Deus ex machina

Reflexiones en torno al sindicalismo y el sector de la Informática

16 de julio de 2009.

Me pregunto si, en las condiciones transformadas del trabajo actual -roturas, dispersión, individualización, precarización- de las figuras de los trabajadores se puede llegar a conjugar aquí y ahora un análisis del capitalismo y de las organizaciones de la fuerza alternativa. Y no tengo una respuesta. Mario Tronti.

Por David García Aristegui

Introducción

Deus ex machina es una expresión latina, traducción de la expresión griega “apo mikhanis theos”, que significa “dios surgido como por arte de magia”. Se origina en el teatro griego y romano, cuando una grúa (machina) introduce una deidad (deus) proveniente de fuera del escenario para resolver una situación, por absurdo o forzado que pueda resultar el final de la historia a relatar. Algo parecido a la aparición de un deus ex machina está sucediendo en el sector de la Informática y la Consultoría tecnológica, o si se prefiere, el sector de las nuevas “tecnologías de la información y comunicación” - TIC. Es decir, algo sorprendente, inesperado y sin demasiado sentido ni lógica aparente, en el actual contexto tecnológico y social que se nos ha impuesto: un intento estructurado de acción sindical que refleje la nueva composición de clase.

Del obrero masa al obrero social, y vuelta

Diferentes autores contemporáneos de corte marxista han teorizado mucho sobre el tránsito del “obrero masa” al “obrero social”. Tengamos presente que estamos hablando de dos conceptos, “obrero masa” y “obrero social”, desarrollados en los años 60 y 70 (80), para dar cuenta de las transformaciones en Italia y de limitada aplicación a otros lugares. Tienen que ver con el intento de comprender el paso del fordismo al posfordismo, es decir, el paso de la figura obrera masificada, sin cualificación e intercambiable, un elemento funcional más de la gran fábrica mecanizada, a la “terciarización, obrero social en una progresiva abstracción del trabajo”, donde “se da un proceso de fragmentación dentro del mismo proletariado frente a la tendencia igualitaria como resultado de la intervención reestructuradora del capital. Progresivamente se forman dos sectores dentro del proletariado: uno central, socialmente estable, productivamente marginado, con protección sindical; un sector periférico, descentralizado y marginal, profundamente explotado”.

En este texto estamos hablando de un sector de un determinado tipo de empresas de servicios, donde la Informática es un “servicio” más, por lo que diferentes sectores asociados a este tipo de empresas tienen, como era de esperar, características comunes. Por ejemplo, si hay un sector periférico, descentralizado y “marginal” hoy en día es del Telemárketing (Centros de Atención al Cliente, “Call Centers”...), que se vende también como un “servicio tecnológico”. El sector de la Informática -el de las empresas de desarrollo de softwate, el de las Consultoras expertas en tecnología, las empresas de las TIC...- comparte con el del Telemárketing (un sector distinto) numerosas características: para empezar, ser en la mayoría de casos un sector “periférico” y “descentralizado”, via externalización de servicios y/o subcontratación. Y si es más que evidente que en el Telemárketing es descarada la búsqueda de mano de obra no cualificada, en el sector de Informática se da un proceso análogo (aunque más desconocido), por obra y gracia del “bodyshopping” o “venta de capital humano”. Éste conlleva la cesión (ilegal) de personal de este tipo a terceras empresas con ánimo de lucro. Las empresas del sector son, en realidad, ETTS apenas maquilladas bajo el supuesto atractivo y prestigio del trabajo informático, especializadas en el sector de las TIC. Fundamentan sus ingresos en la contratación de este personal, normalmente con poca experiencia y bajo salario, con contratos temporales o por obra, que posteriormente son revendidos a terceras empresas como profesionales altamente cualificados y con una gran experiencia.

