La encrucijada del cooperativismo

17 de enero de 2010.

¿Cómo se están expandiendo las cooperativas vascas?, y llegando a la raíz, ¿para qué el cooperativismo vasco focalizado en MONDRAGON? ¿Es una parte de la solución al colapso del sistema capitalista en que nos hayamos y de la cual los paganos somos precisamente la clase trabajadora? ¿O forma parte del juego de dicho sistema?

E. ARRIETA


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Hace unos meses apareció en esta misma página una noticia sobre Fagor y la represión sindical en Polonia. De ella se podría abrir un asunto de mayor calado que el hecho concreto en sí, y es, ¿cómo se están expandiendo las cooperativas vascas?, y llegando a la raíz, ¿para qué el cooperativismo vasco focalizado en MONDRAGON?

¿Es una parte de la solución al colapso del sistema capitalista en que nos hayamos y de la cual los paganos somos precisamente la clase trabajadora? ¿O forma parte del juego de dicho sistema?

En mi opinión las cooperativas de esta tierra tienen grandes potencialidades para ser parte de dicha solución, la clave es hacia dónde queremos que deriven.

No es poco saber que desde su fundación hasta hoy unos principios fundamentales son la toma de decisiones vía asambleas en la cual los socios trabajadores tienen el poder de decisión (cuando menos formal), unido a ello la organización democrática en que los órganos de gobierno y en concreto el consejo rector son elegidos por la fórmula “un socio,un voto”, la subordinación del capital ante la soberanía del trabajo y la participación de los socios en la gestión a través de los diferentes órganos.

Más concretamente y centrándonos en la crisis en la que estamos inmersos, y más en la cooperativa Fagor electrodomésticos, es cierto que ésta no ha deslocalizado sus plantas de origen, no se ha “echado a socios”, sino que se ha reubicado a algunos excedentes en otras cooperativas, y el ERE de la planta de Basauri no ha supuesto un solo despido para los socios de dicha cooperativa, dándose la circunstancia que fue necesario el permiso expreso en una Asamblea. No es precisamente lo que ha ocurrido en multinacionales de similar volumen o sector. Es justo decir que ha habido daños colaterales de todas estas medidas,como una merma en los ingresos de los trabajadores, aún así merma decidida por todos a través de Asambleas, o el traslado de socios a plantas de otras localidades, como también es justo decir que nadie ha quedado sin empleo.

Por tanto es evidente que las cooperativas, si las comparamos con las empresas de “su liga” y a través de los instrumentos arriba descritos son menos lesivas con el trabajador. La cuestión es: ¿Queremos ser una empresa al uso pero más blanda, o queremos ser un elemento más de transformación de la sociedad?

Y he aquí, en mi opinión el problema. En los últimos tiempos, y sobre todo con el proceso globalizador, las cooperativas de MONDRAGON han ralentizado el aspecto social más profundo para centrarse en el empresarial, hecho diagnosticado desde las propias estructuras de la organización. En los programas de educación y debate cooperativo que se están realizando actualmente se está debatiendo este tema en su globalidad.

Pero realmente y esto es la clave, las cooperativas irán donde los socios quieran, o dicho de otro modo, ¿qué actitud están tomando la mayoría de los socios? En un claro reflejo de la sociedad actual, el socio toma la actitud pasiva del victimismo, el “ya habrá alguien que arregle esto”, el rol del funcionario más que el rol de sentirse parte de la solución, participando, implicándose, aún siendo difícil. Por tanto, retomar una senda económico social cuando los socios ven aspectos más individuales que solidarios, se antoja complicado (¿estaríamos dispuestos a cobrar menos beneficios expandiéndonos de una forma justa, o preferiríamos mirar hacia otro lado explotando al tercer mundo, poniendo dos hipotéticos casos extremos?) Tampoco las cooperativas han potenciado foros de debate en estos tiempos, aunque los abiertos han acabado con alarmante desidia.

Sin más, cuando os comuniqué que habíais dado una noticia concreta de Fagor y que sería buena una visión global, me comprometí a escribir otra diferente, y aunque ciertamente poco concluyente precisamente se trata de eso, de abrir debate, tanto interno como vuestro, si queréis. Un saludo.


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