“Salid ahí fuera y obligadme a hacerlo”

17 de abril de 2014.

Olga Rodríguez, periodista – Publicado en Heraldo de Madrid (Abril 2014)

En los años treinta del siglo pasado, en plena aplicación de la segunda fase del New Deal para combatir la crisis económica de entonces, el presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt recibía a menudo demandas de sindicatos y organizaciones sociales que buscaban la aplicación de políticas más progresistas, con programas de ayuda y una nueva distribución de los recursos.

Cuentan que Roosevelt mostraba su disposición y contestaba diciéndoles: “Ahora salid ahí fuera y obligadme a hacerlo”. Y ellos se ponían manos a la obra. En 1937 se declararon en Estados Unidos 4.470 huelgas que duraron un promedio de 20 días. Así se tejió la lucha social de la época. Setenta años más tarde, en 2007, se registraron tan sólo 21 huelgas en EEUU.

La calle ha sido siempre un escenario para hacer y reivindicar política, para forzar cambios, para participar y presionar. Desde ella se han conquistado derechos y libertades claves en la historia del ser humano, a través de protestas, reivindicaciones e incluso revoluciones.

Las jornadas de ocho horas, los dos días de descanso, las condiciones de trabajo decentes, los salarios dignos, el derecho a sindicarse, no se habrían logrado sin algunos hombres y mujeres trabajadoras que, en los siglos XIX y XX, se jugaron el empleo e incluso la vida reivindicando el fin de la explotación y unas condiciones de vida y de trabajo más justas.

El marco actual, un contexto de mayoría absoluta en España, facilita las prácticas antidemocráticas y limita la capacidad de acción del Parlamento. En este escenario la política se ve a menudo reducida a un simple ejercicio de representación en el que, por muy bien que cada grupo interprete su papel, ya se sabe de antemano cual será el resultado.

Ello se produce, además, en un momento en el que dentro y fuera de nuestras fronteras proliferan los Gobiernos que en muchos casos parecen operar al servicio de una élite, reduciendo derechos y libertades fundamentales. Son Ejecutivos que no están dispuestos a modificar sus políticas para satisfacer los intereses de la mayoría, a no ser que se sientan obligados a ello.
Como dice Naomi Klein, esto nos recuerda que, si queremos políticas que hagan de este planeta un mundo más sano, justo y pacífico, tendremos que salir ahí fuera. Y obligarles a hacerlo.


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