Sueños de un barrio
28 de octubre de 2014.
Fotogalería de la toma de Villa 20, un campamento establecido para dar soluciones a los vecinos de un barrio desalojado de Buenos Aires.
Una toma es un proceso urbano y social, un paisaje que cambia, que crece. Una toma tiene caras, vidas e historias. Es una historia de relaciones y solidaridad, esperanzas compartidas y desafíos diarios. Una toma es también una lucha contra los prejuicios. No son ladrones, sino trabajadores. Tampoco son ilegales porque por ley este terreno esta destinado a la construcción de viviendas y a la urbanización de la Villa 20, que años atrás conoció el mismo proceso de crecimiento. Una ley incumplida. Frente a un Hipermercado, cerca de un golf, esa parte de la ciudad expresa los contrastes más grandes de nuestra sociedad, entre carencias y privilegios. En el suelo se dibujan calles, y se empiezan a levantar las casas. Ya no son individuos sueltos sino vecinos y vecinas haciendo de la toma un barrio real, la cuna de un futuro autoconstruido, transformando lonas en ladrillo.
A pesar de los derechos, de los procesos y las necesidades, en la madrugada de un sábado de agosto, después de meses de esperanzas, avances y retrocesos, comenzó el desalojo violento del Barrio Papa Francisco, en frente de la Villa 20 de Lugano, en Buenos Aires donde vivían 700 familias y 1.800 personas. Desde el principio las familias fueron estigmatizadas como delincuentes, usurpadoras de lo público por el Macrismo (Ciudad) y el Kirchnerismo (Nación). Hasta finalizar en discursos xenófobos, culpando indebidamente a las familias del Barrio de tres homicidios, destacando y universalizando la presencia de narcos y mafias. Desde los comienzos del barrio hasta su desalojo estas fotos relatan la construcción de viviendas dignas por las manos de los propios habitantes y el acompañamiento del Taller Libre de Proyecto Social de la Facultad de Arquitectura de Buenos Aires hasta el desalojo.
Anita Pouchard para Diagonal