Palestina: conversaciones ‘made in Hollywood’

5 de septiembre de 2010.

El autor plantea que la ronda de negociaciones que estos días se lleva a cabo entre palestinos e israelíes es una escena más de una película ya conocida.

Agustín Velloso

Se acaba de iniciar una nueva ronda de conversaciones entre palestinos e
israelíes en Estados Unidos. Tras un verano de globos sonda por un lado,
es decir, contactos indirectos entre las partes para no provocar más a los
palestinos hartos de la ocupación israelí y de la incapacidad de la
Autoridad Palestina (AP) y amagos por otra, o sea, Mahmud Abbás diciendo
que no participará si no se detiene la construcción de asentamientos y
Benjamín Netanyahu que asistirá si no hay condiciones previas, el interés
que tiene esta enésima ronda es el mismo que tendría la presentación de la
película Rocky 6.

Los directores y actores principales de la primera entrega de Rocky sabían
que se trata de un entretenimiento apenas apto para un público infantil y
mayores ávidos de evasión. Sin embargo hicieron creer a espectadores de
todo el mundo que era la película de la década por lo menos. Para
convencer a la opinión pública el gobierno estadounidense, el principal
promotor de las anteriores conversaciones y la que se va a celebrar, ha
presentado ésta como la que va a “resolver todos los asuntos del estatus
final, que creemos podrán ser solucionados en el plazo de un año”, en
palabras de la secretaria de estado Hillary Clinton.

Aún se recuerda, si se deja de lado el preestreno de Madrid en 1991, el
cartel anunciador de la primera película de la saga en 1993: las
“Conversaciones de Washington”. También se conoce desde entonces como la
“Declaración de Principios” (DP) y el “Proceso de Oslo”.

Más que una película es una interminable serie, a cuyos capítulos
–variaciones sobre el mismo tema- se les ha ido dando el subtítulo de la
ciudad en la que han sido rodados: Anápolis, Sharm-el-Sheij, Taba, Wye
River, París, Cairo, Camp David, etc., hasta hoy que, cosas del cine,
vuelve a Washington esta vez de la mano de la mujer del ex presidente
Clinton, organizador de las conversaciones de paz de 1993 en la misma
ciudad.

Las localizaciones han sido sugerentes y los efectos especiales han
funcionado una temporada tras otra, sobre todo el denominado Autoridad
Palestina, título oficial que se dio en la DP a una institución
aparentemente de proto-gobierno, pero sin legitimidad alguna entre los
palestinos al convertirse en un instrumento subvencionado y manejado por
los dueños de la industria del entretenimiento político, lo que se conoce
como el Cuarteto: Naciones Unidas, Estados Unidos, la Unión Europea y
Rusia.

En 1993, los sonrientes Bill Clinton, Isaac Rabin y Yasser Arafat se
abrazaban en la rosaleda de la Casa Blanca, mientras el mundo extasiado
aplaudía la escena gracias a otro efecto visual popularizado por la CNN:
“asista en directo a los acontecimientos históricos, forme parte de la
historia”.

Las apariencias y los efectos sustituyen a la paz, ya que sin justicia no
se da ésta y con justicia sobran aquellos. El proceso se completa con
continuas conversaciones entre líderes políticos, abultados estudios de
analistas y expertos y muchos proyectos por parte de las organizaciones no
gubernamentales (ongs), todo pagado por los mismos que organizan el resto
del espectáculo.

Nadie recuerda a los actores que se negaron a participar el Proceso de
Oslo y a criticar el rumbo de la causa palestina: Abdel Shafi y Edward
Said entre otros.

Éstos aún tuvieron suerte, ya que otros que se atrevieron a criticar a la
AP al poco de su instalación en Palestina, conocieron las cárceles
construidas con el dinero que aquella recibe del Cuarteto para mantener
sujeta a la población que malvive bajo la ocupación israelí.

Intelectuales, activistas y resistentes en general han sufrido represalias
y castigos por oponerse al proceso de paz. Aunque también han sido
ninguneados por los medios, pueden considerarse afortunados, pues los
miembros de Hamas, del Frente Popular (FPLP) y otras organizaciones de la
resistencia están bajo tierra o en las cárceles de Israel a millares por
considerar que las conversaciones son “juegos de niños” y en consecuencia
luchar contra la ocupación israelí.

El público de 2010 es como el de años anteriores y aunque está algo
resabiado tras cerca de dos décadas de proceso de paz, comprará una nueva
entrada para ver la enésima película, ya que los medios de comunicación
están para realizar una presentación atractiva: “¡se prevé la creación de
un Estado palestino en un año!”, “el Premio Nobel de la Paz, Obama,
decidido a conseguir la paz en Oriente Medio para mostrar un éxito en su
política en esta zona”, “en declaraciones a RNE, Moratinos se mostró
esperanzado y confiado en que esta convocatoria sea una realidad y
volvamos a retomar la esperanza de paz.”

Mientras se ve la película de las conversaciones en todo el mundo, en
Palestina se acumulan los muertos, crece el número de refugiados y
disminuye constantemente el tamaño del Estado palestino prometido en 1947, en todo caso ocupado desde entonces por Israel.

Agustín Velloso

Fuente: Diagonal


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