Es decir, las y los informáticos son actualmente como el reflejo deformado del llamado “obrero masa”: un número cada vez más grande de profesionales, en muchos casos sin cualificación para las tareas que se les otorga, perfectamente intercambiables y sustituibles, facturando su trabajo a la empresa cliente por horas. Por tanto, en la caracterización de los trabajadores del sector que proponemos, retomamos algunas características del llamado “obrero masa” (aludidas al principio de este párrafo), pero conservando otras -ventajas del trabajo intelectual, precarización, uso de la comunicación y el lenguaje, etc.- que caracterizaban al “obrero social”.
¿Como se ha llegado a esta situación? en lugar de apostar por la innovación tecnológica, la formación continua y la Informática de calidad, las Consultoras han convertido el sector en un “juego de pillos”: estas empresas “cárnicas” –o también “charcuteras”, si continuamos con el argot del sector- intentan vender a sus trabajadores como si tuvieran más cualificación y/o experiencia de la que tienen, y “colar” así los proyectos sin preocuparse por la calidad de eśtos. Lo importante es que los clientes sigan necesitando la “carne” que les proporciona por horas las “cárnicas”. En el otro lado, las empresas matrices intentan pagar lo menos posible y desentenderse de la Informática para ahorrarse el trabajo de gestionar su propia actividad.

Carne para la picadora

Estamos hablando de un sector donde la subcontratación y la precariedad son absolutamente hegemónicas: la subcontratación permite a las empresas matriz y a las consultoras dividir sin mayores problemas a los trabajadores. Así, se fuerza constantemente la negociación individual en vez de una colectiva, y los trabajadores del sector consiguen subidas salariales cambiando periódicamente de empresa. Las mejoras en las condiciones de trabajo son en un gran número de caso aparentes, casi cosméticas, ya que el cobrar por encima de convenio suele ir asociada la realización de un gran número de horas extras sin remunerar, jornadas demenciales en la finalización de plazos de entrega y responsabilidades por encima de la categoría asignada al trabajador.
No es de extrañar que los trabajadores no se planteen en ningún momento el realizar algún tipo de acción revindicativa y/o sindical: además de la percepción (errónea) de estar aceptablemente bien pagados, al menos en relación a los salarios de otros sectores productivos, y de la relativa facilidad para cambiar de empresa cada cierto tiempo, es muy probable que en su permanencia en esa empresa sólo llegue a conocer a los empleados de la empresa cliente, y a sólo un porcentaje ínfimo de compañeros suyos. Es relativamente habitual el caso de que el trabajador permanezca años en el cliente y no pase por “su” empresa más que para recoger las nóminas, impidiéndosele incluso el acceso a las instalaciones. Es decir, las condiciones más óptimas para que sea tremendamente difícil la realización de trabajo sindical en ese contexto. Y para acabar de caracterizar el sector, hay que profundizar un poco en lo que ha sido la exigua y casi testimonial negociación colectiva llevada a cabo por CCOO y UGT todos estos años.

Este 2009 CCOO firmó en solitario el XVI Convenio de TIC, con cosas tan “pintorescas” como que utiliza tablas salariales del 2007. El “convenio de Consultoras” o XVI Convenio de TIC (es lo mismo), convenio que corresponde a la mayoría de informáticas/os, es muy peculiar. Para empezar, porque entre otros muchos sinsentidos, no está reflejada la categoría de “Consultor”, y contempla otras espúreas, que casi nunca se corresponden con la actividad real de los trabajadores ni con las categorías que usan las empresas. Este XVI Convenio contiene algunas mejoras nimias en lo referido a jornada y horarios, y una revisión salarial que en la práctica es papel mojado, ya que la mayoría de los trabajadores tienen firmado un contrato con “complemento absorbible”, por lo que las supuestas subidas al final no se van a reflejar en la nómina. Sobre la cesión ilegal de trabajadores, que es el pan de cada día en el sector, ni una palabra, y las Patronales del sector (AEC y AENIMO) parecen seguir empeñadas en acabar con la antigüedad, para poder controlar aún más los salarios, por lo que habrá que estar muy atentos.

Líneas de fuga: entre la auto-explotación y la pulsión corporativa

Para profundizar en la caracterización de la compleja “composición de clase” de este sector, tenemos que tratar dos puntos muy importantes. El primero es la auto-explotación: cuando determinado tipo de trabajadores, hartos de sus condiciones de trabajo, deciden ponerse a competir con el resto de Consultoras, creando éstos una empresa propia que suele replicar punto por punto las malas prácticas de las empresas del sector. Esto se suele hacer bajando los precios en los que se presupuestan los proyectos, generándose un ciclo perverso: si la Consultora “pequeña” o casi unipersonal gana la “grande”, lo hará a costa de unas condiciones de auto-explotación enormes. Si la “grande” gana a la “pequeña”, será bajando el presupuesto, es decir, destinando menos recursos (trabajadores) al proyecto, lo que supondrá un perjuicio para los trabajadores destinados. Bajo la ley de la oferta y la demanda, los clientes consiguen mejores precios, en una relación directamente proporcional a la explotación de las y los trabajadores de las empresas de servicios.

