas situaciones con las que se encuentra durante un fin de semana relacionadas con problemáticas sociopolíticas del momento.

En A la vuelta del grito (Helena Lumbreras, Mariano Lisa, 1978), vemos luchas de diferentes empresas en 1976 y 1977. Se incluye un mitin en la huelga general de Bizkaia del 2 de diciembre de 1977, así como diferentes debates entre trabajadores y trabajadoras. Se habla de organizaciones que ya no existen, como la Coordinadora de empresas en crisis, el sindicato CSUT, y se citan términos del ámbito jurídico-laboral de la época como expediente de crisis. Aparecen fábricas textiles en las que trabajan mayoritariamente mujeres y el desarrollo de algunas de sus asambleas. Numax presenta (Joaquim Jordà, 1980), de tono menos triunfalista y más reflexivo, trata sobre la organización de los trabajadores de la fábrica de electrodomésticos Numax que, ante el cierre empresarial, decidieron ocupar y gestionar la empresa. Años después el mismo director hizo una segunda parte: Veinte años no es nada (2005). Joaquim Jordà manifestó que la película ofrecía una versión de la transición diferente y planteó que “Hay una visión oficial de la transición que no es la real. En esta película aparecen algunos de sus protagonistas reales” [5] , así como que “La transición se hizo con el sudor de mucha gente que se ha visto traicionada y totalmente desfavorecida. Ellos fueron los peones, los soldados, y sus generales los traicionaron” [6]
Durante años e incluso décadas, apenas se han realizado documentales que recuperen la memoria de la lucha del movimiento obrero en el tardofranquismo. Podemos citar algunas excepciones como Vigo 1972 (Roi Cagiao, 2017), que aborda las luchas en Ferrol de 1972. Tiene un arranque intenso, explicando que en una manifestación de trabajadores de Bazan y Astano, la policía actuó con violencia causando más de 40 heridos de bala y dos obreros muertos: Daniel Niebla y Amador Rey. Se describe el contexto socio político y laboral de la época en Vigo: falta de libertades y derechos, condiciones insalubres en el trabajo y altas tasas de siniestralidad laboral. Se realiza un repaso a la conflictividad laboral en Ferrol en el primer trimestre de 1972 en las que se consiguen victorias por parte de los trabajadores y trabajadoras. Se profundiza la lucha en septiembre de aquel año en Citroën por la jornada laboral de 44 horas, y se relata cómo al cabo de diez días la empresa despide a 5 trabajadores en represalia, a la que se responde con una huelga general en todo Vigo, que es narrada en detalle y cronológicamente por sus protagonistas. Hablan varios de quienes fueron detenidos durante la huelga, relatando que hubo multas, despidos, torturas y cárcel. En algunos casos se citan ejemplos concretos de casos de personas que eran puestos en libertad sin pelo o sin dientes tras ser torturados.

Su director Roi Cagiao afirmó que “Hoy en día tenemos la posibilidad de contar con testigos reales, aprovechando la experiencia en primera persona y acercando los acontecimientos con veracidad para que esta historia la conozcan las generaciones más jóvenes y la reconozcan las generaciones más mayores (...). El hecho de contar con la mayoría de protagonistas directos de la huelga constituye una fuente documental con considerable cantidad de material de archivo de diarios nacionales y extranjeros, emisiones televisivas, documentación fotográfica, octavillas” [7] Por otro lado, poco después se estrenó ¡Esto se cae! (Marta Corral y Ángel García, 2018), un reportaje que rinde homenaje a las mujeres que lucharon contra la dictadura a principios de los 70 en Ferrol.

El cinturón rojo (Luis Campo Vidal, 2017), trata las luchas en el Baix Llobregat en los últimos años del franquismo. En el documental intervienen vecinos y trabajadores de la época explicando las condiciones de vida en aquellos barrios obreros, construidos sin una ordenada planificación, equipamientos y servicios sociales. Relatan cómo se crearon y desarrollaron las comisiones de barrio y de fábrica. Explican las duras condiciones de trabajo: largas jornadas laborales, tareas con alta exposición al ruido y/o productos nocivos, autoritarismo de las jefaturas, una legislación favorable a la patronal, etc. También relatan las dificultades de la lucha sindical clandestina, la represión y las torturas. Se profundiza en las tres huelgas generales que tuvieron lugar en la comarca entre 1974 y 1976. Además, se aborda la situación de las mujeres trabajadoras en la época y se hace referencia al movimiento cristiano progresista contra la dictadura.

Otros reportajes de interés fueron: La huelga del silencio (Documentos TV, 2012), con guion de Alendro Caballero, donde se abordan las huelgas en las cuencas mineras de Asturias en 1962; Setenta y dos horas: Autonomía obrera en la Barcelona de los 60 (Oriol Murcia, 2012) o 163 días. La huelga de bandas (Larraitz Zuazo, 2017), sobre la larga y emblemática huelga de 1966 en la empresa Laminación de Bandas en Frio de Bizkaia.

Sobre la emigración de trabajadores a Europa Occidental en los años 60 podemos citar el interesante documental El tren de la memoria (Marta Arribas, Ana Pérez, 2005).

Lucha vecinal

En Las abogadas vemos barriadas obreras de la época que existían en lugares como Orcasitas o Vallecas. Eran casas bajas, sin alcantarillado, construidas por familias obreras con la amenaza permanente de derribo por la Guardia Civil. Se muestran barrizales y calles sin asfaltar y cómo, a su vez, había constructores que estafaban a las familias con falsas promesas. Francisca Sauquillo lleva adelante una demanda colectiva contra un promotor sin escrúpulos que se llevó el dinero de familias obreras sin construir las casas prometidas. Vemos asambleas en iglesias y cómo las y los afectados se organizaban frente a empresarios relacionados con las élites políticas que querían desalojar a las familias para después especular con los terrenos.

Curiosamente, el régimen evitaba que esos lugares insalubres aparecieran en la televisión y en el cine; querían ocultar aquella oscura realidad. En este sentido, el denominado cine militante también abordó y denunció las situaciones en los barrios y las condiciones de vida de la clase trabajadora. Un ejemplo lo encontramos en El campo para el hombre (Helena Lumbreras, Mariano Lisa, 1975), sobre la miseria y pobreza en el campo. De ese mismo año, La ciudad es nuestra (Tino Calabuig, 1975), un documento audiovisual excelente que trataba las condiciones en las que se encontraban algunos barrios de la periferia de Madrid en los años 70, formados por emigrantes del campo en busca de trabajo. El reportaje se centra en barrios como Orcasitas y el Pozo. Representantes vecinales exponen el origen acelerado de estos barrios sin ninguna planificación ni equipamientos sociales, con zonas de chabolismo, calles sin asfaltar y sin alcantarillado, ausencia de parques, agua y alumbrado público, etc. Se emiten imágenes de la vida cotidiana de aquellos lugares y se explica cómo se fue creando un movimiento vecinal reivindicando viviendas dignas, guarderías, más plazas escolares, ambulatorios, parques, centros sociales, etc. Las y los entrevistados denuncian que hay niños sin escolarizar, problemas de higiene y salubridad, proliferación de ratas, falta de transporte público, etc., así como las dificultades que ponía la dictadura para organizarse y legalizar asociaciones de vecinos.

Por otro lado, en Las abogadas hace una efímera aparición la figura del cura rojo o cura obrero, sacerdotes de barrios pobres que en los años 60 y 70 se pusieron del lado de las y los oprimidos, cediendo las parroquias como centro de reunión, debate y discusión para emprender acciones colectivas. En este sentido podemos recordar Flores de luna (Juan Vicente de Córdoba, 2008), sobre el Padre Llanos y las luchas vecinales en Vallecas, acompañado de un análisis y reflexiones sobre los cambios generacionales posteriores. Dentro de la misma temática, este año se ha estrenado Un hombre sin miedo (Juan Luis de No, 2024).

Por último, podemos citar 1979 los últimos retos de la transición, emitido por el programa Crónicas de TVE en 2009, que trata sobre diferentes acontecimientos ocurridos en 1979. No podemos catalogarlo exactamente como un trabajo vinculado y relacionado con la memoria histórica, pero resulta particularmente interesante cuando se aborda la situación de algunos barrios de la periferia de las grandes ciudades, incluyendo imágenes de la época. Tino Calabuig explica en el mismo que

el cine me atrajo en ese nivel, en el nivel solamente de cine alternativo, cine militante, como denuncia social de la injusticia. Como reivindicación de los oprimidos. Un pequeño número [de gente] lo que nos dedicamos fue a hacer durante un corto periodo de tiempo ... un cine de agitprop, de agitación y propaganda. Sectario, por supuesto. Pero realmente era un cine muy valiente, porque eran las únicas imágenes que se podían conseguir entonces de lo que estaba sucediendo en España.

Se incide en las luchas vecinales y la formación de Asociaciones de Vecinos reclamando servicios públicos en los barrios y viviendas dignas. Además se incluyen imágenes de manifestaciones multitudinarias de vecinos. Interviene Félix Lope Rey, líder vecinal en Orcasitas en 1979, hablando de las condiciones de vida en los barrios pobres y las movilizaciones vecinales de entonces. También interviene Mariano Gamo, cura obrero que estuvo preso tres años en Zamora, hablando sobre las reuniones y asambleas de trabajadores y vecinos en iglesias.

Fusilamientos de septiembre de 1975

El 27 de septiembre de 1975 fueron fusilados por el régimen franquista tres militantes del FRAP (José Humberto Baena, José Luis Sánchez Bravo y Ramón García Sanz), y dos de ETA (Juan Paredes Manot y Ángel Otaegui). La sentencia en un consejo de guerra sumarísimo provocó amplias protestas dentro y fuera de España. Tuvo lugar una huelga general de tres días en Euskal Herria y se declaró el estado de excepción. Las y los abogados de los acusados siempre han denunciado la falta de garantías democráticas del juicio, e incluso Christian Grobet, observador de la Liga Internacional para la Defensa de los Derechos Humanos en el juicio, aseguró que fue una “farsa siniestra” 9. El penúltimo capítulo de Las abogadas, trata sobre estas ejecuciones y vemos como Francisca Sauquillo participó en la defensa legal en aquel Consejo de Guerra. Por cierto, no es entendible que en la serie no se informe que, en aquella época, esta abogada militaba en la Organización Revolucionaria de Trabajadores (ORT), una organización maoísta. Por otro lado, en la serie se incluyen breves imágenes de archivo de los noticiarios oficiales, en los que la propaganda oficial defendía las ejecuciones porque “el ser español ha vuelto a ser algo en el mundo” y mostraba manifestaciones de apoyo a Franco y los fusilamientos al grito de “Viva España”.

Sobre producciones cinematográficas de las últimas ejecuciones franquistas podemos empezar aludiendo la película La noche más larga (José Luis García Sánchez, 1991). Su director poco antes de comenzar el rodaje (1990) manifestaba que

Resulta curiosa la amnesia histórica, la pérdida de memoria que tenemos, pues hicimos una encuesta -telefónicamente, a 200 personas- y, cuando preguntábamos a la gente su recuerdo sobre los fusilamientos de 1975 nos decían ‘Ah, los del Proceso de Burgos’; y también ‘fue lo de Puig Antich, ¿no?’. Entonces, pensamos que el título mejor sería el de La noche más larga, donde, además, es obvia la referencia a la larga noche del franquismo” [8]

También señalaba que

Los pueblos que olvidan sus errores están condenados a repetirlos y hoy, como las cosas han cambiado, hay que recordar nuestro pasado inmediato, aunque esto haga que la película vaya a contracorriente con la moda de comedias o películas más fáciles [9]

Mientras tanto, el productor Vicente Gómez declaraba que recordaba

aquella larga noche del 26 de septiembre de 1975 y entonces decidí que tendría que llevarlo al cine cuando pudiera. Hace cuatro años se lo propuse a un director, Gonzalo Suárez, y al final no se decidió. Luego la iba a hacer Jaime Chávarri; más tarde tuve problemas para conseguir actores: primero, Imanol Arias, después Jorge Sanz que tampoco... [10]

Sobre trabajos posteriores podemos continuar citando el documental El viento y las raíces (Joseba Iñaki Aguirre, 2007), sobre la vida de Jon Paredes, Txiki, uno de los fusilados en 1975. Un año después se emitió en Antena 3 el telefilm 20-N: Los últimos días de Franco (Roberto Bodegas, 2008), en donde hay referencias a los fusilamientos.

