Ca Revolta cumple 10 años en Valencia

22 de enero de 2011.

Este centro libertario y multicultural desfigura los tópicos falleros de la ciudad. Y pese a las reiteradas multas y zancadillas administrativas, han celebrado su aniversario.

Cuando uno entra en los diversos espacios del edificio Ca Revolta de la calle Santa Teresa de Valencia, podría decirse que se ha equivocado de ciudad. Decoración, desparpajo, encuentros, carteles, gentes, hacen pensar a uno que está en Amsterdam o Londres. Pero esto es Valencia, amigos. Es como aquellos kulturcentrum del Amsterdam de los años ‘70, cuando en lugares como Milkyway, un caserón de varios pisos junto a los canales, se reunía la disidencia beat.

Cuentacuentos, performances callejeras, talleres, mercados de agricultura ecológica, audiovisuales y una feria de entidades que abarca a todas las vanguardias alternativas de la ciudad. La ONG ecologista Agró, Casa de la Dona, Escola Valenciana, Lambda de gays, lesbianas y transexuales, Salvem el Botànic, Salvem el Cabanyal… todos se juntaron para celebrar su décimo aniversario.

Enric Valero, más conocido como “Gato” (ver entrevista en artículos relacionados) nos explica que la idea vino de la ciudad de Berlín y de sus experiencias cuando aún no se había tirado el muro. “Había allí un ambiente sensacional y un colectivo llamado Babilonia que fue el que nos lanzó a abrir algo así en Valencia”, recuerda Gato. A los 700 socios de Ca Revolta les gusta definirlo como un ateneo cultural que reivindica aquellos de la II República. Por eso, pese al acoso municipal, su actividad es incesante.

“Desutopizar”

Es martes, y un grupo de muchachas que estudian educación social han venido a cambiar impresiones. Arantxa, que ejerce de anfitriona, lo tiene claro: “La clave es revivir las relaciones humanas que se han perdido. Cabe resucitar los impulsos que tiene la peña de cooperación. Hay que desutopizar”.

Suena a verbo raro, pero tiene sentido. Aquí todo se decide colectivamente y lo que caracteriza la iniciativa es su falta de grandes recursos económicos. “El proceso ha sido muy positivo en estos diez años. Hemos conseguido lo que queríamos: juntar a los colectivos sociales con el mundo de la cultura, los cantautores, la gente del teatro”, dice Gato.

Mientras hablamos con Gato y otros activistas, un grupo de empleados de ferrocarriles de vía estrecha se reúne para ver cómo se unen contra el AVE; son un grupo de unos 20 trabajadores cincuentones. En la planta baja, otro grupo de jóvenes visiona cortos para fallar un premio de documentales. Grandes fotos en las estancias de los héroes de la cultura del país: Joan Fuster, el filósofo valenciano de referencia, Ovidi Montllor, estanterías repletas de libros; jóvenes indies y grunges charlando con música de Alberto Ortega. Para estos valencianos anónimos, lo esencial es generar conciencia crítica e influir en la vida política ciudadana, “activismo real frente a problemas reales”. En los últimos tiempos han participado en sonadas y masivas protestas cívicas, como la oposición a la visita del Papa o la manifestación contra la guerra de Iraq.

“Comenzar a hacer faena”

Uno de sus departamentos ‘estrella’ es el Centre de Recursos Just Ramirez, que sirve para tramar iniciativas y vincular colectivos. Su nombre hace honor al ya fallecido impulsor de la Junta Democrática en la Transición. Hombre de consenso y, como diría Machado, un hombre bueno. María José, activista de Ca Revolta desde su inicio, dice que no publican folletos ni prensa. “El asunto es comenzar a hacer faena. Tenemos un grupo llamado En Moviment. Y se trata sencillamente de juntar a varios colectivos dispersos con la idea de ofrecer una alternativa política a los problemas que tiene la ciudad. Intervenir en positivo, dar respuestas”.

Lo que hicieron fue montar una cooperativa y comprar el edificio en el que se ubica la entidad. Su intención era disponer de auditorio de conciertos pero el Ayuntamiento del PP sólo les ha dado licencia de bar y sala de exposiciones y conferencias. Pero los activistas de Ca Revolta no pueden estarse quietos. A la mínima ocasión persiguen muchas de las medidas del PP valenciano. Hace pocos meses se presentaron unas 2.000 personas frente a la sede del PP de Elx para protestar por su reaccionaria política y denunciar la destrucción literal del País Valencià.

Su peso social y político en la ciudad se evidencia en la reciente visita que les hicieron los tres principales sindicatos de clase del territorio, Comisiones Obreras, UGT y la Intersindical, que es una refundación del combativo sindicato de la enseñanza STEPV. Estaban organizando una macro manifestación para el 18 de diciembre en contra de los nuevos recortes sociales aprobados por el Gobierno de Zapatero a inicios de diciembre. Eso sí, su opinión no es muy complaciente con estos: “O se reinventan nuestros sindicatos o no van a estar a la altura de los acontecimientos”, dicen los integrantes de Ca Revolta.

60.000 euros en multas

Hace unos meses, después de varios aplazamientos y con muchos esfuerzos, Ca Revolta liquidó por fin los 60.000 euros de deuda que mantenía con el Ayuntamiento de Valencia en concepto de multas y sanciones. El monto es resultado de una furibunda política de acoso contra el centro social por parte del Consistorio de Rita Barberá, que hace diez años trató de impedir su apertura y, después, de ahogarlo económicamente. “El primer año venían todos los días a pedir una licencia que el Ayuntamiento no da hasta un año y medio después de que abras. Durante ese tiempo nos pusieron un montón de multas, que luego no las paga nadie. Nosotros hemos tenido que pagar todas”, indica Enric Valero, de Ca Revolta.

Fortalezas

  • Amplia base de socios y colaboradores: El principal activo de Ca Revolta es su amplia base social, que está compuesta por 700 personas asociadas, colaboradores y una gran variedad de apoyos externos.
  • Heterogeneidad y pluralidad: El carácter abierto del centro social ha permitido que lo haga suyo una gran diversidad de colectivos y personas, que a su vez han generado una rica oferta de actividades sociales y culturales.
  • Alta capacidad de dinamizar espacios: Gracias a la acogida de proyectos de todo tipo y al impulso de reivindicaciones unitarias, Ca Revolta es hoy un importante agente dinamizador del barrio y de la ciudad de Valencia.

Debilidades

  • Precariedad económica por acoso: La política de ahogo económico con la que el Ayuntamiento somete a Ca Revolta hace que el centro social invierta muchas energías en conseguir recursos económicos.
  • Reflexión política insuficiente: La dinámica cotidiana del centro social, que obliga a gestionar multitud de actividades, hace que quede poco tiempo para la discusión reposada y la reflexión colectiva.
  • Diferente implicación generacional: Aunque son muchas las personas jóvenes que pasan por Ca Revolta y realizan actividades, muy pocas se implican y permanecen tiempo en el grupo principal del proyecto.

Fuente: Diagonal


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