Por otro lado, en el sector siempre persiste una pulsión corporativa, es decir, el “cierre” formal a otros trabajadores del empleo en Informática y Consultoría tecnológica de proyectos relacionados con las TIC, en el caso de que no se tenga determinadas titulaciones. Ésta es una reivindicación “histórica” de numerosas personas con titulación en Ingeniería Informática y de las asociaciones de estudiantes, al igual que la creación de un Colegio de Informáticos. La desconexión (cuando no animadversión) respecto al mundo sindical y el despiste supino de las asociaciones de estudiantes de Ingeniería Informática y de algunos titulados del sector, propiciaron recientemente un espectáculo bochornoso, al calor de los planes propuestos para las Ingenierías Informáticas en el contexto del Plan Bolonia: el 19 de noviembre del 2008 se convocó, por internet, una “huelga” de informáticos sin contar con ningún sindicato, y donde las asociaciones convocantes evidenciaron su desconocimiento total en materia sindical. Finalmente la “huelga” se convirtió en una simple manifestación, donde los “huelguistas” dispusieron de días de vacaciones o de asuntos propios para asistir a la movilización “por una informática digna”.

Y para añadir más complejidad al asunto, no podemos olvidar al movimiento de software libre: un movimiento tecnológico y social sin precedentes, que ha propiciado la creación, desarrollo y popularización de un buen número de herramientas, siendo el sistema operativo Linux o la Wikipedia las más conocidas. Este movimiento, integrado y sustentado por un enorme número de profesionales, estudiantes y diletantes relacionados directamente con la informática (que no con el sindicalismo, por desgracia), ha demostrado que se pueden consolidar proyectos horizontales y colaborativos en el ámbito de las nuevas tecnologías, aunque sigan siendo discutibles sus implicaciones políticas, pudiendo hacerse lecturas muy diversas de éste, desde las más libertarias a las más liberales. Pero si estamos recordando la existencia de un movimiento de las características del de software libre, es más que nada porque su modus operandi (cooperación, descentralización, intercambio fluido de información…) puede ser un referente importante para quienes intenten articular una acción sindical que trascienda las secciones sindicales y los Comités de Empresa, además de las constante negociación a la baja con la Patronal, envalentonada con unos sindicatos conscientes de la poca capacidad de movilización y margen de maniobra que tienen. Si algo tan tremendamente complejo como el sistema operativo Linux se pudo desarrollar en red… ¿por qué no intentar articular una acción sindical de manera análoga?

Deus ex machina

Y llegamos al final de este texto. Un puñado de secciones sindicales, delegados y afiliados de CGT del ámbito de la Informática, de los sectores más diversos (básicamente Consultoras, pero también Administración Pública o ex empresas públicas como ADIF) y radicados en su mayoría en Madrid y Barcelona, han decidido impulsar una Coordinadora de Informática y Consultoría, para luchar contra la precariedad, las represión sindical y los despidos en un sector crítico para casi todos los ámbitos de la vida actual, donde se ha vivido durante demasiado tiempo una artificial pero efectiva “paz social”. El objetivo es superar la fragmentación y aislamiento que nos han sido impuestos, intentando consolidar un sindicalismo que se base en apoyo mutuo, descentralización, horizontalidad y confrontación con una Patronal y empresas que llevan mucho tiempo abusando de las y los trabajadores. Deus ex machina, muy poca gente espera una iniciativa de este tipo… ¿lo conseguiremos?

Nota final: las ideas y reflexiones de este texto están basadas, a veces literalmente, en los textos “¿Es posible el sindicalismo en empresas relacionadas con el desarrollo de software y la consultoría?” del mismo autor, “Explotados Encorbatados” de David Asorey Álvarez y los dos comunicados emitidos hasta el momento por la “Coordinadora de Informática y Consultoría” de CGT, respecto al XVI Convenio y la precariedad en el sector, respectivamente.

Artículo publicado en Libre Pensamiento nº 61

Otros textos:

Comunicado de Kernel Panic: Debes vender cara tu mano de obra

Sindicalismo y Cultura Libre

Bodyshopping

9 de Junio: Movilizaciones en Madrid del sector de Consultoría e
Informática

¿Es posible el sindicalismo en empresas relacionadas con el desarrollo de
software y la consultoría?

Explotados encorbatados


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