Septiembre del 75 (Adolfo Dufour, 2009), fue galardonado en la Seminci de Valladolid [11]

en la sección Tiempo de Historia y estuvo nominado a cinco premios Goya. Una crítica en su estreno señalaba que era un ejemplo para “recuperar desde el cine la batalla de la verdad frente al ocultamiento” [12]

Su director Adolfo Dufour en su estreno señalaba que “en este país hay una parte de la historia reciente que se desconoce, porque se ha intentado ocultar algo que es común en países como Alemania, Italia, Chile y Argentina, como es revisar la historia” y que no entendía “por qué España puede entrar en regímenes como el de Pinochet en Chile y no juzgar el suyo propio”, lamentando que “La democracia española no consiguió romper con el franquismo” [13]

El documental se centra en uno de los ejecutados, José Humberto Baena, de 24 años y militante del FRAP. Su hermana Flor reivindica en primera persona la inocencia y memoria de su hermano. El documental comienza con la lectura de emotivas cartas con voz de Alberto San Juan, que el mismo José Humberto escribió en la cárcel antes de ser ejecutado. Después se incluyen imágenes de archivo sobre cargas policiales y manifestaciones, así como un titular de prensa del Faro de Vigo en el que se lee: “Manifestación de obreros en Ferrol, al repelerla, 2 muertos y 18 heridos”. Un militante antifranquista relata la importancia de la huelga de Vigo de 1972, y se prosigue con la emisión de recortes de prensa con titulares como “Ha fallecido uno de los manifestantes heridos en los incidentes de Eibar”, o “Continúa el paro total en el sector granadino de la construcción. Ayer recibieron sepultura los tres obreros muertos en los graves incidentes del martes”. Por otro lado, algunos testimonios del documental evidencian las dificultades de conseguir justicia, reparación y dignidad durante la transición. La hermana de José Humberto explica que su padre murió en 1982 y que “estuvo intentando limpiar su nombre, demostrar que lo habían matado injustamente. A pesar de que, en teoría venía la democracia, no le permitieron ningún camino para demostrar su inocencia”.

Otra cuestión a resaltar son los testimonios que inciden en la dureza de la represión aún al final de la dictadura y su impunidad. Manuel Reynoso, ex militante del FRAP cuenta que

El documental se centra en uno de los ejecutados, José Humberto Baena, de 24 años y militante del FRAP. Su hermana Flor reivindica en primera persona la inocencia y memoria de su hermano. El documental comienza con la lectura de emotivas cartas con voz de Alberto San Juan, que el mismo José Humberto escribió en la cárcel antes de ser ejecutado. Después se incluyen imágenes de archivo sobre cargas policiales y manifestaciones, así como un titular de prensa del Faro de Vigo en el que se lee: “Manifestación de obreros en Ferrol, al repelerla, 2 muertos y 18 heridos”. Un militante antifranquista relata la importancia de la huelga de Vigo de 1972, y se prosigue con la emisión de recortes de prensa con titulares como “Ha fallecido uno de los manifestantes heridos en los incidentes de Eibar”, o “Continúa el paro total en el sector granadino de la construcción. Ayer recibieron sepultura los tres obreros muertos en los graves incidentes del martes”. Por otro lado, algunos testimonios del documental evidencian las dificultades de conseguir justicia, reparación y dignidad durante la transición. La hermana de José Humberto explica que su padre murió en 1982 y que “estuvo intentando limpiar su nombre, demostrar que lo habían matado injustamente. A pesar de que, en teoría venía la democracia, no le permitieron ningún camino para demostrar su inocencia”.

Otra cuestión a resaltar son los testimonios que inciden en la dureza de la represión aún al final de la dictadura y su impunidad. Manuel Reynoso, ex militante del FRAP cuenta que

Otro testimonio puntualiza que “aunque la gente piense que al final de la dictadura era una cosa blanda y tal, de eso nada. Era peor que nunca”, llegando a añadir que “en la represión aquí se usaba la picana (…), en ese año la picana estaba en comisaría”. Pepa Fernández e Isabel Pérez, ambas exmilitantes del FRAP, relatan sus dramáticas experiencias cuando fueron torturadas en comisaría por policías. Por su parte Manuel Blanco Chivite proclama con firmeza y contundencia: “Ji, ji, ja, ja, corríamos delante de los grises dicen algunos ahora… No, no. Los grises mataban, la guardia civil mataba, la brigada político social mataba. Gente que pedía agua era ametrallada, gente que distribuía octavillas era ametrallada y asesinada. Están los nombres, los apellidos, las fechas, las horas las circunstancias”. Raúl Marco, exdirigente del FRAP habla claramente de “dictadura fascista” y de que a su compañero Ricardo Valino, que “estaba repartiendo octavillas para llamar a una huelga, se puso a su lado una persona. Tranquilamente saco una pistola y le pego un tiro en la cara. Habría que hablar de Cipriano Martos, jornalero andaluz envenenado”, añadiendo que la “lista es interminable”. Por el contrario, no aparecen personajes del ámbito del gobierno de la época, tal y como ha ocurrido en tantos otros documentales. En este caso, los testimonios son exclusivamente víctimas y personas del ámbito antifranquista.

Otro aspecto de interés del documental lo encontramos cuando muestran las características del proceso judicial. Se incide en que se juzgó sin garantías y se les condenó sin pruebas. Se exponen numerosos ejemplos: se procede a juzgar a civiles en un consejo de guerra sumarísimo, tras más de 15 días de detención sin ver a un abogado, sin admitir las pruebas propuestas por la defensa, con contradicciones en las declaraciones de los testigos reflejadas en los informes policiales, sin permitir que los testigos declaren en el juicio y sin presentar como pruebas la pistola, munición, huellas dactilares y pruebas balísticas. Por otro lado, resulta interesante cuando Flor Baena explica que su padre pidió ayuda al entonces Príncipe Juan Carlos, y procede a leer la carta integra que recibieron de respuesta por parte de la casa real. El testimonio del abogado Juan Aguirre es particularmente impactante en relación a la “anormalidad jurídica” en el desarrollo del proceso judicial y cómo se decidió arbitrariamente cuantos serian ejecutados y a cuantos se les computaría la pena de muerte. Así mismo, interviene la hermana de José Luis Sánchez Bravo, que también fue ejecutado.

A su vez se señalan los intentos que hubo dentro y fuera de España para evitar los fusilamientos, con imágenes de archivo de manifestaciones en Londres, Ámsterdam, Paris, Lisboa y Roma. Al final se pone voz a las últimas cartas de Baena antes de ser ejecutado y se terminan proyectando los subtítulos: “La familia Baena sigue reclamando, verdad, justicia y reparación”.

En relación a la represión franquista en 1975, es interesante el documental Fugitivos (Ainhoa Acerete, Jesus Escartin, Blanca Resano, Chela Sarrato, Pedro Zapator, 2016). Hablan militantes clandestinos y relatan lo que era el TOP, sus experiencias como detenidos y/o en el exilio. Concretamente, trata sobre numerosas detenciones producidas en junio de 1975 en Huesca, y de la marcha al exilio de algunos militantes antifranquistas que consiguieron escapar y se exiliaron en Holanda, donde se organizaron con otros exiliados y emigrantes. También interviene Blanco Chivite. Condenado a muerte en 1975, dice

el goteo de asesinatos de las fuerzas represivas del régimen, fundamentalmente brigada político social y guardia civil era un goteo permanente, cada mes, cada dos meses, cada quince días, aparecía un manifestante asesinado, un obrero huelguista asesinado, un control de carreteras donde se asesinaba, incluso donde cayeron algunos turistas. Jóvenes que por cantar una canción se les cogía y se asesinaba. Esto era una cotidianidad, era lo cotidiano. Se vivía así. (...) el terror y el horror de los primeros años ya son más conocidos. Pero el horror y el terror de los últimos años es menos conocido, (...) no se han juzgado los crímenes del franquismo porque los franquistas se han sucedido a sí mismos.

Asesinato de los abogados laboralistas de Atocha

Otro de los capítulos de Las abogadas, trata sobre la matanza de los abogados de Atocha el 24 de enero de 1977, cuando un grupo de ultraderecha mató a tiros a los abogados laboralistas Enrique Valdelvira Ibáñez, Luis Javier Benavides Orgaz y Francisco Javier Sauquillo, al estudiante Serafín Holgado y trabajador Ángel Rodríguez. Además, hubo cuatro personas gravemente heridas de bala, entre ellas Lola González Ruiz. En la serie se recrea el contexto de la huelga en el sector de transporte y el fanatismo del responsable del sindicato vertical e instigador de la matanza. También se aborda la tensión política y social de aquella semana, en la que el estudiante Arturo Ruiz murió asesinado a tiros por un ultraderechista en una manifestación por la amnistía el 23 de enero de 1977, así como la muerte al día siguiente de la estudiante María Luz Nájera a causa de las cargas policiales en una manifestación contra el asesinato del día anterior.

Del mismo año 1977 podemos citar Hasta siempre en la libertad (Andrés Linares, Tino Calabuig, Adolfo Garijo), en memoria de los abogados asesinados, y en el que las y los supervivientes relatan cómo sucedieron los hechos y lo ocurrido posteriormente. Se nombra a quienes perdieron la vida y se narra brevemente su trayectoria militante. Se insiste en su doble condición de abogados y comunistas y buena parte del documental contiene imágenes de una asamblea del colegio de abogados, del entierro de los abogados asesinados, y una voz en off informa de los trabajadores que secundaron huelgas el día del entierro. En 1979 Juan Antonio Bardem estrenó Siete días de enero, que trataba sobre la matanza de Atocha. Un artículo de El País en la fecha del estreno exponía: “La película ha superado una serie de dificultades, en ocasiones procedentes de la Administración, aunque no del Ministerio de Cultura, y en ocasiones de la propia industria cinematográfica. No se pudo estrenar en pleno período electoral, es decir, antes del 1 de marzo” [14]

Por su parte, el director manifestaba que lo fundamental era

esclarecer y mostrar que ese hecho criminal no se acaba en sí mismo, sino que existe una manipulación y una estructura de fuerzas ocultas que fueron el motor de ese intento desestabilizador de la semana siniestra. Es evidente que la cosa no se acaba con la detención de los presuntos asesinos, sino que se prolonga, ramifica, hasta unos niveles difíciles de llegar [15]

Veinte años más tarde Tino Calabuig dirigió Lunes negro, Atocha 55, que comienza con la lectura de Pilar Bardem de un dramático informe médico sobre las secuelas que padece una de las supervivientes de la matanza. También aparecen relatando lo sucedido abogados supervivientes como Alejandro Ruiz, Miguel Saravia, Lola González Ruiz, e imágenes de archivo de Luis Ramos en 1977. Se explica el perfil de los asesinos, y actores como Imanol Arias, José Sacristán y Juan Luis Galiardo leen la declaración que hizo uno de los asesinos sobre el desarrollo de la matanza. Al final algunos abogados explican que el juez no quiso investigar quiénes fueron los verdaderos inductores y que al conceder un permiso penitenciario a uno de los autores, este aprovechó para fugarse. Además, podemos citar el programa documental que emitió en 2017 La Sexta Columna, ante el 40º aniversario de los asesinatos: Atocha 1977 los mártires de la democracia.

En Las abogadas, vemos juicios a puerta cerrada, falta de garantías jurídicas y las dificultades con las que trabajaba la abogacía en el franquismo, llegando a producirse huelgas de abogados y sanciones contra letrados con la prohibición de ejercer. En este sentido, La defensa, por la libertad (Pilar Pérez Solano, 2019), reivindica la lucha de la abogacía española en la lucha antifranquista. Los testimonios inciden en la ausencia de libertades y derechos democráticos en el franquismo y cómo se ayudaba desde la abogacía a la militancia antifranquista. Se señala la importancia del Congreso Nacional de la abogacía en León en 1970. También se incluyen imágenes de archivo sobre la cárcel de mujeres de Yeserías, cargas policiales, manifestaciones, etc. Se hace referencia a luchas obreras y vecinales de los años 70 en Leganés, Orcasitas, Moratalaz, etc. También se señala uno de los aspectos ocultos de la represión, con los propios problemas a los que se enfrentaron algunos abogados y abogadas: expedientes en su época de Universidad, detenciones, multas, suspensión en el derecho de la abogacía, etc. Incluso algunos estuvieron suspendidos para ejercer hasta dos años después de la muerte de Franco. Si bien se incide en que quienes peor lo pasaban eran las y los que se sentaban en el banquillo.

En una intervención se afirma claramente que algunas leyes penales franquistas eran traducciones y copias del código de Mussolini o del código penal de la Alemania nazi. Y dada la temática del documental centrado en la abogacía, se aborda la matanza de los abogados laboralistas de Atocha en enero de 1977. Incluso interviene uno de los supervivientes relatando dramáticamente como se produjeron los asesinatos. Aunque el tratamiento ofrecido es diferente al de otros documentales en los que se afirma que se trató de “incontrolados”. En este sentido, podemos afirmar que nos hallamos ante un documental diferente respecto a otro de los citados anteriormente. La defensa por la libertad no señala las conexiones entre la ultraderecha y el aparato de Estado, no existen críticas a cómo se hizo la transición (más bien lo contrario), ni siquiera respecto al llamado pacto del olvido. Además, en ninguna intervención se piden responsabilidades por los crímenes franquistas. Con motivo de su estreno, Carlos Marañon, escribió para Cinemanía señalando que “el filme se revela como una reivindicación de un tiempo, la Transición, justo cuando más voces se alzan para denostarla” [16]

Elecciones de 1977

La serie termina con la legalización del PCE y las elecciones de 1977. En este sentido, escasean los trabajos documentales críticos respecto a aquellas elecciones, cuyo relato oficial se ha reducido a reiterar que fueron libres. Pero se olvidan cuestiones como que no había ayuntamientos democráticos. Algunos partidos a la izquierda del PCE aun no eran legales. La ley electoral se cocinó a la medida y en beneficio de Suarez. No hubo cortes constituyentes y se vivía una amenaza constante de golpe de Estado reaccionario, con periódicos de ultraderecha advirtiendo constantemente sobre un inmediato golpe si se sobrepasasen determinadas líneas. Además, tampoco olvidamos que las elecciones fueron pilotadas por un gobierno que usó todo tipo de medios a su favor, como por ejemplo la televisión pública. Resulta muy esclarecedor la confesión no emitida de Adolfo Suarez en una entrevista en los años 90, que vio la luz hace unos años en La Sexta, en la que dice, tapando el micro, que “la mayor parte de los jefes de Gobierno extranjeros me pedían un referéndum sobre monarquía o república. Claro, eso era peligrosísimo en ese momento. Hacíamos encuestas y perdíamos”.

