Mujer y 68: Del verano del amor al amor armado

8 de mayo de 2008.

Charla realizada en la Facultad de CC. Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, bajo el título "Mujer y 68", dentro de las Jornadas Críticas por un 68 Revolucionario

Kamala Orozco

Remontarse a los inicios de Mayo del 68 es volver la vista atrás a sus
orígenes. Los años 60 suponen la aparición de la juventud como sujeto
político, movilizador de la sociedad, al que se une un crecimiento
económico desorbitado que transforma al ciudadano en consumidor. La
reacción contra la moral y la búsqueda de nuevas formas de vida ya
habían sido iniciadas en caminos en solitario por los beatnicks,
escritores y poetas que buscaban la espiritualidad en la naturaleza y
las drogas. Jack Kerouac, William S. Burroughs o Allen Ginsberg son
algunos de los poetas que iniciaron ese camino que después seguirían, de
una manera más colectiva, los hippies en los 60.

Sin embargo, ya en 1967 la cultura hippy, para algunos, está en
decadencia porque empieza a ser absorbida por el sistema. En 1968 la
revuelta está en su apogeo con los sucesos de Europa y del resto del
mundo. En ese momento, nace una forma de activismo caracterizado por las
formas políticas imprevisibles. Sin embargo, en el 69, se plantea, tras
la derrota del 68, dos posibilidades: o integrarse en las formas
políticas ortodoxas (partidos, sindicatos) a los que se habían opuesto,
o dar un paso más y optar por la clandestinidad. En ese momento, se
produce un paso adelante en el activismo y muchos grupos políticos pasan
a la clandestinidad.

Entre 1967 y 1972 se produce un activismo de guerrilla anarquista urbana
con un código ético muy marcado: no se atenta contra personas. Así
sucede por ejemplo con el Grupo Primero de Mayo, que dispara
simbólicamente a la Embajada de EEUU en París o con los Weather Man y
sus Angry Days, con influencia de los Panteras Negras, o las acciones de
la Angry Brigade.

Sin embargo, desde 1973 el activismo se decanta por sus formas más
drásticas y surgen lo que para el 68 serían considerados “monstruos”:
los atentados del IRA y la RAF.

La conmemoración del 68 no abre el debate, sino que lo cierra. La gente
que vivió el día a día en el 68 son los que no quieren participar.
Jornadas Críticas por un 68 Revolucionario


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