En todo caso, sobre las elecciones de 1977 podemos empezar destacando Votad, votad malditos (Llorenc Soler, 1977). Un documental sobre aquellos comicios rodado durante la campaña con entrevistas a pie de calle. Al final aparecen portadas de periódicos del día siguiente a las elecciones y calles vacías de gente, pero llenas de propaganda electoral, y un titular de periódico tres semanas después tras la formación de nuevo gobierno en el que podemos leer: “Excepto cuatro ministros. Huellas franquistas en casi todo”.

En 2009 TVE emitió una serie de documentales titulados Archivos-Tema, que trataba de distintos asuntos. Es importante señalar uno de ellos, titulado Las lágrimas del presidente, dirigido por Yolanda García Villaluenga. En el mismo se aborda la televisión durante la transición y las “resistencias culturales contra el régimen” en TVE. Resulta interesante el repaso realizado sobre los espacios progresistas en la tele de los años 70, así como los programas que fueron censurados e incluso suprimidos. Se expone con crudeza la existencia en los años 70 de una audiencia crítica y formada que dejó de existir. Destaca enormemente que en algunos testimonios del documental se exponga abiertamente la existencia de manipulación en TVE con los gobiernos de UCD, y su uso electoral y partidista. Podemos señalar otro caso llamativo cuando Julián Casanova interviene afirmando que en las elecciones de 1977 se votó con miedo.

Las constituyentes (Oliva Acosta, 2011) trata sobre las 27 mujeres que consiguieron escaño en las elecciones generales de 1977, entrevistando a algunas de ellas, que recuerdan y relatan anécdotas de la actividad parlamentaria, tales como el hecho de que los conserjes del Congreso solo pedían acreditación a las mujeres. Explican su trabajo en el parlamento para impulsar iniciativas y propuestas en distintas comisiones, tales como la legalización de anticonceptivos, la amnistía a las mujeres que habían abortado, pensiones para viudas de militares republicanos, amnistía para maestras republicanas, etc. También se incide en las luchas por los derechos de la mujer en los años 70, y que el feminismo y las feministas estaban mal vistas en aquella época, así como que la lucha por conseguir derechos para las mujeres estaba plagada de dificultades. Recalcan la presencia de la mujer en las luchas vecinales y sindicales, y que a su vez hubo muy pocas candidatas electorales. Ansunción Cruañes expone una llamativa crítica a la transición cuando dice que

“Hicimos borrón y cuenta nueva. Pero lo hizo la izquierda. La derecha había vivido como dios y además de vivir como dios, pues estaba en el gobierno. Que quieres que te diga, ¿eh?, porque es así vamos. Y nosotros pues nos habíamos tragado muchos sapos. Muchas y muchas ilusiones”.

Lola González

En 2007 se realizó Éramos pocas, un cortometraje documental de María López Díaz, Susana Santos Casas y Enrique Zambrano Orduz, entonces estudiantes de la Universidad Complutense, con la colaboración de Fundación Abogados de Atocha, que aborda el machismo y las dificultades de las mujeres de la época, en el que intervienen mujeres que trabajaron en el despacho de Atocha 55 (interpretadas en la serie): Cristina Almeida, Manuela Carmena, Lola González, Ángeles Ortiz, Elisa Maravall (novia de José Luis Benavides, muerto en la matanza de Atocha). En una intervención, Lola González dice “en mi caso te puedo decir que de la transición, estábamos todos y todas muy entusiasmados y al mismo tiempo decepcionadas”, añadiendo que “mi caso no es el de Manuela, mi caso no es el de Cristina, mi caso no es para nada el de Elisa. No, yo he estado muchos años enferma. Con independencia de haber estado medio muerta. Con independencia de haber matado a mi marido a mi lado. Eso es terrible”.

En este sentido, es importante recordar que la máxima protagonista de Las abogadas es Lola González (1946-2015), en un papel interpretado por la actriz Paula Usero. Personaje que cobra un protagonismo sensiblemente superior al de Manuela Carmena, Francisca Sauquillo o Cristina Almeida, pese a que fue menos conocida públicamente. Y es importante señalar que Lola González no hizo un balance positivo de la transición, ni defendió la línea oficial del PCE en aquella época. Siempre expuso una opinión más crítica y a la izquierda de la transición que las otras protagonistas, quienes en sus testimonios a lo largo de los años han expuesto un relato digamos más acorde con el oficial: aquel que nos asegura que la transición fue modélica, ejemplar y que era imposible cualquier alternativa distinta.

Recordamos que Lola González fue una valiente y ejemplar abogada y militante comunista que fue detenida y torturada en el franquismo. Perdió a su pareja, Enrique Ruano, en 1969 tras ser torturado y asesinado por la policía. Y posteriormente perdió a su marido Javier Sauquillo, asesinado en el despacho laboralista. Los muertos y heridos eran amigos suyos. Ella sobrevivió, pero fue herida gravemente y sufrió importantes y graves secuelas. Siempre recordó que hubo represión también después de morir Franco y en la transición [17]

y que los policías de la brigada político social involucrados en la muerte de Enrique Ruano continuaron con puestos de responsabilidad incluso en los años 90. Lola murió el 27 de enero de 2015. En cada edición del Festival de Cine de Memoria Democrática (FESCIMED), la Asociación Arte y Memoria entrega el premio Lola González al compromiso. Su testimonio pone al descubierto la simplificación que han intentado trasmitirnos en los últimos años, cuando los defensores acríticos de la transición nos dan a entender que en aquellos años todo el mundo estaba a favor de cómo se fraguó y terminó a aquel proceso, y que en todo caso, la crítica a la transición únicamente la han protagonizado algunos jóvenes radicalizados que entonces no habían nacido, a quienes se refieren despectivamente. Pero la realidad, es que de aquella generación que participó en la actividad sociopolítica de los 70, hubo quien claudicó y quienes defendieron una reforma pactada. Pero también quienes firmes en unos principios ideológicos y en una perspectiva de transformación social, se decepcionaron, nunca compraron, compartieron ni se creyeron el relato oficial de la transición, que consideraban un fraude político e intelectual. Esta última opción no fue cómoda para ellos. Fueron silenciados e ignorados, y muchos lo terminaron pagando con el olvido y el ostracismo.

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Cine sobre la "Resistencia" en la Segunda Guerra Mundial

Por Raúl Navas

Sábado 22 de marzo de 2025 NODO50

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945) fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia, siendo abordado en el cine en numerosas ocasiones, desde el inicio mismo de la guerra hasta nuestros días.

Cineastas de numerosas nacionalidades han dirigido y/o participado en películas sobre la SGM: alemanes (Wolfgang Petersen, Oliver Hirschbiegel, Joseph Vilsmaier…); italianos (Roberto Rossellini, Ettore Scola, Vittorio De Sica…); británicos (Guy Hamilton, David Lean…); estadounidenses (John Ford, John Sturges, Steven Spielberg, etc); polacos (Aleksander Ford, Andrzej Wakda, Andrzej Munk…);soviéticos (Mikhail Kalatozov, Larisa Sheptiko, Tatyana Lioznova, etc), franceses (Francois Truffaut, Rene Clement…);japoneses (Masaki Kobayashi, Kihachi Okamoto, Kon Ichikawa….); chinos (Hong galogang, Huangtudi…). Algunos directores y actores vivieron directamente el conflicto siendo llamados a filas y sirviendo en el ejército, como Richard Attenborough en la Real Fuerza Aérea Británica. Hubo quienes estuvieron en campos de concentración, como el director francés Robert Bresson. Otros vivieron la guerra en el exilio como Jean Renoir o Fritz Lang. Por su parte, Jean-Pierre Melville, fue miembro de la resistencia. Algunos proyectaron los recuerdos y/ traumas de su infancia durante los años de la guerra, como Roman Polanski o Louis Malle. Actualmente, aun se continúan estrenando películas de la SGM.

Las formas en las que podríamos subdividir el cine sobre la SGM son incontables: por países, de forma cronológica, escenarios del conflicto, etc. Ha sido y es un género universal, que a su vez se puede dividir en numerosos subgéneros con el trasfondo del conflicto bélico. Existe un subgénero de espionaje en la SGM: Clandestino y caballero (Fritz Lang, 1946); Operación Ciceron (Joseph. L. Mankiewcz, 1953); Aliados (Robert Zemeckis, 2016), etc. El cine sobre el holocausto es extenso: La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993); La solución final (Frank Pierson, 2001) El último tren a Auschwitz (Joseph Vismaer, 2006). También existe un variado repertorio de biopics: Patton (Franklin J. Schaffner, 1970); MacArhur, el general rebelde (Joeph Sargent, 1977); Churchill (Jonathan Teplitzky, 2017). Incluso hay melodramas como La señora Miniver (William Wyler, 1942); Cuando pasan las cigüeñas (MijailKalatozov, 1957); La balada del soldado (Gregori Chujrai, 1959) etc. Se han rodado comedias: Operación Whisky (Ralph Nelson, 1964), La gran juerga (Gerard Oury, 1966), Los violentos de Kelly (Brian G. Hutton, 1970), etc. Existe un subgénero sobre la guerra marítima y/o submarinos: La llave (Carol Reed, 1958); El submarino, Das Boot (Wolfgang Petersen, 1981), U-571 (Jonathan Mostow, 2000). También podemos citar el cine sobre aviación en la SGM: Almas en la hoguera (Henry King, 1959; La batalla de Inglaterra (Guy Hamilton, 1969); Escuadrón rojo (Anthony Hemingway, 2012), etc. En otro tipo de cine bélico en el que sobresale los combates con tanques Corazones de acero (David Ayer, 2014). El cine ha recreado operaciones militares y batallas en películas como La batalla de Berlín, liberación (Yuri Ozerov, 1971); Stalingrado (Joseph Vilsmaier, 1993); Salvad al soldado Ryan (Steven Spielberg, 1998), etc. Se han rodado películas sobre acciones concretas de comandos en la SGM (Doce en el patíbulo, Robert Aldrich, 1967). Existen películas musicales sobre la SGM como Siempre hace buen tiempo (Stanley Donen, Gene Kelly, 1955).

En definitiva, los distintos tipos de subgéneros son incontables thrillers, aventuras, prisioneros, animación, distopias, cine documental, posguerra, etc. Además, existe un amplio repertorio de series televisivas. También existe un amplio interesante subgénero sobre el cine de la resistencia contra el fascismo y los ejércitos de ocupación. Películas que nos acercan al funcionamiento de la oposición antifascista, sus formas de organizarse en la clandestinidad, las acciones que realizaban, sus esfuerzos y/o logros, su contribución a la derrota del fascismo, etc. A su vez, buena parte de estas películas también nos adentran en un fenómeno opuesto: el colaboracionismo. En todos los países que participaron en la guerra, hubo sectores de la población que en mayor o menor medida colaboraron con los nazis, y otros sectores que con diversos grados de implicación participaron en movimientos de resistencia. Hubo movimientos fascistas locales, gobiernos colaboracionistas que en el cine se abordan con todo tipo de matices con el trasfondo del horror y opresión fascista. En unos casos vemos nazis declarados apoyando activamente al ejército invasor, y en otros vemos confidentes que delatan por dinero, u otros que colaboran “a la fuerza” debido a presiones de los nazis, quienes tratan de imponer a algunas personas la colaboración, amenazando de lo contrario con matar a sus familiares y seres queridos. En algunas de estas películas vemos como actuaba la resistencia, y también como lo hacía la Gestado, las SS, o la Milicia Francesa.

La literatura sobre la Resistencia ha sido y es abundante. La historiografía continúa analizando el fenómeno de la resistencia, en ocasiones con visiones contradictorias. Michael Seidman ha considerado que “las formas pacificas o incluso violentas de resistencia popular no fueron en ningún caso capaces de derrocar a los regímenes fascistas o colaboracionistas. Fueron los ejércitos y las economías movilizados por los Estados antifascistas quienes realizaron esta tarea” [18]. Por su parte, Donny Gluckstein señala críticamente el hecho de que la historiografía oficial ha centrado la atención de la SGM en los ejércitos regulares, y defiende que hubo otra guerra popular y distinta impulsada por las resistencias antifascistas [19]. Chris Bambery considera que “los movimientos de la Resistencia, dirigidos en su mayoría por comunistas e integrados por campesinos o miembros de la clase obrera, lidiaron una auténtica guerra contra los fascistas” [20]. En todo caso, en cada lugar, hubo sus semejanzas y diferencias, por lo que pasamos a dividir el subgénero de la resistencia por países.

La Resistencia en Italia

Roma ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945)

La resistencia italiana fue un amplio movimiento social que impulso una lucha guerrillera, sobre todo tras la invasión de Alemania en 1943 y el estableciendo de la republica Social Italiana, dirigida por Mussolini con ayuda de los nazis. Los principales partidos políticos activos en la resistencia formaron el Comité de Liberación Nacional, destacando entre todos ellos el Partido Comunista Italiano. Los militantes de la resistencia eran llamados partisanos. En abril de 1945 consiguieron promover una autentica insurrección, liberando numerosas ciudades antes que los ejércitos aliados.

Resulta ineludible empezar con Roma ciudad abierta (Roberto Rossellini, 1945), en cuyo guion participó Federico Fellini. La película está ambientada durante la ocupación alemana en Roma en los meses finales de la guerra. Esta rodada en unas fechas muy cercanas al tiempo recreado y en escenarios naturales, siendo un claro y vivo ejemplo del neorrealismo italiano. El argumento estaba basado en la historia real del cura Giuseppe Morosini, que colabora, y ayuda a la resistencia hasta que fue ejecutado por los nazis. En la película vemos imágenes muy duras de torturas, registros de alemanes armados en casas, y se perciben las dificultades de los italianos en aquellos años. En una escena trágica vemos como los alemanes matan a una madre delante de su hijo. También se aprecia la organización de la resistencia, que es capaz de asaltar camiones de alemanes llenos de prisioneros para liberarlos. El film contiene diálogos interesantes. Un oficial alemán reconoce que no saben “hacer otra cosa que matar”. Mientras el sacerdote y otros dos detenidos están encerrados, uno de ellos recuerda que “vidas humanas dependen de nuestro silencio”. En este sentido, los alemanes torturan hasta la muerte a un ingeniero de la resistencia, que consigue aguantar el calvario sin revelar ninguna información y sin delatar a nadie.

El general de la Rovere (Roberto Rossellini, 1959), es una adaptación del libro escrito por Indro Montanelli. Fue protagonizada magistralmente por Vittorio De Sica, en el papel de un pícaro, embaucador, mentiroso, derrochador en el juego y estafador que carece de escrúpulos. La acción transcurre en Génova en 1944, cuando el ejército alemán controlaba el norte de Italia. En la película se contextualiza el ambiente social asfixiante promovido por los nazis, y el daño causado a los detenidos y sus familias. Durante la proyección vemos banderas nazis, toques de queda y mujeres rogando a las autoridades alemanas para saber el paradero de su familiar detenido, etc.El protagonista se pone en contacto con las familias de presos y ofrece “ayudarles” a cambio de grandes sumas de dinero. Cuando es descubierto, los nazis le dan a elegir entre ser juzgado, o infiltrarse en la cárcel entre los grupos de la resistencia, consiguiendo información para los alemanes. Finalmente accede, debiendo delatar a sus compatriotas, lo que le supone una creciente carga y sentimiento de culpa, con un final trágico, cuando asume ser fusilado simulando otra identidad, salvando así la vida de un dirigente de la resistencia. De esta forma, un oportunista y colaboracionista italiano, acaba sacrificándose en favor de la lucha antifascista. Para el crítico Manuel Villegas López, fue “una obra maestra, de un rigor y perfección extraordinarios” [21].

La larga noche del 43 (FlorestanoVancini, 1960), con guion de Ennio de Concini y Pier Paolo Pasolini, consiguió el León de Oro a la mejor película en 1960 en el Festival de Venecia. La película comienza con una sucesión de titulares en donde cronológicamente se explica el papel de Italia en la SGM hasta 1943. Está ambientada en Ferrrara en 1943, territorio de la Republica Social Italiana, en donde se producen redadas y cada día hay toque de queda. Una noche un grupo de fascistas fusila a un numeroso grupo de opositores y dejan sus cadáveres en la misma calle. Corbari (Valentino Orsini, 1970) es un biopic sobre Silvio Corbari, un partisano que formó un grupo independiente de la resistencia. Este movimiento fue creciendo ganando adeptos, realizando emboscadas y hostigando a los nazis. Entrenaban a los nuevos miembros y realizaron actos de sabotaje y todo tipo de acciones, incluso la liberación de presos de la resistencia. En esta película vemos que no actúan en secreto. Todo lo contrario, hacen propaganda para reclutar nuevos miembros, llegando a liberar pueblos. Una de las cuestiones más importantes de la película lo encontramos en que se muestran algunas disensiones internas en la resistencia italiana.

El mismo año se estrenó Nido de avispas (PhillKarlson, Franco Cirino, 1970), protagonizada por Rock Hudson. La película arranca con el fusilamiento por parte de los alemanes a los habitantes de un pueblo italiano, incluido mujeres y niños, a causa de no decir donde se esconden los partisanos. Un grupo de niños y adolescentes presencian de lejos las ejecuciones y claman venganza contra los nazis. En todo caso, ambas películas de 1970, son ejemplos que muestran como las películas sobre la resistencia italiana pierden en cuanto a calidad e interés histórico desde aquellas, siendo notablemente más interesantes las realizadas en los años anteriores. En las últimas décadas, hay pocas películas que hayan abordado la resistencia en Italia, con excepciones como I piccolo maestri (Daniele Luchetti, 1998)

La Resistencia holandesa

Al inicio de la SGM, Holanda se declaró neutral. Aun así, fue invadida por el ejército alemán con relativa facilidad. Las hostilidades comenzaron el 10 de mayo de 1940, y en apenas una semana de bombardeos y la destrucción de Róterdam, el Gobierno capituló tras una corta y escasa resistencia. La reina Guillermina, huyo a Inglaterra donde se formó un gobierno en el exilio. El país no fue liberado por los aliados hasta mayo de 1945. Un partido político nazi llamado Movimiento Nacional Socialista en los Países Pajos, que en las elecciones de 1937 solo consiguió un 4,22% de los votos, apoyó activamente a Hitler, formalizando un régimen claramente colaboracionista durante la ocupación. También hubo una importante resistencia antifascista, que fue duramente perseguida y reprimida por los nazis. El austriaco Arthur Seyss-Inquart, fue nombrado gobernador de Holanda por Alemania, que ha pasado a la historia con un feroz y sanguinario represor. Numerosos miembros de la resistencia holandesa fueron ejecutados y enterrados en fosas comunes [22].

Entre la cinematografía holandesa sobre la SGM podemos destacar El asalto (Fons Rademakers, 1986), que ganó el Oscar a mejor película de habla no inglesa, y Gemelas (Ben Sombogaart, 2002), nominada al Oscar a mejor película de habla no inglesa. Además, existen diversas películas sobre la resistencia holandesa, desde los tiempos de la ocupación, como la producción británica Silver Fleet (Vernon Sewell; Gordon Wellesley, 1943). En los años 60 se estrenó De overval (Paul Rotha, 1962), sobre una operación de la resistencia para rescatar de la cárcel a combatientes holandeses de la resistencia. Al año siguiente se estrenó Alstweedruppels wáter (Fons Rademakers, 1963). De fecha más reciente podemos citar Oorlogswinter (Martin Koolhoven, 2008).

En todo caso, de entre todas las películas sobre la resistencia holandesa, podemos empezar destacando Eric, oficial de la reina (Paul Verhoeven, 1977), basada en un libro de memorias del héroe de la resistencia Erik Hazelhoff Roelfzema [23]. La película muestra el horror y daño causado por las bombas alemanas, y la rápida capitulación del ejerecito holandés. El actor Rutger Hauer (recordado por Blade Runner) protagoniza el papel de Eric, quien se intenta alistar sin éxito en ejército holandés para luchar, y posteriormente se involucra junto con otros amigos universitarios en la resistencia. Aunque no todos siguen ese destino y/o trayectoria, dado que uno de sus amigos se alista en el ejército alemán, mientras que otro se convierte en un traidor, y otro adopta una postura distante y despreocupada. En este sentido, también se refleja en algunas escenas el rechazo hacia sus compatriotas colaboracionistas. A lo largo de la película de identifican hechos importantes: la expulsión de los judíos de la universidad, la violencia de las bandas paramilitares fascistas holandesas, la presencia de banderas nazis y militares alemanes por las calles, etc. Otro aspecto a resaltar lo encontramos en el sacrificio de los luchadores antifascistas en multitud de facetas y ejemplos, que vemos en esta y otras películas de este subgénero. En este caso, el protagonista renuncia a huir a Inglaterra, en favor de otra persona que corre más peligro que el por ser judío y estar perseguido, y además por haberse enfrentado por la fuerza contra unos nazis holandeses. Otro sacrificio se puede identificar en el personaje que resiste a las terribles torturas, y se niega a delatar a sus compañeros. A su vez se refleja las dificultades de la lucha clandestina, con ejemplos como el peligro de los traidores, delatores e informantes; los despiadados métodos de tortura en los interrogatorios a los detenidos; redadas; fusilamientos, etc.

Paul Verhoeven volvió a dirigir una película sobre la resistencia holandesa 30 años más tarde con la polemica El libro negro (2006). La acción comienza en 1944 y termina con la liberación de Holanda. En este trabajo se abordan varios temas como las ejecuciones y el robo de los nazis a los judíos que intentaba huir con el máximo de dinero y pertenencias valiosas posibles. No es casualidad que en un dialogo se hable expresamente del “botín de los vencedores”. Además, se percibe el ambiente represivo con bombardeos de la aviación alemana, tiroteos, palizas en las calles contra opositores, controles de maletas en los trenes, etc. En la película un grupo de la resistencia holandesa de la que forman parte algunos comunistas, lucha contra los nazis. La actriz protagonista, Rachel Stein (Carice van Houten) es una mujer que ha presenciado como los nazis matan a toda su familia. Se une a la resistencia y seduce a un capitán alemán para conseguir información, de quien luego se enamora. Durante la película podemos ver debates entre la resistencia, y discrepancias cuando se discuten las acciones a seguir, teniendo en cuenta que la respuesta y venganza de los nazis puede significar la ejecución aleatoria de decenas de resistentes. Se señalan prejuicios antisemitas en miembros de la resistencia y la existencia de un traidor. A su vez, con una excesiva carga comercial y de previsibilidad se presenta a un capitán alemán como una persona con cierta honestidad, alejado de la maldad de otros nazis. La cinta fue un éxito de taquilla, y recibió críticas y análisis dispares, especialmente sobre la forma en la que el director abordaba a la resistencia y el colaboracionismo. En su estreno, Jordi Costa escribió: “Excesiva, dinámica y avasalladora, El libro negro narra, entre la picaresca y el acelerado serial de aventuras (bélicas), las tribulaciones de una superviviente nata en la Holanda de finales de la Segunda Guerra Mundial. El placer y la muerte son las únicas verdades irrefutables en un relato que concibe la Historia como la alternancia de roles entre víctimas y verdugos, y que utiliza la traición como elemento esencial de su tejido narrativo” [24]. Por su parte, Sergi Sánchez exponía que “Aunque clásica, la mirada de Verhoeven sobre los miembros de la Resistencia no es en absoluto convencional (…) El Libro Negro explica el concepto de Historia como la manifestación del eterno retorno de un poder esencialmente vengativo, que disfruta humillando a los perdedores poniendo en práctica lo que había despreciado de ellos” [25].

El banquero de la resistencia (Joram Lursen, 2018), es una interesante película basada en hecho reales que trata la financiación de la resistencia holandesa. Intervienen actores interpretando a personajes históricos como Rost van Tonningen (1894-1945), un fascista holandés, miembro del Movimiento Nacional Socialista en los Países Bajos, que fue nombrado por los nazis presidente del Banco de los Países Bajos, y secretario general de Hacienda. El actor protagonista interpreta a Walraven van Hall (1906-1945), un banquero holandés que financió activamente a la resistencia, junto con sus hermanos y otros compañeros, que también son interpretados por distintos actores. Finalmente, fue capturado y ejecutado por los nazis en 1945, dos días después de cumplir 39 años. Durante la película vemos algunos ejemplos de la vida diaria durante la ocupación con referencias al mercado negro, el racionamiento, ejecuciones y tiroteos en las calles, delatores, colaboracionistas, etc. En una impactante y corta secuencia vemos como un tren ordinario de pasajeros se cruza con un tren abarrotado en dirección a un campo de concentración. Lo más interesante es que durante todo el visionado vemos como se formó una especie de banco clandestino para financiar la resistencia con bonos y prestamos que deberían ser devueltos tras la guerra. Aprendemos como se creó y desarrollo y que se hacía con el dinero: comprar armas, ayudar a esconder a personas perseguidas, imprentas ilegales, acciones de sabotaje, etc. Entre el uso del dinero sobresale el pago a los ferroviarios holandeses para sostener una larga huelga. Al final del film se muestran unos subtítulos indicando que “Todos los préstamos fueron devueltos por el Estado. Hasta el último céntimo. Convertido a la época actual, serían más de 500 millones de euros”, y que “Hasta el año 2010 no se levantó un monumento en honor a van Hall., enfrente del Banco de Países Bajos”.

La batalla olvidada (Matthijs van HeijningenJr, 2020), tiene un comienzo didáctico, en donde se explica en un mapa cómo evolucionó el ejército y los frentes tras el desembarco de Normandía hasta la liberación de Amberes. Se señala la importancia estratégica del estuario de Escalda donde se pertrechaba el ejército alemán, para poder derrotar a los nazis en suelo holandés. La acción transcurre desde septiembre de 1944 hasta la liberación de Holanda. En el inicio vemos como varios colaboracionistas destruyen pruebas comprometedoras ante la inminencia del ejército aliado. Hay varios protagonistas. Uno combate con los alemanes, mientras que su padre es antifascista. Otro en cambio colabora con la resistencia y su padre es colaboracionista. La película muestra la importancia de la información, y de que esta llegase a los ejércitos aliados a través de la resistencia. Concretamente vemos que los aliados quieren tomar Arnhem y marchar hacia Alemania, en lo que fue la operación Market Garden, que fue un fracaso y una de las últimas victorias defensivas alemanas en la guerra. Uno de los protagonistas es un joven de 17 años que ha sido detenido por os alemanes, y que tiene fotos sobre donde está emplazado el ejército alemán. Su hermana, trabajadora del ayuntamiento contacta con la resistencia, y exigen que liberen a su hermano, a cambio de las fotos y de facilitar información. Buena parte de la trama aborda la represión alemana contra la resistencia holandesa. Un oficial nazi afirma que se debería detener a todos los jóvenes de la isla. Además, vemos sangrientas torturas y la facilidad con la que se fusilaban a los miembros de la resistencia. También se muestra la ingenuidad de algunos colaboracionistas, y del peligro que corría la vida de los resistentes hasta el mismo día de la liberación. Al final de la película unos subtítulos explican que: “El 7 de noviembre de 1944, Walcheren fue liberado. Los buques aliados pudieron llegar al puerto de Amberes. La ofensiva final contra Alemania podía comenzar. En la batalla del estuario del Escalda perdieron la vida 3231 soldados aliados, 4250 alemanes y 2283 civiles. El 5 de mayo de 1945, Holanda fue liberada”.

La Resistencia en Grecia

Italia inició la invasión de Grecia el 28 de octubre de 1940. Pero en este caso, no se produjo una rápida capitulación como ocurrió en otras invasiones. El ejército griego resistió y contratacó. Aunque tras la intervención de Alemania en abril de 1941, el ejército fue derrotado. Las potencias del eje se sorprendieron de la férrea resistencia griega, que indudablemente fue superior a la que se enfrentaron en otros países invadidos. Además, la ocupación fue notablemente complicada y costosa para los nazis y los tres países ocupantes: Alemania, Italia y Bulgaria. La resistencia griega fue uno de los movimientos antifascistas más amplios, eficaces y mejor organizados. Hablamos de un movimiento numeroso y también plural. Existieron distintas organizaciones y verdaderos ejércitos de la resistencia. Destacó especialmente, el Frente de Liberación Nacional, de inspiración comunista. Además, en menor medida, y como en otros países, también hubo colaboracionismo, sobre todo por parte de movimientos fascistas griegos.

Entre las películas sobre la SGM en Grecia podemos destacar, entre otras Traición en Atenas (Robert Aldrich, 1959). De alguna forma, la famosa película Los cañones de Navarone (J. Lee Thompson, 1961) está relacionada con Grecia, dado que fue rodada en la isla griega de Rodas, y trata de un comando aliado que pretende destruir una fortaleza alemana del Mar Egeo. La larga e interesante El país de los comediantes (TheoAngeolopoulos, 1975), trata sobre la Grecia ocupada por los nazis, en donde uno de los personajes de la familia protagonista pertenece a la resistencia. De entre las más recientes destaca The Last Note (PantelisVoulgaris, 2017). También podemos citar Evasión en Atenea (George Pan Cosmatos, 1979), que contó con actores sobradamente conocidos como Roger Moore, TellySavalas, David Niven, William Holden o Claudia Cardinale. La acción se sitúa en 1944, y la película comienza con alemanes realizando redadas y detenciones, mostrando una población hostil a la ocupación alemana. La película con su dosis de comedia contiene una subtrama relacionada con la arqueología. Vemos como los alemanes usan arqueólogos presos para saquear las reliquias y tesoros arqueológicas griegas.

La Resistencia noruega

El 8 de mayo de 1940 el ejército alemán comenzó la invasión de Noruega, con la llamada Operación Weserubung. En apenas un mes los nazis se hicieron con el control del país. Vidkun Quisling, el líder del partido fascista extraparlamentario Nasjonal Samling, formó un gobierno colaboracionista. Además, Hitler nombró al alemán Josef Terboven responsable de la administración alemana en Noruega. Ambos fueron notablemente impopulares. Josef Terboven se suicidó en mayo de 1945, mientras que Vidkun Quisling fue procesado y ejecutado en octubre de 1945.

Como en otros países ocupados hubo colaboracionismo y también un movimiento de resistencia. Por encima de todos sobresalió la Mirlog. La resistencia noruega llevo con éxito acciones notablemente importantes, como el ataque a una fábrica en Telemark en la que los nazis intentaban crear bombas atómicas. Un acontecimiento que ha sido llevado a la gran pantalla, y también ha sido adaptado en una serie televisiva. En 1966 se creó en Oslo el Museo de la Resistencia Noruega. El país cuenta con militantes de la resistencia que han sido considerados en héroes por distintas generaciones, entre los que podemos citar a Gunnar Sonsteby [26], o Max Manus.

Existe un amplio repertorio de películas que tratan sobre la SGM en Noruega. Entre los estrenos más recientes podemos citar La decisión del rey (Erik Poppe, 2016), y Narvik (Erik Skoldbajaerg, 2022). Sobre la resistencia noruega podemos comenzar citándola producción estadounidense Ataque al amanecer (John Farrow, 1942), protagonizada por Paul Muni (1895-1967). La acción comienza en 1939, antes de la invasión alemana. Se muestra un pueblo en paz y feliz. Vemos que todo cambia cuando los nazis inician la guerra, comenzando los toques de queda, detenciones, quemas de libros, las requisas de radio, reclutamiento de jóvenes para contribuir al esfuerzo de guerra alemán, ejecuciones públicas, etc. Un grupo de noruegos debaten que hacer. Unos prefieren esperar a que los aliados ganen la guerra y otros apuestan por luchar. Como en otras películas encontramos la figura del colaboracionista que colabora con los alemanes y delata a sus compatriotas.

El duodécimo hombre (HaraldZwart, 2017), comienza con unos subtítulos explicando que el “9 de abril de 1940 Noruega es ocupada por la Alemania nazi, y Hitler impone el Fentung Norwegen. La maquinaria alemana de guerra se mueve al norte lejano y los convoyes aliados sufren enormes pérdidas. Escocia 1943. Noruegos son entrenados por las fuerzas británicas para llevar a cabo vitales misiones de sabotaje en Noruega”. De hecho, la película está basada en hechos reales trata sobre un comando de la resistencia noruega entrenado en Reino Unido, que fue enviado a Noruega en 1943 para realizar operaciones de sabotaje. Los nazis consiguieron enterarse del desembarco gracias a noruegos colaboracionistas, por lo que capturaron y asesinaron a todos, salvo a uno de ellos JanBaalsrud [27]que consiguió escapar malherido. Durante la película vemos el largo calvario que sufrió hasta poder huir a Suecia, con la ayuda de la población local y la resistencia noruega, quienes se jugaron la vida ante el acecho constante de los nazis. Gold Run (HallvardBraein, 2022), comienza con unos subtítulos explicando que en la primavera de 1940, “seis meses desde que comenzó la segunda guerra mundial la máquinade guerra de Hitler se dirige a noruega. Su principal objetivo es tomar el control de la costa de noruega. El rey, el gobierno, y las reservas de oro de noruega. Esta es la historia del oro”. La película comienza el 8 de abril de 1940 en vísperas de la invasión alemana, y como comienza una operación para evacuar el oro del Banco de Noruega con la finalidad de evitar que lo incautasen los nazis. Para ello se reparten armas entre empleados del banco que, con militares y miembros de la resistencia, dirigen una larga y peligrosa evacuación. Gold Run, está basada en hechos reales, y algunos actores interpretan personajes como el poeta Nordhal Grieg, quien fue militante del Partido Comunista de Noruega, y combatiente antifascista en la Guerra Civil Española. Al final de la película unos subtítulos indican que “Las 18 toneladas de oro llegaron a Tromso el 9 de mayo de 1940. Un mes después de la invasión. Desde allí, fue transportado en el HMS Enterprise hasta Inglaterra. Las reservas de oro fueron enviadas a Estados Unidos y Canadá. El oro se volvió muy importante para la resistencia del gobierno noruego en el exilio y para las fuerzas aliadas, así como para la reconstrucción del país tras la guerra. Cientos de personas participaron en el transporte del oro. Muchos de ellos fueron voluntarios que fueron reclutados en pleno camino. Sus esfuerzos sirvieron de inspiración a la resistencia que les sucedió”.

La Resistencia francesa

La Resistencia Francesa se fue configurando desde el armisticio firmado con la Alemania nazi el 22 de junio de 1940, en el que las autoridades francesas cedían el llamado sector norte de Francia a Alemania como zona de ocupación, cuyo coste debían sufragar los franceses. El resto de Francia pasaba a convertirse en una “zona libre”, que se llamó régimen de Vichy, liderado por el mariscal Philippe Petain, que colaboraba con Hitler y además administraba las colonias francesas. Era un acuerdo humillante, que contó con la colaboración de un sector de la sociedad francesa, pero que también tuvo firmes y numerosos opositores, que crearon movimientos de resistencia. El gobierno de Vichy colaboraba estrechamente con Alemania en los esfuerzos de guerra, y además la llamada Milicia Francesa, combatía activamente contra la Resistencia Francesa, tanto en el interior como en las colonias. Su persecución no impidió que se convirtiera en un movimiento muy amplio, numeroso y activo. Buena parte de sus miembros pertenecían al Partido Comunista de Francia.

De entre los miembros de la Resistencia podemos destacar a Jean Moulin, que fue el líder del Consejo Nacional de la Resistencia. En junio de 1943 fue capturado por la Gestapo, junto con otros resistentes. Fue torturado salvajemente hasta la muerte. En Francia es considerado un héroe y símbolo de la resistencia. Pese a ello, su figura ha sido escasamente abordada en el cine, salvo excepciones como el telefilm canadiense Jean Molin, Une affaire francaise(Pierre Aknine, 2003). También hubo muchas mujeres francesas que participaron activamente en la Resistencia. Entre otras podríamos citar a Lucie Aubrac, que planeó y participó en una operación para liberar a su marido Raymond Aubrac, detenido por la Gestapo junto con Jean Moulin. La acción fue un éxito y fueron liberados 14 miembros de la resistencia. La vida de Lucie Aubrac se aborda en Amor en tiempos de guerra (Claude Berri, 1997), cuando ella aún vivía. Murió en el año 2007 [28]. Por otro lado, podemos citar a miembros de la resistencia que posteriormente fueron cineastas, como Robert Menegoz (1926-2013). En todo caso, desde los mismos tiempos de la SGM hasta la actualidad, se publican libros y estrenan películas sobre la resistencia francesa, cuyo contenido total es notablemente amplio.

La batalla del rail (Rene Clement, 1946), es una de las mejores películas de la historia sobre la resistencia. Es muy útil para conocer en detalle las valiosas tareas y acciones que protagonizaron los ferroviarios franceses contra los nazis. En su comienzo unos subtítulos indican que: “Esta película fue realizada con la participación del Consejo Nacional de la Resistencia y gracias al esfuerzo de los ferrocarriles franceses. En junio de 1940, rompiendo la unidad del país, bloqueando tras las líneas de demarcación, material y avituallamiento, los alemanes partiendo Francia en dos: a un lado zona ocupada, al otro la pretendida zona libre. Entre las dos, un vínculo controlado por el enemigo: los ferrocarriles. Francia debía mantener su unidad. Tanto correo como hombres debían franquear la barrera. Los trenes son una primera forma de resistencia. Y poco a poco, bajo el terror y tras la lucha de cuatro años, constituyeron un ejército temible. Tras el desembarco, contribuyeron a la desorganización de los transportes alemanes. En la batalla por la liberación”. Tras este arranque tan clarificador, vemos la eficacia de la organización de los ferroviarios franceses en la clandestinidad: descifran códigos secretos alemanes, sabotean vías férreas y trenes, transportan panfletos, esconden personas, realizan continúan acciones de sabotaje, inutilizan trenes, vacían tanques de combustible, rompen piezas, provocan descarrilamientos, ponen bombas, asaltan e incluso asaltan convoys militares. En lo que a veces parece un documental vemos múltiples formas de sabotaje en un momento en el que los alemanes necesitaban urgentemente enviar tropas, armas y suministros para defender Normandía del desembarco aliado. Pese a que los alemanes reaccionan violentamente con fusilamientos y amenazas, vemos que los nazis están desesperados e incapacitados por conseguir transportar suministros vitales por las vías férreas de Francia. La película fue premiada en el festival de Cannes, y podemos definirla como todo un homenaje a la resistencia con una calidad cinematográfica brillante. Luis Lopez Varona recuerda que fue “interpretada por los verdaderos protagonistas, empleados de la SNCF, la compañía de trenes estatal, que para ayudar a los aliados tras la invasión de Normandía perpetraron infinidad de pequeños sabotajes, como cambiar horarios, desviar trenes, romper frenos, etc. La película mostraba de forma heroica la lucha de estos modestos resistentes, que no temen enfrentarse a una posible muerte atroz. El éxito del filme permitió que se propagase una leyenda mítica según la cual prácticamente toda la población francesa se hizo resistente de una manera activa” [29]. Cuando su director Rene Clement murió en 1996, Octavi Marti escribió en El País que “René Clément no ha gozado nunca de la fama que merecía y ha muerto cuando ya muchos le daban por fallecido desde hacía años. Es injusto. En 1945, con La bataille du rail, hizo una muy importante contribución a la imagen canónica de la Resistencia francesa” [30].

La Resistencia en Dinamarca

En abril de 1940 el ejército alemán invadió Dinamarca, iniciándose un modelo de ocupación con algunas diferencias respecto a ejemplos de otros países invadidos por los nazis. No se depuso al Gobierno (que era socialdemócrata), ni a la monarquía. Aunque el partido comunista fue declarado ilegal y sus militantes perseguidos, tras el inicio de la guerra contra la URSS. En todo caso, desde 1943 la presión alemana y la ocupación se endurecieron, a semejanza de lo ocurrido en otros países ocupados.

A su vez, también hubo un importante movimiento de resistencia en Dinamarca. Uno de los grupos más importantes fue el Holger Danske, que consiguieron realizar importantes acciones de sabotaje en 1943 y 1944. Actualmente existe un Museo de la Resistencia Danesa en Copenhague.

El cine sobre la resistencia danesa no es tan abundante como el holandés o francés, pero existen algunos títulos importantes, algunos de ellos realizados el mismo año que termino la guerra. Podemos destacar La tierra será roja (Bodil Ipsen, Lau Lauritzen Jr, 1945), ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes de 1945. Del mismo año es The invisible Army (Johan Jacobsen, 1945), sobre acciones de sabotaje en una fábrica de los nazis. Además, es ineludible citar a Los chicos de St. Petri (Soren Kragh-Jacobsen, 1991), que en España se estrenó años más tarde [31]. Trata sobre un grupo de adolescentes que admiran a la resistencia, y que comienzan a realizar acciones antifascistas cada vez más ambiciosas y arriesgadas. Por otro lado, en Flame y Citron (Ole Christian Madsen, 2008), se recrea las actividades de dos héroes de la resistencia danesa: Bent Faurschou-Hviid y Joren Haagen Schmith. El primero de ellos se suicidó con cianuro cuando estaba a punto de ser capturado por los nazis en 1944, mientras que a Joren lo mataron los nazis unos días antes. Otro ejemplo más reciente lo encontramos en The Good Traitor, El embajador Kauffmann (Christina Rosendahl, 2020). La película no trata sobre la resistencia armada al invasor, sino sobre la resistencia diplomática promovido por Henrik Kauffmann, que era embajador en Washington cuando Dinamarca fue invadida. Kauffmann se negó a aceptar la capitulación y se declaró representante de la Dinamarca libre.

La Resistencia checoslovaca

Los verdugos también mueren (Fritz Lang, 1943)

La agresión de Alemania a Checoslovaquia comenzó antes del inicio de la SGM. En los Acuerdos de Munich de 1938, Francia y Gran Bretaña permitieron a Hitler que se anexionara la denominada región de los Sudetes que pertenecía a Checoslovaquia. Después, el Gobierno checo bajo la presión de Italia y Alemania, cedió territorios a Hungría y Polonia. En marzo de 1939, Alemania invadió lo que quedaba de Checoslovaquia, sin apenas resistencia tras la capitulación del Gobierno. Se creó el protectorado alemán de Bohemia y Moravia, y una República Eslovaca, en la que cobraron importancia grupos de ultraderecha y fascistas, como la Guardia de Hlinka, convirtiendo al nuevo estado en un aliado de Alemania.

Siempre hubo núcleos de resistencia ante la capitulación e invasión alemana. Uno de los más importantes fue el promovido por el Partido Comunista de Checoslovaquia. Distintos grupos resistentes se organizaron en el llamado Consejo de los Tres. La resistencia organizó todo tipo de acciones de resistencia, e incluso formaron una autentica guerrilla, y levantamientos populares. En 1945 hubo una insurrección en Praga, y un año antes tuvo lugar el llamado Levantamiento Nacional Eslovaco que supuso un duro enfrentamiento con el ejército alemán durante meses.

En todo caso, la resistencia checa ha pasado a la historia por el asesinato del Protector adjunto de Bohemia y Moravia y ex director de la Gestapo, Reinhard Heydrich el 27 de mayo de 1942. Fue la llamada Operación Antropide. La reacción alemana no se hizo esperar, y vengaron el atentado exterminando los pueblos de Lidice y Lezaky, condenando a la muerte a 1.331 personas y enviando a otras 252 a Mauthausen. Este episodio ha sido recreado en el cine en varias ocasiones, en primer lugar en Los verdugos también mueren (Fritz Lang, 1943), con un guion en el que participó Bertolt Brecht. Años después encontramos la producción estadounidense Siete hombres al amanecer (Lewis Gilbert, 1975), y más recientemente se ha recreado la historia en Operación Anthropoid (Sean Ellis, 2016) y El hombre del corazón de hierro (Cedric Jimenez, 2017).

El atentado contra Heydrich ha eclipsado el cine sobre la SGM en Checoslovaquia. Aunque hay películas interesantes sobre la ocupación nazi como La tienda en la calle mayor (Jan Kadar, Elmar Klos, 1965), Trenes rigurosamente vigilados (Jiri Menzel, 1966), ambas premiadas con el Oscar a la película de habla no inglesa. Entre películas más recientes que traten sobre la resistencia podemos citar Zelary (Ondrej Trojan, 2003)

La Resistencia polaca

Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942)

La resistencia polaca fue notablemente amplia y masiva. Por un lado, luchaba el Ejército Nacional (Armia Krakowa) vinculado al Gobierno polaco exiliado en Londres. Por su parte, los comunistas formaron el Ejército Popular (Armia Ludowa). Hablamos miles y miles de personas que practicaban la lucha armada y que consiguieron con éxito llevar a cabo operaciones de espionaje, emboscadas contra el ejército alemán, sabotaje, huidas de campos de concentración, etc. La resistencia polaca llego a promover revueltas armadas en algunas ciudades y territorios, así como autenticas batallas y combates contra el ejército alemán.

La resistencia polaca ha sido abordada en el cine desde tiempos de la guerra hasta la actualidad. Entre los ejemplos más remotos se encuentra la inolvidable Ser o no ser (Ernst Lubitsch, 1942), una sátira y comedia ambientada en Varsovia durante la ocupación alemana en la que un espía para la Gestapo tiene en su poder una lista de colaboradores de la resistencia, y vemos como una compañía de teatro lo intenta todo para evitar que la lista no caiga en manos de los nazis. Posteriormente Andrezej Wajda dirigió películas sobre la resistencia polaca: Generación (1955) y La patrulla de la muerte, Kanal (1957). Entre ejemplos más recientes se encuentra El pianista (Roman Polansky, 2002), In Darkness (Agnieszka Holland, 2011), El cazador (Marcin Krzysztalowicz, 2012), Varsovia 1944 (Jan Komasa, 2014) y El amor en su lugar (Rodrigo Cortes, 2021).

La Resistencia en Bélgica

El ejército alemán comenzó la invasión de Bélgica el 10 de mayo de 1940. El rey Leopoldo III apostó por no ofrecer resistencia y en tan solo 18 días se formalizó la capitulación. Tal y como ocurrió en otros casos similares, se formó un Gobierno en Londres opuesto a la ocupación alemana. El Congo Belga fue leal a este Gobierno en el exilio. Bélgica paso a ser administrada por autoridades militares alemanes. Hubo colaboracionismo en algunos sectores de la población, y por parte de grupos locales de ultraderecha como la Unión Nacional Flamenca, o DeVlag. Pero también existieron diversos e importantes movimientos de resistencia, como Partisans armes, de tendencia comunista. La Resistencia consiguió desempeñar un papel clave en la victoria contra el ejército alemán en Amberes. En 1944 el país fue liberado, y la resistencia pudo colaborar activamente con los ejércitos aliados.

Las producciones cinematográficas sobre la resistencia belga son menores en comparación con la francesa, italiana u holandesa. De entre las primeras destaca la producción británica Contra el viento (Charles Crichton, 1948), con Simone Signoret como una de las protagonistas. La película trata sobre un comando de la resistencia que recibe un completo entrenamiento físico y psicológico en Reino Unido. Los británicos también facilitan todo tipo de apoyo logístico. Disponen de radios, explosivos camuflados, documentación falsa, píldoras para suicidarse en caso de ser apresado, etc. Incluso se emplea la cirugía para cambiar el rostro y evitar ser reconocido por los alemanes. Uno de los miembros de la resistencia es cura, y se viste como tal para pasar desapercibido. Reciben la misión de incendiar una oficina de registros y luego de liberar a un detenido de la resistencia. Además, vemos el acecho de los espías y traidores. En este caso, la resistencia cuenta con una agente en la misma Gestapo, pero los nazis cuentan con un traidor en el grupo de la resistencia belga. Entre ejemplos más recientes, podemos citar Torpedo U-235 (Sven Huybrechts, 2019), que trata sobre un grupo de la resistencia belga que recibe la misión de transportar un submarino alemán cargado con uranio desde el Congo belga hasta EE.UU. Aunque hablamos de una película marcadamente comercial y de escaso interés histórico.

La Resistencia yugoslava

Walter Defends Sarajevo (HajrudinKravac, 1972)

Alemania invadió Yugoslavia en abril de 1941, y procedió a repartir el territorio con Italia, Hungría y Bulgaria, mientras que se crearon los estados colaboracionistas de Croacia, Montenegro y Serbia. Los comunistas yugoslavos impulsaron el Ejercito Partisano de Liberación, liderado por Josip Broz Tito. Consiguieron convertirse en un extraordinario y autentico ejército de resistencia formado por cientos de miles de personas, que controlaron cada vez más territorios, con capacidad para emprender grandes ofensivas militares contra el ejército alemán. En este sentido, es muy interesante el libro El sueño de Yugoslavia, de Jordi Cumlido Mora, que analiza y sintetiza muy bien que ocurrió en Yugoslavia durante la SGM.

Desde tiempos de la SGM se realizaron películas sobre la resistencia yugoslava. Podemos comenzar citando Undercover (Sergei Nolbandov, 1943), que podríamos definir como un film de “propaganda” de producción británica. En su comienzo vemos como el ejército alemán perturba la vida de los yugoslavos con la invasión y bombardeos, en un lugar de Belgrado. Ante la capitulación gubernamental, un grupo de yugoslavos no duda en apostar la por resistencia. La familia protagonista está formada por un médico que se hace pasar por colaboracionista por indicaciones de su hermano, que es un capitán de la resistencia. Vemos que los resistentes son una autentica guerrilla armada, ubicados en las montañas y actúan bajo órdenes del “Cuartel General”. La novia del capitán de la resistencia es la profesora del pueblo en el que se desarrolla la trama de la película. Es detenida y en un interrogatorio de los alemanes los acusa de no tener conciencia, ante lo que un militar alemán contesta que “Hitler es nuestra conciencia”, en una corta secuencia en la que se muestra la conciencia y valentía frente a la terquedad y cobardía. La cinta incluye ejemplos particularmente dramáticos de la represión nazi, como cuando un oficial alemán saca a unos niños de la escuela y los fusila en el acto. Entre los alemanes se muestran dos maneras de gestionar la ocupación. El coronel von Brock apuesta sin dudarlo por los fusilamientos y la represión, mientras que el general von Staengel prefiere el chantaje y el soborno contra la resistencia. Entre los resistentes yugoslavos vemos que hay quienes no dudan en inmolarse y morir en la lucha contra la ocupación alemana.

En la época de Yugoslavia gobernada por Tito se estrenaron numerosas películas exaltando la victoria contra los nazis en la SGM, entre las que destaca Walter Defends Sarajevo (HajrudinKravac, 1972) y La quinta ofensiva (Stipe Delic, 1973). Es difícil encontrar ejemplos de películas sobre la resistencia rodadas tras la Guerra de Yugoslavia, con excepciones como Cetverored (Jakov Sedlar, 1999), o la comedia Shooting Stars (Ivan-Goran Vitez, 2015).

La Resistencia en la URSS

Días de gloria (Jacques Tourneur, 1944)

La resistencia soviética fue un ejemplo único y en contexto diferente al de otros países. Territorios de la parte occidental de la URSS fueron invadidos por el ejército alemán, pero no hubo capitulación como en otros países. Hubo frentes de guerra y batallas con combates feroces, y a su vez en los territorios ocupados se impulsó un gran ejército guerrillero en coordinación con el Ejército Rojo. La resistencia soviética fue notablemente importante en Bielorrusia. El ejército alemán llamo a una guerra de aniquilación y exterminio en este frente. Los nazis protagonizaron auténticas matanzas en numerosos pueblos y aldeas, mientras que las represalias contra la resistencia y la población local fue atroz.

Entre las películas sobre la resistencia soviética comenzamos con La estrella del norte (Lewis Milestone, 1943). Una producción estadounidense que contó con actuaciones como la de Anne Baxter o Dana Andrews. Es evidente que fue rodada cuando la URSS y EE UU eran aliados, pero años después fue considerada en la caza de brujas macartista. En la película vemos como el ejército alemán se adentra en territorio soviético e invade sangrientamente una granja colectiva y pueblecillo soviético. Un grupo de jóvenes, especialmente la familia Shonen cogen las armas contra los alemanes.

Días de gloria(Jacques Tourneur, 1944), es otra película estadounidense sobre la resistencia soviética, protagonizada por Gregory Peck, que interpreta el papel de un líder partisano. Entre las películas soviéticas destaca Masacre. Ven y mira (Elem Klimov, 1985), en donde se describe los horrores que el ejército alemán dejaba a su paso en una atmosfera asfixiante. El propio director fue miembro de la resistencia y la película contiene una gran carga autobiográfica. El protagonista es un joven que consigue huir del exterminio practicado por el ejército alemán en la aldea donde vivía. Se une a la resistencia junto con otros partisanos pasando un auténtico calvario tras otro y pasando con una gran rapidez de ser un niño a un adulto. Por ultimo podemos citar la producción estadounidense Resistencia (Edward Zwick, 2008).

La Resistencia en Alemania

La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969)

La resistencia alemana al nazismo ha sido tratada escasamente en el cine. En todo caso se ha abordado en mayor profundidad el ascenso al poder de los nazis, y como se persiguió rápidamente de forma implacable e inmediata a cualquier disidencia y oposición.

Un ejemplo lo encontramos en La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969), en donde un miembro de una familia de la burguesía industrial afirma que “el miedo de una revolución proletaria que hubiese dejado el país en manos de las izquierdas era demasiado grande, y ahora ya no hay tiempo para hacer nada. El nazismo es una criatura nuestra. Ha nacido en nuestras fábricas. Se ha alimentado con nuestro dinero”.

El cine también ha abordado el fallido atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944, promovido por grupos de opositores civiles y militares que querían derrocar al Gobierno y poner fin a la guerra. Más que una acción de la resistencia alemana, se ha considerado un intento de golpe de estado protagonizado por grupos conservadores y del propio régimen que se oponían al rumbo que estaba tomando Alemania con la política de Hitler. En todo caso, este atentado tuvo repercusiones en la resistencia alemana, dado que el régimen nazi se radicalizó aún más y procedió a detener a cientos de opositores, se produjeron ejecuciones, y algunos de los acusados se suicidaron. Sobre el atentado podemos citar Valkiria (Bryan Singer, 2008), y la serie de televisión Operación Valkiria (Jo Baier, 2004). Sobre otros intentos de asesinar a Hitler, destaca el fallido intento del opositor George Elser, que consiguió colocar una bomba en una cervecería en el que estuvo Hitler el 8 de noviembre de 1939. El artefacto estalló minutos después de que el Fuhrer se fuera del lugar. Elser fue detenido y ejecutado. El cine ha abordado este atentado en Siete minutos para morir (Klaus Maria Brandauer, 1989), y en 13 minutos para matar a Hitler (Oliver Hirschbiegel, 2015).

Por otro lado, existen películas que tratan la oposición al nazismo, en las que un individuo o un grupo reducido de personas se quedan solos y aislados, frente a la adhesión ciega a Hitler de todo su entorno social. La resistencia suele adquirir el significado de sobrevivir, lo que es sinónimo de abandonar Alemania. Podemos comenzar citando Tormenta mortal (Frank Borzage, 1940), protagonizada por Margaret Sullavan y James Stewart. La acción comienza el 30 de enero de 1933, el día que Hitler fue nombrado Canciller. La noticia causa debate entre una familia y amigos que celebran el cumpleaños de un profesor de una Universidad en el sur de Alemania. Pronto vemos como el fanatismo y la violencia se extiende. Milicias nazis agreden al diferente y queman libros en público. En una secuencia incluso pegan una paliza a un anciano. Dos de los hijos del profesor son militantes nazis, pese a que mandan a un campo de concentración a su propio padre, donde muere, y pese a que matan a su hermana cuando intenta escapar a Austria. En este sentido, se muestra la locura y el alcance del fanatismo nazi. Como en otras películas, vemos la soledad de quien se opone al fascismo. Lo que percibimos es que quienes están muy bien organizados son los nazis, mientras que los disidentes más que organizar la resistencia, terminan optando por intentar abandonar el país como única manera posible de sobrevivir. En otros casos, vemos que el disidente opta por el suicidio, como en Rebeldes del swing (Thomas Carter, 1993).

Se echan en falta más películas que traten sobre el antifascismo alemán y la resistencia ciudadana, popular y del movimiento obrero contra el nazismo. Hubo resistencia de grupos comunistas y socialdemócratas, e incluso anarquistas. Existió la organización llamada “Orquesta Roja”, que consiguió formar una autentica red de espionaje en varios países, incluida Alemania, impulsada entre otros por Harro Shulze-Boysen, Arvid Harnack o Libertas Shulze-Boysen, todos ellos ejecutados en 1942. Pese a las represalias sufridas, los logros y contribuciones de esta red para la derrota de los nazis fueron importantes. Leopold Trepper fue uno de los principales promotores de la Orquesta, y el jefe de los servicios secretos alemanes reconoció que “su actuación costó más de 300.000 muertos en Alemania”, incluso que “ganó el solo la guerra” [32]. Curiosamente la cinematografía apenas ha abordado las importantes actividades y la historia de la Orquesta Roja. Por otro lado, y sorprendentemente, el cine apenas ha abordado la resistencia alemana al nazismo, y solo podemos citar honrosas excepciones. El movimiento la Rosa Blanca, fue un movimiento de oposición al nazismo, vinculado a núcleos cristianos y universitarios. El grupo se atrevía a repartir octavillas y folletos antinazis. Una de sus principales activistas, Sophie Scholl, su hermano Hans Scholl, y otros activistas del movimiento fueron detenidos y ejecutados con la guillotina en 1943. Existen dos películas al respecto: La rosa blanca (Michael Verhoeven, 1982) y Sophie Scholl. Los últimos días (Marc Rothemund, 2005).

Otros subgéneros de la Resistencia

El cine sobre la resistencia es notablemente variado y amplio. Es un subgénero sobre el que se puede profundizar y desglosar de diferentes maneras, y no solo por la resistencia de cada país en concreto. Por ejemplo, Casablanca (Michael Curtiz, 1942) está considerada como una de las mejores películas de la historia, cuyo argumento está estrechamente relacionado con la resistencia. El escenario es Casablanca, que era un territorio controlado por el régimen de Vichy, en donde vemos colaboracionistas y miembros de la resistencia francesa, así como nazis alemanes. A su vez, el actor austriaco Paul Henreid, interpretaba el papel de Victor Laszlo, líder de la resistencia checa. En otros casos nos encontramos con películas con escenarios imaginarios y/o con significados metafóricos.

El gran dictador (Charles Chaplin, 1940) es una brillante sátira, en donde Tomania parece que es Alemania, Hynkel es Hitler, Austerlich se supone que es Austria, Bacteria es Italia, etc. Sea donde fuere, vemos un gueto en el que se organiza la resistencia contra los nazis.

Los temas son prácticamente infinitos, y son dignos de tesis doctorales. De alguna manera también existe un cine sobre la resistencia en el mismo Reino Unido. Pese a que el país finalmente no fue invadido, se intentó mentalizar constantemente a la población de que en cualquier momento los alemanes podían desembarcar en las costas británicas. Se promovió una actitud de alerta, resistencia y actitud activa en la guerra colaborando en lo que hiciese falta. Un ejemplo temprano lo encontramos en Went the day well? (Alberto Cavalcanti, 1942), una película en la que la población de la aldea inglesa de Brmaley End se enfrenta a unos soldados cuando descubren que no son británicos, una avanzadilla de alemanes que inician la invasión.

Por otro lado, existe el subgénero de resistencia de militares y soldados en campos de concentración, con sus intentos de fugas, como La gran evasión (John Sturges, 1963). Además, se podría hacer un largo monográfico sobre la resistencia en los campos de concentración y exterminio en los que se encerró y mató a judíos, comunistas y todo tipo de disidentes. La filmografía al respecto es amplia, pudiendo citar La zona gris (Tim Blake Nelson, 2001), basada en hechos reales, recreando una masiva y dura revuelta en Auschwitz. Otro ejemplo más reciente lo encontramos en El fotógrafo de Mauthausen (Mar Tarragona, 2018), basada en la resistencia de prisioneros españoles, y particularmente en Francesc Boix quien arriesgando constantemente su vida, se empeñó en conservar y evadir negativos y fotografías de la realidad y crueldad de lo que ocurría en el campo de Mauthausen. Anteriormente, se había realizado el interesante documental Francisco Boix, Un fotógrafo en el infierno (Lorenzo Soler, 2000).

En este sentido, el cine documental sobre la resistencia también es amplio, sobre lo que se podría hacer un trabajo específico. Sin olvidar que hay otras tantas temáticas de la resistencia. Existen películas sobre la resistencia china contra la invasión y ocupación japonesa, entre las que podemos citar Estirpe de dragón (Harold S. Bucquet y Jack Conway, 1944); Zo hudie (Lou Ye, 2003); Deseo peligro (Ang Lee, 2007). Sin olvidar que nos hemos dejado otras resistencias europeas como la rumana, albanesa, húngara o búlgara. Sobre esta última podemos citar A Byahme mladi (BinkaZhelyazkova, 1961).

Por último, en los últimos años se han producido series sobre la resistencia, en algunos casos distocias y contextos diferentes a lo que sucedió realmente en la historia, imaginando que hubiera ocurrido si las potencias del eje hubiesen ganado la guerra. Por ejemplo, El hombre en el castillo, es una serie distribuida por Amazon Prime Video, de cuatro temporadas en la que han participado numerosos directores. Trata un mundo imaginario en el que Japón y Alemania ganaron la SGM, de forma que los japoneses controlan el oeste de EE.UU y Alemania el este. El protagonista de la serie es un miembro de la resistencia. Otro ejemplo lo encontramos en la miniserie SS-GB (Philipp Kadelbach, 2017), cuyo argumento se basa en un escenario imaginario en el cual Reino Unido es ocupado por los nazis y un policía británico se debate entre seguir las instrucciones de los alemanes o colaborar con la resistencia.

En buena parte de las películas de la resistencia vemos como era la vida en la retaguardia: racionamiento; falta de jabón, alimentos, medicinas, etc.; vigilancia constante; registros; controles policiales; interrogatorios; persecución a opositores; toques de queda; cupos obligatorios de producción para Alemania, etc. Hay cortas escenas y diálogos en los que se muestran importantes cuestiones. Por ejemplo, en Ataque al amanecer una niña cuenta a su padre lo que la enseñan en el colegio, percibiendo el adoctrinamiento nazi en las escuelas de los países ocupados. En varias se muestran quemas públicas de libros. En todo caso vemos cómo funcionaba la resistencia: contraseñas, palabras clave, medidas de seguridad para no ser descubierto, escondites, trabajo de enlaces y correo, transporte documentos, armas, explosivos, etc. Además, se muestra que no solo hubo batallas en los frentes. Hay numerosas películas que, pese a no tratar sobre la Resistencia, se menciona con toda concreción. En La decisión de Sophie (Alan J. Pakula, 1982), Meryl Streep interpreta el papel protagonista, quien se entrevista con miembros de la resistencia polaca y relata que “la gente de la resistencia… oh dios que valientes eran”, y explica que se negó a colaborar con ellos traduciendo textos alemanes. También destacan las secuencias en el campo de concentración, intentando robar una radio para la resistencia. En esta película, vemos uno de los fragmentos más emotivos y conseguidos de la historia del cine, cuando un oficial alemán la obliga a una madre elegir cuál de sus dos hijos que la acompañan sobrevive, antes de subir a un tren con destino a un campo de concentración.

Por otro lado, se han realizado incontables documentales de todo tipo de temáticas sobre la SGM. Algunos realmente originales como Suiza, La caja fuerte de Hitler (Olivier Lamour, Xavier Harel, 2016), sobre el papel de la banca suiza en la guerra, y el interés de los nazis por el oro y los bancos centrales cuando invadían un país. Existen documentales específicos sobre la resistencia. Siendo un subgenero tan amplio, y por destacar algo en concreto, Heroínas olvidadas: españolas en la segunda guerra mundial (Pedro Calleja, 2023), es un documental emitido y disponible en TVE en el que intervienen historiadores, expertos, investigadores y familias descendientes de mujeres que participaron en la resistencia francesa durante la SGM. Se da a conocer el trabajo realizado por mujeres como Marina Vega de la Iglesias, Braulia Canovas Mulero, Conchita Grangee Ramos, Neus Catala, Elisa Garrido Gracia, Alfonsina Buerno Vela, etc, y se pone de manifiesto sus tareas de enlace, correo, transportes armas, espionaje, esconder desertores, etc.

Conclusiones

No se pude subestimar la importancia de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial. Estos movimientos con sus semejanzas y diferencias en distintos momentos y países, no dejo de actuar y trabajar durante años en unas condiciones extremadamente adversas. Unas veces fracasaron en sus objetivos, pero otras consiguieron con éxito realizar acciones de sabotaje, espionaje, transporte de mercancías, armas e información valiosa, liberación de prisioneros, protección de otros militantes perseguidos por los nazis. Realizaron operaciones para ayudar a huir a personas que eran objetivos de la Gestapo, e importantes tareas de propaganda y concienciación entre la población. En algunos países formaron un autentico ejercito, y existen ejemplos en varios países de promover verdaderas insurrecciones, incluso consiguiendo liberar ciudades y amplios territorios sin necesidad de la llegada de los ejércitos aliados.

Finalizando y volviendo a este subgénero cinematográfico, no olvidemos que las producciones sobre la resistencia alemana son escasas. Apenas hay películas sobre el papel del movimiento obrero en la resistencia, pese a que hubo casos de importantes huelgas como en Holanda o Italia en 1943. Poco se ha abordado la resistencia en el sur de Italia, pese a que existen episodios como la sublevación de Napoles en 1943 que expulso a los nazis. También se echan en falta películas sobre la resistencia estudiantil al nazismo. Por tanto, pese al amplio repertorio de películas sobre la resistencia, aún es insuficiente.

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Una lectura política de la movilización de hinchas del fútbol argentino

Sábado 15 de marzo de 2025 NODO50

Quizás la expresión más elevada de la crueldad del ajuste es la situación que viven los jubilados y jubiladas. Estos son el sector que, a partir de la licuaciòn de sus ingresos, sostienen el superávit fiscal tan celebrado por el gobierno nacional. El sobrante fiscal es “a costa de congelar los ingresos de personas que no tienen muchas alternativas para genera otros nuevos y para quienes el ajuste pasa por sus cuerpos y esperanza de vida” [33] Sobre todo por sus cuerpos a fuerza de garrote y gases como cada miércoles por la tarde cuando se movilizan al Congreso.

Durante varios miércoles vimos por los medios de comunicación y las redes sociales como los jubilados son apaleados y gaseados por ejercer el derecho a la protesta. Pero, cuando hace pocas semanas, se lo vio a Carlos, hincha de Chacarita, con la camiseta de su club siendo golpeado por la policía, creció la bronca en un sector particular: los hinchas del fútbol argentino. Primero se sumaron un grupo de hinchas de Chacarita para defender a los jubilados de la represión. Ver a estos hinchas siendo reprimidos por defender a la población más vulnerable y sobre los cuales cae el ajuste de Milei, generó una respuesta inmediata. Al otro día empezaron a circular flyers de hinchas de otros clubes convocando a la siguiente movilización. Con el paso de los días parecía que se estaba gestando una gran movilización de hinchas del fútbol argentino para cuidar a los jubilados.

¿Cuánto puede movilizar la camiseta de un equipo de fútbol?

En nuestro país el fútbol es uno de los espacios más populares. Inclusive puede ser entendido como un termómetro social. En las identidades futboleras quizás aún podemos encontrar emociones y sentimientos contrarios a la crueldad. La naturalización de que caguen a palos a los jubilados se corta desde un ámbito tan complejo como es el fútbol. Sin embargo, lo que en un principio nos llamó la atención encuentra fundamentos en una realidad objetiva. Dentro de la espontaneidad existe algo que se llama organización. Y los clubes son espacios donde la organización popular encuentra sustento: peñas de hinchas, agrupaciones antifascistas, comisiones y departamentos de derechos humanos y colectivos populares que se referencian en los clubes de fútbol, es decir, la dinámica de la vida social de estos, son el soporte previo para este tipo de movilización pueda ser posible. En este proceso también se inscriben los tres espacios que tratan de funcionar como articulación: la coordinadora de hinchas, la del futbol feminista y la de derechos humanos del futbol argentino.

Que un sector de los hinchas de los clubes hayan salido a la calle para defender a los jubilados demuestra que hay un salto cualitativo en el rechazo y la resistencia a las políticas de ajuste de este gobierno. Son pocos los que están embanderados políticamente y sindicalmente. Es un sector de la clase trabajadora que, quizás con poca experiencia, quiere manifestar su descontento. Una respuesta inédita pero esperable para una país que se caracteriza, justamente, por la enorme cantidad de episodios de resistencia que pasaron a la historia y de expresiones organizativas distintivas. Una vez más, la anomalía argentina.

Hinchas y no barras

El principal argumento que utilizaron desde el gobierno y los medios de comunicación cómplices de su política de ajuste y represión, como Clarín y La Nación, para descalificar y desmovilizar, fue la de sostener que detrás de la convocatoria estaban las barras bravas de los clubes de fútbol con sus vinculaciones políticas, municipios y dirigentes del peronismo. La deplorable nota de opinión de Gonzalo Abascal en el diario Clarín es la síntesis periodística de este argumento. Allí, el principal editor del diario, amparado en información falsa, tergiversada y con errores, sostiene que “la movida en redes sociales utiliza la pasión por los clubes para llamar a marchar en el Congreso. La identidad futbolística para esconder la pertenencia política” [34]

Quien alguna vez haya transitado un estadio de fútbol y una tribuna, conoce cómo se manejan las barras bravas. La mayoría de ellas tiene vínculos con diferentes sectores internos del peronismo. El ojo del hincha puede reconocer cuando las acciones son comandadas por las barras o son expresiones espontáneas de las mayorías de hinchas que no forman parte de esos colectivos.

El argumento de la utilización de la camiseta para hacer política es un intento en vano de querer quitarle peso a lo sustantivo del hecho: sectores plebeyos, desorganizados y despolitizados se sumaron a una resistencia concreta contra la crueldad del ajuste. En las calles del Congreso se veían rostros de cientos de pibes y pibas, con las camisetas de sus diferentes equipos, mostrando su bronca contra la represión de las fuerzas del Estado al grito de “Hay que ser muy cagón para pegarle a jubilado”.

Todas las camisetas contra la represión

Los días previos a la concentración estuvieron cargados de mensajes de la ministra de seguridad, Patricia Bullrich, que hacía imaginar un escenario represivo. Con el intento de evitar algún grado de masividad, estos mensajes generaron el efecto contrario. Desde temprano los hinchas se iban acercando con sus camisetas y banderas para defender a los jubilados. Por la calle Entre Rios, lado sur, estaban cientos de hinchas, todos juntos mezclados con sus colores resistiendo ante el impedimento, por parte de las fuerzas represivas, de ingresar a la plaza del Congreso.

Las calles del Congreso se convirtieron en una tribuna. Y como a veces, los hinchas pueden mostrar su reacción, como cada fin de semana cuando la policía reprime en los estadios, la tribuna de Congreso respondió con resistencia. A las balas de goma y los gases de la policía, los hinchas aguantaron con piedras. Porque toda violencia ejercida desde arriba encuentra su legítimo acto de defensa desde abajo.

Pequeñas notas del panorama que se abre

El primer dato distintivo de la jornada fue la brutalidad de las fuerzas represivas del estado que participaron del operativo definido y decidido por Bullrich. La política de orden va a ser compleja de derrotar si las movilizaciones no se dan en forma masiva y organizada.
La represión a un supuesto enemigo interno es una política de estado y va de la mano de la aplicación de su programa económico que todavía no encuentra rumbo. En este sentido es preciso poner el foco en el momento de debilidad política del gobierno. La reacción a los dichos en Davos que se materializó en la marcha antifascista del 1F, la criptoestafa, el rechazo y repudio en Bahía Blanca en el marco de las inundaciones, y ahora, la represión en Congreso, puede potenciar un aumento del descontento popular.

Es en este marco donde se debe ubicar “la marcha de los hinchas”. Que un sector de los hinchas de los clubes hayan salido a la calle para defender a los jubilados demuestra que hay un salto cualitativo en el rechazo y la resistencia a las políticas de ajuste de este gobierno. Son pocos los que están embanderados políticamente y sindicalmente. Muchos de ellos provienen de los sectores populares. Es muy probable que formen parte de la enorme cantidad de trabajadores precarizados. La movilización de “las personas sueltas” son las acciones a reivindicar. Cuando salen a la calle estos sectores, los gobiernos empiezan a profundizar su pérdida de credibilidad.

La movilización, la represión, la resistencia y el saldo de heridos y detenidos podría abrir un nuevo panorama. A su vez funcionó como un doble mensaje para la superestructura. Uno es directamente para el gobierno. Se incorporan nuevos sujetos desorganizados con sus prácticas naturales de resistencia. El otro es para las centrales sindicales. Se está haciendo una experiencia contra este gobierno en relación a la crueldad del ajuste y la represión. A medida que este proceso se acelere, las organizaciones que representan a los trabajadores tendrán que motorizar las próximas acciones para ganar masividad.

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NOTAS :

[1Ruiz-Huerta, Juan I. (2024), “Las abogadas: aquel dia de enero mataron a Enrique Ruano” en Público (15 de octubre).

[2M. A. M. (2009) “Fue un luchador que dio su vida por las libertades” en Público (18 de enero).

[3Lambertucci, Constanza (2019) ” Es un error creer que tenemos conquistada la libertad para siempre”. El País (20 de enero)

[4Elorduy, Pablo (2020) “El espléndido veranillo de la anarquía”, El salto (9 de febrero).

[5Ginart, Belén (2005) “Joaquim Jorda cuenta la transición vista por sus peones”, El País (18 de noviembre).

[6Ibid.

[7“Vigo 1972 conmemora la histórica huelga tras 45 años”. Faro de Vigo, 26/09/2017.

[8Muñoz, Diego (1990) “García Sánchez lleva al cine los últimos fusilamientos del franquismo. El País (21 de agosto).

[9 Ibid.

[10Ibid.

[11Junquera, Natalia, op. cit.

[12Ocho Bravo, Carmen (2009) “Septiembre del 75 de Adolfo Dufour”. viento sur, (29/11)

[13Ferrer, Isabel (2009) “Septiembre del 75, un documental sobre las ultimas muertes del franquismo”. Público (09 de noviembre).

[14“Juan Antonio Bardem: Siempre quise hacer cine testimonial y realista”. El País, 28/03/1979

[15Ibid.

[16Marañón, Carlos (2019) “La defensa por la libertad”. Cinemanía, (22 de octubre).

[17Fraguas, Rafael (2015) “Lola González: me desbarataron mis sueños”. El País (11 de abril).

[18SEIDMAN, M.: Antifascismos 193-1945. Alianza Editorial, 2017. Madrid, p. 325.

[19Ver GLUCKSTEIN, D.: La otra historia de la Segunda Guerra Mundial. Ariel, Barcelona, 2013.

[20BAMBERY, C.: Historia marxista de la Segunda Guerra Mundial, Pasado y presente, Barcelona, 2015, p.297.

[21Galán, D: “El general DellaRovere, película alimenticia”. El País, 14/03/1985.

[22Ferrer, I.: “El desconocido héroe holandés de la Segunda Guerra Mundial. PietKujit marcó las fosas comunes donde había miembros de la resistencia para que pudieran ser exhumados”. El País, 02/05/2021

[23Ferrer, I.: “Erik hazelhoffroelfzema, héroe de la resistencia holandesa”. El País, 01/10/2007

[24Cosa, J: “El espectáculo de la supervivencia”. El País, 02/02/2007.

[25Sánchez, S: “El libro negro”. Fotogramas, 29/05/2008

[26Antón, J.:”Gunnar Sonsteby, el héroe más condecorado de la resistencia noruega”. El País, 27/05/2012

[27Garcia Cuartango, P.: “El traicionado soldado británico que perdió los dedos huyendo de los alemanes”. ABC, 04/06/2018

[28“Muere a los 94 años Lucie Aubrac, símbolo de la resistencia francesa a la ocupación nazi”. El País, 15/03/2007. Marti, O.: “Lucie Aubrac, símbolo de audacia y libertad”. El País, 16/03/2007.

[29LOPEZ VARONA, L.: La Segunda Guerra Mundial y el cine. CultBooks, 2019, p.219.

[30Marti, O.: “Muere René Clément, director de Juegos Prohibidos y A pleno sol. El director estaba injustamente olvidado”. El País, 19/03/1996.

[31Martínez Torres, A.: “Adolescentes contra nazis”. El País, 05/07/1995.

[32“Murió Leopold Trepper, jefe de la red de espionaje soviética Orquesta Roja”. El País, 21/01/1982.

[33D’Alessandro, M (2024): Motosierra y confusión. Cómo recuperar la economía para salir de la crisis. Editorial Sudamericana.

[34Abascal, G. “Hinchas y jubilados: la camiseta disfrazada de política”. Nota publicada en el Diario Clarín el día 11 de marzo de 2025.


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